No hubo ascenso ayer, todo se dejó para hoy. Mejor así, dirán los más valientes, los que quieren comprar el pack completo y no sólo salir de casa con ganas de fiesta, sino de partido de verdad, de uno en el que haga falta un resultado para que la felicidad explote. Es lo normal en el futbolero. La vida merece la pena cuando se viven experiencias y más aún cuando se habla de fútbol. Si no hay incertidumbre por el resultado, todo sabe un poco peor y un ascenso no se celebra de manera plena tras un encuentro donde el marcador sea lo de menos. Así que toca prepararse bien, coger todo lo necesario, abrocharse el cinturón y ponerse en marcha porque hoy puede ser un gran día.

Todo racinguista estuvo pendiente de lo que hacía ayer el Deportivo en su propio campo contra un buen equipo como la UD Logroñés. Los dos se jugaban mucho de partida pero más aún después de conocer que sus dos grandes rivales habían ganado previamente. El Racing de Ferrol, que le pisa los talones a su paisano deportivista, ganó 1-0 al Talavera y con idéntico resultado venció al Bilbao Athletic el Badajoz, que, con lo sucedido ayer, ya se ha puesto quinto en la tabla.

Ninguno de los dos podía fallar pero alguien tenía que hacerlo. Salió a jugar el Deportivo de las mejores ocasiones y rápidamente encarriló el marcador anotando dos tantos en el primer tercio de partido y uno más en el segundo tiempo. No dio opción a la UD Logroñés y tampoco al aficionado racinguista que no quería esperar a hoy para salir a celebrar el ascenso. Quería acudir a Los Campos de Sport de empalmada tras una noche de juerga pero ayer no le dieron argumentos para salir con la mecha encendida.

Habrá que encenderla hoy. El Deportivo ha sumado adrenalina al encuentro porque, aunque una derrota no supusiera nada ni pondría en peligro un ascenso que, en la práctica, ya está hecho, sí se corre el peligro de sufrir un accidente, un bajonazo tremendo en forma de gatillazo que a buen seguro quedaría para el recuerdo. Porque la fiesta está organizada. Nunca gusta por el peligro de quedarte con cara de tonto o porque te acusen de haber vendido la piel antes de haber cazado el oso, pero lo cierto es que hay que hacerlo. El racinguismo y todo lo que orbita a su alrededor ha estado a la altura la última semana y ha puesto en el plato todos los ingredientes necesarios para hacer un buen cocido, pero ahora falta que los jugadores respondan.

Al Racing le basta un punto para cantar el alirón. Sólo una derrota echaría la jornada abajo y el principal argumento para ser optimista no es sólo que el Racing se va a presentar tras acumular ocho victorias consecutivas y 18 jornadas sin perder, sino, por encima de todo, que no ha perdido ni un solo encuentro liguero en casa durante toda la temporada. Malo sería que fuera hoy, pero todo puede pasar cuando se habla de fútbol. Más aún, cuando delante va a haber un buen equipo como el Celta B. El partido estará lejos de ser una final, pero por ambiente y por ganas de no decepcionar a todo ese racinguismo alimentado de euforia, a buen seguro que se parecerá.

A la altura. No es fácil controlar los nervios en contextos así. El racinguismo lo sabe porque también ha habido grandes días y mejores entradas en los últimos años y no son pocas las ocasiones en las que los futbolistas han decepcionado por no estar a la altura del momento. Ha pecado el Racing en temporadas cercanas de falta de carácter en los partidos clave y con una gran presión ambiental pero lo bueno es que los hombres de Romo han demostrado esta misma temporada una tremenda personalidad como para, incluso, sacar lo mejor de sí a la hora de la verdad. Lo hizo, por ejemplo, en ese partido en un Riazor repleto en el que se dio la vuelta a todo.

Toca caminar por la cuerda floja. Habrá vértigo y eso siempre gusta. La sensación de peligro puede planear y si al fina la historia acaba bien, la fiesta será todavía mejor. No saldrá el Racing al campo ascendido, sino que todavía tendrá que dar el último paso. No se diga más. Todos a una. Lo malo es que Fernández Romo no podrá alinear hoy a su once de gala, el mismo que se ha avanzado por la categoría durante toda la segunda vuelta como una apisonadora. Uno de sus hombres fijos, como es Eneko Satrústegui, no podrá ser de la partida por acumulación de amonestaciones. Por su parte, el capitán será una incógnita hasta última hora.

Íñigo volvió con el tobillo dolorido del Cerro del Espino y no ha completado un entrenamiento en toda la semana. Ayer intentó probar pero está por ver si sus sensaciones fueron suficientes como para estar en el once. En el caso de que tenga que perderse un encuentro tan especial, su sitio lo ocupará seguramente Borja Domínguez. La buena noticia es que el Racing ha demostrado en estos últimos meses que las bajas no le afectan demasiado porque incluso cuando ha faltado Pablo Torre ha habido goles. Pero que todos estén tranquilos porque el de Soto de la Marina estará este mediodía en el césped. Los que no han sido asiduos a Los Campos de Sport las últimas dos temporadas y acudan hoy a la llamada del ascenso podrán disfrutar de él antes de que se vaya.

El Celta B es uno de los únicos cuatro equipos que ha ganado al Racing esta temporada. Sólo eso ya exige respeto y, por qué no, cierto ánimo de revancha. Es un buen filial cargado de buenos jugadores, sobre todo en su parcela ofensiva, lo que exigirá la mejor versión de la retaguardia verdiblanca. El conjunto cántabro querrá los puntos para no decepcionar a todos los que llenarán la grada y el gallego porque le van sus aspiraciones en ello. Tiene 55 puntos, que son los mismos que tiene el Badajoz, y sólo dos más de los que tiene la UD Logroñés, que es sexto. La pelea por entrar al playoff es tremenda y se agradece que el equipo verdiblanco no esté metido en esa vorágine. Lo ve tan por encima que, a pesar de que su rival de hoy es el cuarto clasificado, tiene veinte puntos más. Una barbaridad.

El Sardinero está llamado a ser el primer episodio de una fiesta que, si todo sale bien en el terreno de juego, se alargará hasta bien entrada la noche por mucho que mañana haya que ir al tajo. Está preparado un gran recibimiento al equipo, que llegará en autocar. De nuevo obsequiará ‘La Gradona’ a todos los presentes y, sobre todo, a los futbolistas con un gran tifo y, si el resultado es el apropiado, se improvisará un buen festejo sobre el césped, para lo que se ha pedido que, por encima de todo, no haya invasión de campo.

La idea es que, una vez que se agoten las ideas sobre el verde, los futbolistas entren al vestuario a seguir la fiesta, coman allí algo y después se desplacen en un autobús descapotable, poco a poco y recorriendo la ciudad, hasta el Ayuntamiento, donde está previsto que se concentren miles de personas para ver a los grandes protagonistas por el balcón a partir de las cinco de la tarde. Una vez acabado este acto, la plantilla seguirá por su parte y los aficionados por otra. Para ello, la APR, muy activa, ha conseguido acordar con los hosteleros, sobre todo los de la zona del Río de la Pila, abrir hoy para no tener que meterse en casa cuando el cuerpo pide todo lo contrario. Y es que, hoy puede ser un gran día y sólo el Celta B se lo puede arruinar al Racing y al racinguismo. Hay que evitarlo como sea.