Se marchó ayer Fernández Romo de Los Campos de Sport con una sensación que estaba «entre el orgullo y la injusticia por toda la polémica que ha habido». A la hora de quedarse con algo, elige lo que puede «controlar» y, en ese sentido, con lo que el equipo está «construyendo», ya que sigue dando pasos al frente. En cuanto a las decisiones en las que intervino el VAR, apostó por el sarcasmo: «Se puede decir que no estamos teniendo mucha suerte con las decisiones arbitrales».

Admitió el técnico verdiblanco que a los suyos les costó «entrar en el partido» porque, además, se encontraron con un rival «muy bueno» que les abrió «por fuera y que generó mucha incertidumbre». Y es cierto que se adelantó el Racing y que lo normal es que eso «ayude a estabilizarte», pero ayer no. «No tuvimos la sensación de estar controlando el partido», reconoció.

En el segundo tiempo cambió la historia. «Hemos ajustado mucho mejor y hemos aprovechado las situaciones que teníamos para poder llegar y finalizar aprovechando lo que teníamos en el campo», explicó. Le gustó lo que vio pero no estaba «feliz ni contento» porque su intención era «ganar el partido independientemente de lo bueno que fuera el rival y de que hace dos meses hubiera dos diferencias de categoría entre uno y otro».

Admitió el entrenador madrileño que, aunque pudiera invadirle esa «sensación de injusticia, es sólo eso, una sensación porque ya no puedes cambiar nada». Así, interpretó lo sucedido ayer como la constatación de algo que ya tienen muy claro, que es la necesidad de que tienen de esforzarse «mucho para conseguir cada punto». «Ojalá haya semanas que podamos conseguir tres, pero eso se va a basar en la actitud, en la organización y en tomar buenas decisiones», añadió.

Cree que el Racing estuvo más incómodo en el primer tiempo al tener «dudas de cuándo ellos podían abrir por dentro o llegar por fuera». Percibió que en el primer tiempo les faltó «altura de todo el equipo», lo que les permitía estar «más cortos». «No eran malas las distancias pero necesitábamos estar más cortos para poder llegar», apuntó. De este modo, pidió a Mboula que «jugara más bajo y Arturo más alto».

Como buena parte de los racinguistas que estuvieron en el campo, a Fernández Romo le cabreó que anularan los goles pero, sobre todo, su enfado se centró en que eso sacara del partido a los suyos. «Después del primero hemos tenido un momento de incertidumbre porque lo emocional prima mucho en determinadas cosas, ya que pasas de estar celebrando un gol a que te lo anulen», explicó. Con todo, no cree que el peligro esté en la actitud, sino en lo futbolístico. Es decir, en dejar de hacer lo que podía estar funcionando.

Con vistas al partido del próximo sábado, cuando al conjunto cántabro le toca jugar en Andorra, anunció Fernández Romo que, más allá de recuperar a Pombo tras cumplir sanción, quizá haya alguna oportunidad de poder contar al menos unos minutos con Matheus. Sin embargo, volvió a insistir en que no van a caer en «irresponsabilidades» porque, además, tiene muy en cuenta que después contará con dos semanas sin competición en las que confía en tener a todos listos. «Lo que quiero es tenerlos a todos no por alinearlos, sino por ganar recursos y que vayan creciendo, pero hay un parón y no nos vamos a precipitar porque tenemos diez días para terminar de recuperar», apuntó.