02.05.2024 |
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RACING- COPA DEL REY

Diez años de la comunión racinguista

Porque ese día es especial. Pase lo que pase, el racinguismo iba a salir reforzado. La comunión es un hecho y algo así es difícil de parar

El Racing se planta en la Copa del Rey debido a los impagos. / EFE
El Racing se planta en la Copa del Rey debido a los impagos. / EFE
Diez años de la comunión racinguista

En la rica historia del Racing de Santander, que supera el siglo de existencia, un reciente enfrentamiento contra la Real Sociedad ha emergido como un hito histórico. Este partido, que tuvo lugar en el emblemático estadio de El Sardinero, no fue simplemente un encuentro de fútbol, sino un acto de coraje, resistencia y un punto de inflexión que quedará grabado en la memoria de los racinguistas.

El Racing, fundado en 1913, ha experimentado momentos de gloria y desafíos a lo largo de su centenaria existencia, pero el partido contra la Real Sociedad probablemente sea recordado como uno de los más singulares y significativos. La jornada comenzó con tensión en la Albericia, donde el equipo se preparaba para el enfrentamiento mientras la delegación encabezada por Luis Rubiales, presidente de la AFE, se dirigía hacia Santander. La reunión entre la plantilla, los técnicos y la delegación de la AFE en el hotel NH Ciudad de Santander selló una decisión contundente: si no dimitía Harry, no habría partido.

La plantilla verdiblanca, liderada por los capitanes Mario y Francis, dejó claro que la postura del equipo estaba respaldada por toda la comunidad racinguista. La determinación fue clara: no jugarían si Harry no dimitía. La unión entre la plantilla y la afición era evidente, una fuerza que trascendía el terreno de juego.

La espera se hizo palpable a lo largo de la tarde. La incertidumbre sobre la dimisión de Harry generaba especulaciones y tensiones en Cantabria. Las redes sociales se inundaban de mensajes, rumores sobre la presencia de Harry en la notaría, y el bufete de Manuel Broseta renunciando a representar al Consejo de Administración. La expectación aumentaba a medida que se acercaba la hora del partido.

Finalmente, los jugadores cumplieron su palabra. Acudieron al estadio, realizaron el protocolo previo al partido, pero cuando llegó la hora de jugar, se mantuvieron firmes en su decisión de no hacerlo. La comunión entre los más de 4.000 aficionados presentes superó todas las expectativas. Los cánticos de apoyo y la ovación resonaron en El Sardinero, reflejando la unidad y el respaldo hacia el equipo.

El protocolo del partido, coordinado entre los capitanes Mario y Xabi Prieto, marcó el inicio simbólico. La Real Sociedad tocó el balón en su propio campo mientras los jugadores del Racing permanecían abrazados en el círculo central. El gesto de la Real Sociedad de lanzar el balón fuera del campo marcó el momento decisivo. Mario se acercó al árbitro para comunicar la decisión de no seguir jugando, y en ese instante, Gil Manzano decretó el final del partido.

La vuelta de honor, aunque agridulce, fue un momento emblemático. La comunión de todo el racinguismo, la mezcla de emoción y orgullo, dejó claro que los jugadores y técnicos cumplieron su parte, confiando en el resto del racinguismo para poner fin a la pesadilla.

Esta imagen, que dio la vuelta al mundo, se convirtió en parte de los más de 100 años de historia verdiblanca. El 31 de enero de 2014, la Junta General de Accionistas marcó un nuevo comienzo para el Racing, con un nuevo órgano rector liderado por Juan Antonio Tuto Sañudo. La recuperación de la esencia del club y el apoyo apasionado de los aficionados allanaron el camino para el renacimiento del Racing de Santander.

El siguiente capítulo de la historia verdiblanca, apenas 48 horas después, fue una victoria ante la Cultural y Deportiva Leonesa en El Sardinero, con más de 18.000 seguidores que regresaron al estadio para respaldar a su equipo. Este período marcó el regreso del Racing a la senda de la victoria y la recuperación del cariño de su apasionada afición. La lección aprendida en aquel partido simbolizó la resiliencia, la unidad y la fortaleza del Racing de Santander, una historia que perdurará en el corazón de los racinguistas.

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