El informe al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE revela la participación directa del Gobierno en un asunto que va más allá de la esfera "estrictamente local", según lo definido por el PSOE en relación con la entrega del Ayuntamiento de Pamplona a EH Bildu. De acuerdo con la documentación obtenida, la Delegación del Gobierno autorizó hace 15 días a EH Bildu a llevar a cabo un evento festivo frente al Ayuntamiento de Pamplona. Las fechas seleccionadas resultan notables: la solicitud, presentada apenas una semana después de la exitosa sesión de investidura de Pedro Sánchez el 29 de noviembre, coincide con la votación de la moción de censura en el Ayuntamiento, programada para el 28 de diciembre.

La convocatoria, programada para el mismo día y en la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona, bajo el lema "Bizi Iruñea" (Vivir Pamplona), prevé reunir a 800 personas durante todo el día, abarcando el horario completo de la sesión plenaria de la moción de censura. Egoi Irisarri Alzueta, vinculado a los colectivos de presos de ETA, es el solicitante del evento.

Cabe destacar que Irisarri Alzueta fue detenido en 2010 por su pertenencia a la dirección de SEGI, la organización juvenil clandestina de ETA. En 2020, fue nuevamente detenido por su participación en una concentración en Pamplona que incluyó la decapitación simbólica de una figura del rey Felipe VI.

Desde UPN, se anticipa un evento de corte "aquelarre abertzale" por parte de los defensores de los presos de ETA para celebrar el retorno al poder de EH Bildu en Pamplona. La festividad busca respaldar la proclamación del nuevo alcalde de Bildu, Joseba Asiron.

Llama la atención el meticuloso timing con el que se presentó la solicitud ante la Delegación del Gobierno, cumpliendo con el requisito de un mes de antelación para la celebración de concentraciones. Sorprendentemente, los plazos también coinciden perfectamente con la moción de censura programada para el 28 de diciembre, como establece la Ley Orgánica de Régimen Electoral General.

Las fuentes consultadas sugieren que los acuerdos entre el PSOE y Bildu para la toma del consistorio de Pamplona se gestaron tras la investidura de Sánchez en noviembre, desencadenando una serie de eventos cuidadosamente calculados que culminaron con la solicitud de la concentración y la presentación de la moción de censura, todo llevado a cabo con discreción y negación por parte de los involucrados.