En una reunión en Jerusalén con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el primer ministro belga, Alexander de Croo, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, advirtió que la lucha contra el terrorismo no debe depender exclusivamente de la fuerza. La reunión abordó la crisis entre Israel y Hamás y fue parte de la gira de Sánchez por Oriente Medio. La visita a Netanyahu fue delicada tras tensiones entre la embajada israelí en España y el Gobierno español.

Sánchez, además de condenar los ataques de Hamás, instó a Israel a una respuesta proporcionada y solicitó permitir la llegada de ayuda humanitaria a Gaza. Durante la reunión, Sánchez recordó las décadas de lucha contra el terrorismo en España, expresando comprensión por el dolor de Israel.

Afirmó que el terrorismo no puede erradicarse solo con el uso de la fuerza y pidió detener la catástrofe humanitaria en Gaza. Apoyó la propuesta de la UE para una conferencia de paz y respaldó a la Autoridad Nacional Palestina en la gestión de Gaza.

Netanyahu mostró imágenes de los ataques de Hamás y defendió la necesidad de combatirlos minimizando las bajas civiles. Sánchez visitó el kibutz de Beeri, atacado por Hamás, expresando su condena a la barbarie. Luego, se trasladó a Ramala para reunirse con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, defendiendo la coexistencia de dos estados y respaldando su responsabilidad sobre Gaza. Sánchez, protegido con un chaleco antibalas, recorrió el área afectada, reiterando su condena.