Habitualmente, los campeonatos autonómicos han contado con un doble aliciente. Por un lado, estaba el más importante de todos, que era la propia pelea por el título, pero también había otro premio a tener en cuenta, que era la posibilidad de clasificarse para disputar el Campeonato de España. Sólo estar ahí ya solía ser un premio y otorgaba cierto prestigio, por lo que era un objetivo a tener en cuenta, pero esos tiempos se acabaron. Tanto es así, que ya ni siquiera hay que clasificarse para el Nacional en el Regional de turno. Puede ir todo el que quiera o pueda. Remar un Campeonato de España está de saldo.

Así ha sido los últimos años y no va a cambiar en este 2023. Camargo no podrá acudir al Campeonato de España como campeón cántabro ni Pedreña como subcampeón. Tampoco Astillero para aspirar al título femenino. No podrán ir. No habrá cántabros ni vascos. Al menos, ninguno de los que participan en las diferentes ligas. De nuevo han chocado unos y otros contra la misma piedra sin que parezca que a nadie le importe encontrar una solución o deshacer el nudo.

Todas las traineras a esta parte del Cantábrico tendrán compromisos ligueros el primer fin de semana de agosto, que es cuando se celebra la pugna por el título estatal. Necesitarían tener el don de la ubicuidad, pero no lo tienen. Han de elegir y apuestan por la liga porque es lo que les da de comer y porque faltar podría tener consecuencias fatales. Por tercer año consecutivo, ni las ligas que organiza la ACT ni las de la ARC pararán el primer fin de semana de agosto, por lo que sólo podrán acudir embarcaciones gallegas y, posiblemente, la asturiana de Castropol.

Así ha sido los dos últimos años. En el segundo de ellos, el del pasado verano, finalmente sí hubo representación cántabra. En concreto, fue la de Laredo, que aprovechó que no disputaba ninguna liga y que, por lo tanto, estaba libre para darse el gustazo de desplazarse a Castropol a disputar, por vez primera después de mucho tiempo, un Campeonato de España. Como todo fueron renuncias por parte de vascos y cántabros, los pejinos aprovecharon la invitación, tras haber quedado sextos en el Regional, para darse ese gustazo. Tuvieron que recaudar fondos de última hora y organizar una rifa y finalmente pudieron estar allí. Lo malo fue que la experiencia fue muy breve. Como era de esperar, los hombres de Cristóbal Alonso no siguieron el ritmo del resto en la jornada del sábado. Confiaban en disfrutar más de la del domingo, cuando deberían haber estado encuadrados en la final B. Pero no la hubo, por lo que la aventura resultó efímera. Pasó demasiado rápido. Está por ver lo que harán este año si se vuelven a encontrar en la misma situación.

Al estar cantado que no van a poder estar en el agua ni vascos y ni cántabros, lo normal es que la Federación Española elija una sede gallega para su disputa. La LGT 1 sí que ha dejado sin regatas el primer fin de semana de agosto para que sus traineras puedan disputar el Campeonato de España. Por lo tanto, éste se convertirá, en la práctica, en una regata más de dicha categoría. Ni siquiera será una reedición del Campeonato de Galicia porque no podrán estar ni Meira ni Cabo, que están en la ACT.

Esta incompatibilidad de fechas nació cuando los clubes de la ACT decidieron no parar el primer fin de semana de agosto. Lo hicieron con la idea de empujar a las diferentes federaciones a que adelantaran sus respectivos campeonatos. El primero en hacerlo fue el País Vasco, que celebró los provinciales de Bizkaia y Gipuzkoa cuando se estaba disputando el Campeonato de España de trainerillas, que ha empezado a aparecer como víctima colateral de toda esta historia, y una semana más tarde el de Euskadi. Incluso el de Cantabria se ha celebrado ya. El 25 de julio, que era la fecha que habitualmente se utilizaba, se lo ha quedado la Bandera El Corte Inglés y el Autonómico fue el fin de semana pasado.

La idea de los clubes de las traineras más potentes del momento era que el Campeonato de España se celebrara antes del inicio de las ligas. Sin embargo, su hoja de ruta no ha funcionado y todo sigue estando como estaba. En su momento, ambas partes se conminaron a hablar para intentar dotar de sentido y lógica a los calendarios pero no ha habido apenas contactos. En el fondo, los dirigentes de la Federación Española están atados de pies y manos. No controlan la asamblea y, por lo tanto, no pueden aprobar variaciones en su propio calendario. Sencillamente, se repiten los del año anterior. Los opositores a la presidenta, que a punto estuvieron de tumbarla en aquella moción de censura, han encontrado la manera de bloquearlo todo.

De este modo, el Campeonato de España sigue encuadrado en el mismo fin de semana de siempre, que ahora mismo tiene regatas ligueras. Un sinsentido que hace que las mejores traineras del momento no vayan a pelear por el título español, que ya ha venido degradándose de manera tremenda en la última década. Mientras veían cómo moría, la Federación ya podía haber movido ficha para encontrar la manera de reactivarlo, pero tampoco movió un dedo. Primero llegó a haber tandas con sólo dos traineras, después hubo campeonatos con sólo embarcaciones vascas en el agua mientras que ahora ha cambiado la situación y ahora sólo hay gallegas y Castropol. La diferencia es que ni siquiera podrán estar las mejores de esa comunidad autónoma. Un desastre.

De este modo, los campeonatos se acabaron para los cántabros con el del pasado domingo en Laredo. A pasar página. Ya sólo quedan las ligas. El alegrón se lo dio Camargo, que está aprovechando la oportunidad en la que se ha convertido la temporada para sentarse en el trono cántabro. Lo han alcanzado y ahora el objetivo será no soltarlo. En liga están cómodamente colocados en la tanda intermedia, como primeros clasificados de la liga terrenal a la que no pertenecen los cinco primeros, y ya tienen un par de banderas y un título en su bolsillo. No está mal.