El remo cántabro sigue sufriendo una alarmante falta de remeros y a los clubes les cuesta encontrar con quien completar sus cuadrillas, pero la materia prima cántabra sigue estando demandada más allá de la frontera. Los clubes vascos siguen mirando a esta parte del Cantábrico para encontrar brazos con los que sumar calidad a sus embarcaciones, lo cual es un suplicio para los de aquí porque en seguida ven que aquellos que empiezan a destacar y en los que tanto han invertido se marchan. Es la fuga de talento a la que está condenado el pobre. La ley de la selva, la del más fuerte. Con eso hay que jugar.

Los remeros cántabros han estado animando el ‘mercadeo’ de la ACT, donde están las mejores traineras del momento. No sólo los clubes vizcaínos han reclamado sus servicios, sino que también lo han vuelto a hacer los guipuzcoanos, algo mucho más extraño hasta hace no tanto. Mientras, Cantabria ha ido perdiendo traineras. Castro B no saldrá porque buena parte de los remeros que la formaron el curso pasado han pasado a formar parte de ‘La Marinera’, que ha sufrido una desbandada importante. En muchos casos, hacia alguna de las embarcaciones grandes. También Santoña se quedará sin competir en liga el próximo verano al quedarse sin hombres con los que empujar el bote. Algunos de sus mejores valores han recalado en Camargo porque, a su vez, también ha perdido nombres importantes en su embarcación. El ciclo de la vida.

Buena parte de los que han abandonado la ‘Virgen del Carmen’ lo han hecho para recalar en Zierbena. El primero en dejar la trainera verde para volver a formar parte del proyecto ‘galipo’ fue Luismi Villar, que ya se pasó una buena colección de años vistiendo de marrón. Y con él han cruzado la frontera remeros a los que él mismo ayudó a formar en AN Castro y que en su momento ya se llevó consigo a Camargo, como Imanol Costela, Yeray San Martín y Abel Vicente.

SOBRE TODO, A BIZKAIA. Ya sea por cercanía o, sobre todo, por pura necesidad, Zierbena siempre ha contado con una buena colección de cántabros en sus filas. Ha mirado mucho al oeste y para este 2023 ha recuperado a uno de sus clásicos, como es el castreño Eladio Sánchez. En el presente curso tendrá el club vizcaíno al gallego Dani Pérez como entrenador, que también ha reclutado a Álex Tacu, a quien conoce bien desde que coincidieran en Astillero. A bordo de la ‘Galipa’ seguirán también otros cántabros ilustres como Raúl García, Borja Gómez, Carlos Palazuelos o Efrén Sánchez. Casi se podía hacer una selección cántabra con lo que tiene Zierbena en sus filas.

Lo cierto es que el remo vizcaíno y, sobre todo, el área de influencia de la ría ha echado tradicionalmente la caña en Cantabria en busca de talento. Sobre todo, en los últimos tiempos. Kaiku lleva tiempo haciéndolo y también ha pasado por allí una buena colección de remeros cántabros que le han permitido subir el nivel. Con vistas a este 2023, ha perdido a algunos pero ha recuperado a otros. Así, ha visto cómo el citado Alex Tacu, que fue uno de los protagonistas de su último ascenso, se marchaba para Zierbena y cómo el castreño Cristian Garma aceptaba la propuesta de reforzar a Santurtzi. Y, como ya ha hecho en más ocasiones, ha echado mano de Iker Gimeno para sustituir a su paisano. Ambos se han ido relevando en la popa de la ‘Bizkaitarra’ en los últimos tiempos y ahora le toca coger el testigo a quien terminó patroneando ‘La Marinera’ el pasado verano. No coincidirá en Sestao con otro vecino suyo como Alberto Landa, que ha dejado Sestao para acercarse un poco más a Cantabria y remar para la ‘Sotera’.

A cambio, Kaiku se ha hecho con uno de los mejores remeros que ha salido de la cantera cántabra en los últimos tiempos, como es el canterano de Astillero Manu Crespo. El pasado curso se estrenó en la ACT a bordo de la ‘Sotera’ pero en el 2023 remará a las órdenes de José Luis Korta. A su vez, éste ha escarbado también en la ARC 1 e incluso en la ARC 2 y de Camargo se ha llevado a Lucian Neagu y de Astillero a Javier Sentíes, una de las piezas fundamentales y columna vertebral de la ‘San José’ en los últimos años. Ambos confían en pasar el corte final del técnico y estar en primera línea en verano. Quienes ya están más que asentados en el bloque verdinegro son el suancino Óscar Gómez o el pejino Lolo Gutiérrez junior.

Un remero que ha dejado atrás su etapa en ‘La Marinera’ directo a la élite es Alan Ahedo, un titular indiscutible de la trainera roja los últimos años. Es uno de los que ha salido de casa para estrenarse también en la ACT. Y lo hará en la ‘Sotera’ de Santurtzi, donde coincidirá con sus paisanos Garma y Landa. Por allí han pasado una buena colección de bogadores cántabros en los últimos tiempos, como, por ejemplo, los también castreños Adrián González, Fernando Ruiz y Alexander Esteban. Son tres trotamundos bien cotizados y que acostumbran a estar entre las plantillas más ambiciosas.

Ruiz recalará en este 2023 en Bermeo para volver a coincidir con Iker Zabala, que ya fue su entrenador en Santurtzi. En principio, será el único cántabro a bordo de la ‘Bou Bizkaia’. Será casi una rareza aunque ya hayan defendido sus intereses ilustres como Sergio Carrión, Carlos Rodríguez, Miguel Ángel Ruiz Camus, Iker Gimeno o Carlos Palazuelos. Más raro aún ha sido ver en los últimos tiempos a remeros cántabros en Orio y Hondarribia, pero los tiempos están cambiando. Y al club amarillo volverá Alexander Esteban y al verdiblanco Adrián González para intentar volver a cosechar los éxitos que ya cosecharon en territorio guipuzcoano, que históricamente ha sido un terreno vedado para los de fuera.

Esteban ya defendió los intereses oriotarras en 2013 y 2014 en una primera etapa y entre el 2017 y el 2019 en una segunda. En el 17 incluso ganó la Bandera de La Concha mientras que en el 19 ganó la liga, por lo que no hay duda de que dejó buen recuerdo. Fue ese último año en el que Adrián González se convirtió en el primer cántabro en remar para la ‘Ama Guadalupekoa’. Quedó segundo en la ACT pero, a cambio, se hizo con  La Concha, por lo que se quedaron con su número de teléfono y ahora le toca volver a atravesar la costa vasca de oeste a este para desplazarse de su Castro natal a casi la frontera con Francia.

Como se puede apreciar, el remero cántabro sigue estando bien valorado por mucho que el remo cántabro esté pasando por una mala temporada. Lo que cuesta es retener el talento que aparece pero eso es complicado hoy en día por la falta de músculo económico de los clubes y por las limitadas opciones que hay de ofrecer a los deportistas un proyecto ambicioso desde un punto de vista deportivo. De hecho, lo de pagar por remar ha quedado atrás, de ahí que quienes destaquen quieran aprovechar sus mejores años para, además, recompensar en cierta manera el esfuerzo que supone estar al pie del cañón todos los días.