En una emotiva y exclusiva entrevista para LA RAZÓN, los padres de Celia Barquín, la joven promesa del golf cántabro trágicamente asesinada en 2018, comparten su viaje por el duelo y su incansable búsqueda de justicia. A través de sus palabras, y en coincidencia con el lanzamiento del documental «Todas las cartas a Celia» de Movistar Plus, se rinde homenaje a una vida cortada en su momento más prometedor.

La historia de Celia, quien fue brutalmente asesinada a puñaladas en Iowa, Estados Unidos, por Collin Richards, sin otro motivo aparente que el capricho del azar, continúa resonando en el corazón de Cantabria y más allá. Sus padres, Mirian Arozamena y Marcos Barquín, se abren por primera vez desde el estreno del documental, que no solo reconstruye los hechos sino que celebra el espíritu y el legado de Celia.

Un Asesinato Sin Razón

"No había otro motivo," revela Mirian, aún tratando de encontrar sentido a un acto sinrazón. La pérdida de Celia es una herida abierta, una que sus padres confrontan día a día, encontrando algo de consuelo en la terapia y en la posibilidad de ayudar a otros que han sufrido pérdidas similares. "Nos consuela ver todos los campos de golf con el color amarillo, el emblema de mi hija," añade Mirian, señalando cómo el dolor personal se ha transformado en un movimiento de concienciación y recuerdo.

 El joven Collin Richards decidió segarle la vida.

El Documental: Un Homenaje a la Vida

El documental «Todas las cartas a Celia» emerge como un faro de luz, recogiendo testimonios de amigos, entrenadores, su novio, y, por supuesto, de sus padres. A pesar del dolor que supuso su realización, el resultado es un tributo poderoso a la vida de Celia, destacando su impacto en el mundo del golf y su inmenso corazón. "Nos emociona ver cómo todo el mundo coincide en ciertos matices sobre Celia," dice Marcos, reflejando la universalidad del amor y el respeto que Celia inspiraba.

Legado y Esperanza

El legado de Celia trasciende su trágica muerte. Su cuaderno personal, lleno de reflexiones y deseos de hacer el bien, ahora compartido con el mundo, subraya la esencia de una joven cuya luz no pudo ser apagada por la oscuridad. "Hacer algo bueno por alguien cada día, todo cuenta, todo vale," escribió Celia, palabras que resuenan como un llamado a la acción positiva.

Aunque la pérdida de Celia es irrecuperable, su recuerdo vive, motivando a aquellos que la conocieron y admiraron a llevar adelante su legado de bondad, determinación y amor por el golf. Para Mirian y Marcos, cada día sin Celia es un desafío, pero también una oportunidad para asegurarse de que su espíritu y su sonrisa sigan iluminando el camino para otros. "Y eso nos ayuda," concluyen, encontrando en el recuerdo de Celia la fuerza para continuar.