Joaquín Pardo: La natación me ha enseñado a organizar mi vida
Los números dicen que es el mejor nadador cántabro de todos los tiempos porque tiene en su poder doce récords de Cantabria y ha ganado otras tantas medallas en los campeonatos de España, la última de ellas el pasado fin de semana en Mallorca en los 100 braza | Lamenta no saber hasta dónde podría llegar la natación cántabra, que vive su mejor momento, si contara con medios o, al menos, con una piscina de 50 metros.
PREGUNTA.- ¿Volviste de Mallorca con lo que habías ido a buscar?
RESPUESTA.- Aunque no estaba en mi mejor momento de forma física, yo siempre voy a por todas. Por eso sí que esperaba sacar alguna medalla, algo que he conseguido, pero también hacerlo un poco mejor y bajar más mis tiempos. Pero bueno, sí, se puede decir que el objetivo, que era seguir estando ahí arriba, en la pomada, está cumplido.
P.- ¿Por qué dices que no estás en tu mejor momento?
R.- Tiene algo que ver con la plan que llevamos pero también con que este año se está haciendo muy complicado, ya que estoy entrenando yo solo porque tengo clase por las tardes, lo que lo está haciendo todo más difícil que el año pasado.
P.- ¿Y qué domina más, la satisfacción por la plata o la rabia por los dos cuartos puestos en 50 libres y 50 braza?
R.- Soy bastante exigente conmigo mismo y eso hace que me pese más los dos cuartos puestos que la plata. No debería ser así, pero lo es.
P.- Pero en uno de ellos batiste hasta en dos ocasiones el récord de Cantabria.
R.- Sí, en el 50 libre. Eso al menos me hace tener la seguridad de que he dado lo máximo de mí. No ha salido esta vez pero lo intentaremos en la siguiente.
P.- Son ya doce medallas en los Campeonatos de España. ¿Hay alguna que recuerdes de manera especial o que te haya sabido mejor?
R.- La primera. Porque fue un subidón que todavía recuerdo. Pasé de no haberme clasificado nunca a una final a, de repente, ser el tercero de España. Imagínate. Aquello fue una locura.
P.- ¿Cazaste medalla en tu primera final?
R.- No, no. Llegué sin haber estado nunca en una final pero en ese mismo campeonato sí me clasifiqué para varias. En las primeras no gané medalla pero justamente en la última final sí que conseguí ese bronce.
P.- Da la impresión de que España ya se queda pequeño. ¿Para cuándo un Europeo?
R.- Ahí estamos. Es un objetivo bien claro que tengo y a ver si lo conseguimos pronto. No está fácil, eso es así, pero con trabajo lo vamos a intentar. No lo veo imposible.
P.- Tienes una barbaridad de récords de Cantabria. ¿Te los sabes todos?
R.- Qué va. No sé cuántos tengo, pero sí, son muchos en varias pruebas.
P.- En diciembre batiste el de 200 mariposa, que llevaba 40 años vigente. ¿Qué pasaba con esa marca?
R.- Para empezar que, desde mi punto de vista, el 200 mariposa es la prueba más exigente que hay. En un cien, que es la mitad de distancia, ya acabas que se te sale el corazón, por lo que imagínate el 200. Eso asusta a la gente y hace que no sea muy apetecible nadarla. Por lo tanto, se nada menos y, si se nada menos, hay menos probabilidades de batir el récord.
P.- ¿Saliste a por el récord o te lo encontraste?
R.- Sí, estuve un par de semanas antes con mi entrenador practicando las brazadas que tenía que dar, las patadas en subacuático… Queríamos tenerlo todo un poco más estipulado para que no fuese tan difícil batirlo. Al final, lo intenté y salió.
P.- Cuando estás en el agua y en plena competición, ¿hay alguna manera de saber que estás en tiempos de récord?
R.- No, te tienes que basar en las sensaciones que vas cogiendo a medida que vas practicando este deporte. Como todo, al principio igual sales demasiado rápido, no te das cuenta y pegas el pinchazo al final. Pero eso es todo práctica, no hay una manera con la que puedas asegurarte de que lo estás haciendo bien, sino que te tienes que fiar de las sensaciones que tengas en ese momento. Hasta que no acabas y ves el reloj, no tienes ni idea.
P.- Con todos esos récords que tienes, ¿se puede decir que eres el mejor nadador de siempre en Cantabria?
R.- Ha habido gente muy buena. También hay quien puede decir que los récords de Cantabria no son tan importantes como, por ejemplo, lo que hizo Agustín Salas, que fue quien tenía el récord de 200 mariposa y que fue al Mundial. Hay quien puede decir que eso es más importante. Depende el criterio de cada uno.
P.- Pero bueno, las marcas están ahí. Son datos objetivos.
R.- Sí, eso es verdad. Pero también hay que tener en cuenta que antes no había los entrenamientos que hay ahora ni los medios que podemos tener ahora. Se va evolucionando. Lo que está claro es que es verdad, que las marcas son objetivas y son mejores ahora.
P.- Lo cierto es que no sólo eres tú, sino que sois varios los nadadores de Cantabria que estáis batiendo récords. ¿Tan buena salud tiene la natación cántabra?
R.- Últimamente, esto ha sido un ‘boom’. Hace unos años iban cuatro nadadores a los campeonatos de España y, salvo alguna excepción, quedaban entre los últimos puestos. Ahora, de repente, hay cuatro o cinco medallistas en Cantabria. Es algo que no se había visto nunca.
P.- ¿A qué crees que se debe?
R.- Se da un cúmulo de cosas. Para empezar, ha aparecido una generación muy buena porque hay gente con capacidades. También los entrenamientos han tenido que ver porque esto no es fruto de la casualidad, sino de un trabajo muy bueno. Aún así, seguimos sin tener los medios necesarios, como contar con una piscina de 50 u otras cosas que otros clubes sí que tienen. A pesar de eso, ya ves, seguimos estando ahí.
P.- Cuando necesitas entrenar en 50, ¿a dónde tienes que ir?
R.- Hay una piscina privada en Santander, la de Orlando, pero comparada con las piscinas en las que se compite es una charca. Eso es así. No sé ni siquiera si llega a 50 o se queda en 49 metros, pero está hecha así para que, precisamente, no se compita. Pero es lo que hay. Y si quieres preparar un poco un campeonato, vas y pagas unas semanas antes. Es lo que tenemos.
P.- ¿Hay algún proyecto de intentar construir alguna?
R.- Llevamos esperando esa piscina años, pero es muy complicado. Alguna vez se ha hablado pero se queda en nada.
P.- ¿Os limita mucho esta carencia?
R.- Yo entreno en piscina de 25 y, cuando vas a competir, los largos son del doble de distancia. Y, obviamente, se nota. Poco a poco te vas acostumbrando un poco más, pero a los primeros campeonatos a los que fui… Aquello era un sinfín.
P.- ¿Tendrías posibilidad de concentrarte antes de alguna gran cita en algún lugar con piscina grande cerca?
R.- Tendría que marcharme fuera y ahora mismo estoy aquí con la carrera. No lo puedo contemplar.
P.- Cuando vas a competir a Mallorca, como el pasado fin de semana, y ves las instalaciones que tienen allí… ¿Qué piensas?
R.- Pues alucinas, claro. Y no sólo pasa cuando vas a Mallorca, sino a cualquier sitio al que vayamos. Flipamos porque son unas piscinas que vamos… Ya quisiéramos. Imagínate si los buenos nadadores que ahora hay en Cantabria tuviéramos esos medios. Seríamos todos mucho mejores.
P.- ¿Por qué te dio a ti por la natación?
R.- Mis padres me apuntaron de pequeño a cursillos para aprender a defenderme en el agua. Algo siempre importante y más aún en una ciudad donde hay mar. Luego le fui cogiendo el gusto y el entrenador del club, que era el del Club Deportivo Parayas, me invitó a unirme al equipo para probar cuando tenía unos nueve años. Y al final, le cogí gusto, me quedé y aquí sigo hoy en día.
P.- ¿Empezaste pronto a ganar?
R.- No, al principio no era malo, pero había gente que me ganaba. A esas edades, cualquier cambio físico entre los niños se nota muchísimo. Luego llega la pubertad, se van equiparando las cosas y ahí sí que empecé a destacar.
P.- ¿En qué momento te dijiste ‘venga, vamos a apostar en serio por esto de la natación’?
R.- Siempre me lo he tomado en serio. Antes de ganar la primera medalla, ya iba a entrenar todos los días con la misma ilusión, a esforzarme en los entrenamientos… Y luego ya, a partir de ganarla, seguí en la misma línea. Siempre he sido trabajador y constante.
P.- ¿Cuántas horas le dedicas?
R.- Todos los días, de lunes a sábado, hago una hora y 45 minutos de entrenamiento en el agua. Y luego, los martes y los miércoles, de seis de la mañana a siete y media también hago otra sesión de agua.
P.- ¿Pero qué piscina te abre a las seis de la mañana?
R.- La de Cros, en la que yo entreno. Nos abre para un grupo de nadadores y para el entrenador. Y ahí estamos, por la mañana, antes de ir a clases. Hay que levantarse a las cinco. Es duro, pero bueno.
P.- Aunque vayáis varios, es un deporte muy solitario. Cuando uno corre, puede ir hablando con el de al lado, pero cuando nada no.
R.- Sí, estás tú solo con tu mente.
P.- Hay que ser fuerte mentalmente.
R.- Hay que serlo, sí, sí. Hay días y días. Hay días que sales machacado de clase y lo último que te apetece es ir a la piscina a sufrir. Y ademas, tú solo. A veces es duro, sí.
P.- ¿En qué piensas cuando te pasas hora y tres cuartos nadando?
R.- En teoría, cuando vas a entrenar tienes que estar centrado en el entrenamiento y en la técnica. Pero vamos, al fin y al cabo soy humano y, por ejemplo un día malo o que tengo examen al día siguiente, se te va la cabeza muchas veces a algo que es ajeno a la natación. Pero en general sí que estoy centrado en el entrenamiento porque precisamente estás ahí para mejorar y hacer las cosas bien.
P.- Cuando sales de la piscina, ¿tienes ganas de hablar con el primero que cojas o te cuesta salir de esa burbuja en la que has estado?
R.- Obviamente, en cuanto puedo hago bromas con los compañeros y con el entrenador del equipo. Eso sí. Hay que hacerlo porque si no…
P.- ¿Hay algún momento en el que has pensado ‘no merece la pena tanto esfuerzo?
R.- Sí, alguna vez te dan ganas de mandarlo todo a tomar por saco, pero es un deporte que sí que me gusta. Para mí merece la pena. Es un momento de desconexión diaria aunque sufras. Es algo que me aporta más de lo que me quita.
P.- ¿Qué te ha dado la natación?
R.- Me ha dado mucha disciplina y me ha enseñado a organizarme bien, a lidiar con problemas de tiempo, de que tengo que hacer no sé cuántas cosas y que también tengo que ir a entrenar… A organizar mi vida, vamos. También a saber lo que es el sacrificio y el trabajo duro.
P.- ¿Y qué te ha quitado?
R.- Pues que si, por ejemplo, mis compañeros de facultad salen el viernes y yo tengo competición el sábado por la mañana, pues yo no puedo ir con ellos. Tengo que sacrificar algunas cosas. Pero bueno, es parte del deporte. Hay tiempo para todo pero también hay que sacrificar algunas cosas.
P.- ¿En qué estilos eres mejor?
R.- Creo que en braza y en crol. Son los que más me gustan y los que más disfruto. Aunque bueno, mi prueba favorita son los 200 estilos, ya que es una combinación de todos y tocas un poco de cada cosa.
P.- Tu entrenador es Iván Raba. ¿Hasta qué punto ha sido importante en tu progresión?
R.- Muy importante. Muchísimo. De no ser por él, no sé si estaría aquí porque, al fin y al cabo, es quien me aprieta las tuercas cuando es necesario, el que me da consejos… Un poco el que me guía. Y el del entrenador es un papel fundamental. Además, los días que voy a entrenar solo, sólo está él conmigo, por lo que es un entrenamiento individual y me aprieta al máximo. Eso luego te ayuda a mejorar mucho.
P.- ¿Vive alguien en España de nadar?
R.- Difícil. Si lo hay, no lo conozco. Quizá haya alguno, pero si lo hace, yo creo que malvive. Esto por desgracia no es fútbol y aquí en España está complicado. Quizá en Estados Unidos haya alguno.
P.- ¿Sueñas con unos Juegos Olímpicos?
R.- Hombre, claro. Cualquier deportista lo tiene como un objetivo máximo que le gustaría cumplir. Es dificilísimo pero de ilusiones se vive. No estaría mal llegar a Los Ángeles 2028.
P.- ¿Se puede llegar ahí desde Cantabria?
R.- Es muy complicado. Para empezar, lo que hablábamos antes, sin entrenar en una piscina de 50 no puedes ir a una competición internacional de ese calado. Para eso habría que marcharse fuera.
P.- Ya has estado concentrado alguna vez con la selección. ¿Qué tal la experiencia en la ‘Blume’?
R.- Buenísima. Muy buena y muy enriquecedora pero también dura. Los entrenamientos que tienes allí, las sesiones de fuerza a las que que yo no estoy acostumbrado, fueron duras. Pero aprendí cosas, que es a lo que iba. Es también algo necesario para dar un salto grande.
P.- ¿Te gustaría estar concentrado allí permanentemente?
R.- Hay nadadores que tienen allí la residencia, que viven, estudian y van a entrenar la piscina que está ahí al lado. No lo sé, yo es que soy muy casero y como en casa en ningún lado. Quizá entrenar algún tiempo sí, pero la verdad es que es muy dura esa vida.