20.04.2024 |
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Una gran ampolla hace abandonar a Azara

La atleta corraliega comenzó con el grupo de cabeza pero tuvo que retirarse en el ecuador de la competición por el fuerte dolor - Hubo multitud de abandonos en el equipo español - El cántabro Borja Fernández acabó en 60ª posición

Azara García de los Salmones. / AC
Azara García de los Salmones. / AC
Una gran ampolla hace abandonar a Azara

Comentaba Azara García de los Salmones a este periódico el día antes de tomar la salida en el Mundial de Ultra que en una prueba tan larga, de 85 kilómetros, 6.500 metros de desnivel positivo acumulado y unas doce horas de esfuerzo, hay muchos factores que no están bajo el control de las atletas que pueden condicionar la competición. Y así fue. Ella llegaba en plena forma, “mejor que nunca”, confesaba. Sin embargo, se tuvo que retirar mediada la prueba porque no podía más. Un palo bien grande se tuvo que encrustar en las ruedas de la corraliega para que la sacara de la carrera. Es una tipa dura, pero una ampolla se hizo insoportable. No pudo más, tuvo que decir basta y quedarse en la cuneta administrando su frustración.

Sucedió mediada la prueba, después de un inicio de carrera prometedor. Se coló entre las mejores y se vio peleando por lo que había ido a buscar pero algo le empezó a doler en el talón. Fue un dolor cada vez más intenso que la hizo ir perdiendo fuelle, que hizo que la adelantaran corredoras a las que había dejado atrás y que empezó a convertir la fiesta que durante tanto tiempo había estado preparando en una tortura. Aquello no merecía la pena y por eso se tuvo que retirar. Ella no quería, pero apenas había margen para tomar otra decisión.

Al primer avituallamiento, que fue un viaje de vuelta al punto de salida, llegó Azara en tercera posición, siguiendo la estela que dejaba la segunda y a unos pocos segundos de la atleta que lideró la prueba. Las cosas iban bien. Estaba donde había que estar.  Sin embargo, el paso de los kilómetros fue anunciando que algo estaba fallando, que los neumáticos no respondían. Al siguiente punto de control ya pasó en quinta posición y más tarde en séptima. Todo salió a la luz cuando decidió parar y anunció que se retiraba. Así funciona el deporte. No es ciencia, está a merced de múltiples variantes capaces de dejar apenas sin valor tantos meses de trabajo.

El calor no ayudó. Ya en la salida, a las seis y media de la mañana, los termómetros superaban los veinte grados para llegar a lo largo del recorrido a más de treinta. Lo esperado, por otra parte, por mucho que el horizonte estuviera cargado de nieve. Se produjo, en verdad, una carnicería de abandonos, empezando por el de la campeona del mundo y una de las grandes favoritas, L’hirondel, cuando Azara aún estaba en escena, lo que aumentaba sus opciones de subir al cajón. Con todo, si hubo una selección especialmente perjudicada fue la española tanto en hombres como en mujeres, que ni siquiera pudieron aspirar a repetir la medalla por equipos conseguida en la última prueba mundialista. Lo que pudo salir mal, salió mal.

Quien sí terminó fue el otro cántabro presente en la competición de larga distancia del Mundial, que fue Borja Fernández. Mantuvo una progresión regular, para acabar en la posición número sesenta. Teniendo en cuenta el descalabro que se produjo, sólo terminar ya supuso un logro.

Una gran ampolla hace abandonar a Azara
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