26.04.2024 |
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LA SOTILEZA

Camargo se hace grande en la Sotileza

Ganó con autoridad la tradicional regata santanderina, algo que no conseguía desde 1992 | La embarcación verde fue 17 segundos más rápida que la ‘Pedreñera’, que ve su trono cuestionado

La tripulación de Camargo posa con su primera bandera Sotileza en 31 años.
La tripulación de Camargo posa con su primera bandera Sotileza en 31 años.
Camargo se hace grande en la Sotileza

Tener un buen batel no garantiza tener una buena trainera. Tener una buena trainerilla tampoco, pero se empieza a acercar un poco más. Cuando, una semana atrás, la de Camargo le sacó 19 segundos a la de Pedreña en el Campeonato de Cantabria de la modalidad, alguno quiso ver ya algunas pistas. Los resultados fueron un toque de atención porque quizá ahí había donde rascar. Era mucha diferencia, por lo que se abrió el melón. ¿Habría cambio de hegemonía entre las traineras cántabras? Hoy se confirmó que sí, que puede ser, que, por lo menos, la ‘Pedreñera’ va a dejar de pasearse cada vez que sale a competir en su tierra junto a sus vecinos. Le ha surgido un rival.

Fue Camargo quien ganó la Bandera Sotileza. Corren buenos tiempos en Punta Parayas porque no se la llevaban a casa desde 1992. Hace 31 años de aquello. Ni siquiera se habían celebrado todavía los Juegos Olímpicos de Barcelona y algunos de sus remeros ni siquiera habían nacido. Ni se acordaban de la última vez. Sin embargo hoy, en la primera regata con sabor a verano de la temporada, ganaron con tremenda solvencia, con tiempo de sobra, con la autoridad de quien quiere liderar una revolución. La ‘Virgen del Carmen’ quiere destronar a Pedreña y, por ahora, va por buen camino.

La embarcación verde puso su primera pica en Flandes, marcó territorio. No sólo ganó, sino que le sacó en meta diecisiete segundos y medio a Pedreña, que no se esperaba un golpe semejante. Contó con la ventaja de conocer al menos la referencia intermedia que había marcado su gran rival pero no tuvo motor para reaccionar. Al paso por el giro de La Cerda, donde habitualmente se cocía el pulpo, la renta que habían adquirido los entrenados por Carlos Rodríguez era ya de once segundos (7.18 por 7.29 de Pedreña). Era una distancia importante, todo un golpe de autoridad, demasiada distancia para tan poco tiempo de regata. Algo iba mal a bordo de la embarcación trasmerana.

Lo malo fueron los emparejamientos. La Bandera Sotileza se disputa a dos calles y, al ser la primera regata de la temporada, se estableció el orden de salida en función de los resultados del pasado año. Por eso Pedreña viajó junto a Castro y Camargo junto a Astillero. El resultado fue que cada uno remó en solitario. Una auténtica contrarreloj que privó de ver el mano a mano entre trasmeranos y camargueses para comprobar si las diferencias marcadas hoy eran de verdad, para poder analizarlos a ambos de cerca.

A los dos les correspondió la calle dos, por lo que ahí no hay trampa ni cartón. Y tampoco navegaron muy lejos uno del otro, ya que Pedreña comenzó el trabajo tres minutos después de que lo hiciera Camargo. Vio a la ‘Virgen del Carmen’ en todo momento de lejos con la confianza de dejar en seguida atrás a ‘La Marinera’. Al tener que ir por el carril exterior, los entrenados por Carlos García comenzaron por delante de los castreños para compensar los metros de más que debían hacer en el giro que da entrada a la bahía, por lo que desde un principio avanzaron en realidades paralelas, como si no tuvieran que ver uno con el otro, como si, en definitiva, estuvieran disputando una contrarreloj. La pasión que tradicionalmente se vivió en esta regata se ha quedado por el camino.

Lo mismo que le sucedió a Pedreña con Castro le sucedió a Camargo con Astillero. No quiso saber nada de la ‘San José’. Se negó a bailar con ella y se marchó hacia delante, con potencia, con fe y con la ilusión de convertirse en el rey de la fiesta, en acabar subido en el pódium bailando y haciendo bailar a los demás. En el momento de la arrancada, sólo era una apuesta. Cuando recibieron la referencia de paso, una probabilidad más que una posibilidad. Esos once segundos de diferencia entre los favoritos a llevarse el premio gordo fueron un motor, un aliciente y un subidón de adrenalina para quienes iban dentro de la trainera verde y un golpe moral para quienes viajaban en la negra.

Camargo ganó con Jonatan Castanedo como patrón y Dámaso Tejero como proel. En babor formaron Carlos Iriondo, Ismael Rodero, Carlos Rodríguez, José Ramón Fernández, Eugenio Fernández y Mario Navarro y en estribor Diego Castro, Raúl Fernández, Aitor Casuso, José Manuel Fresnedo, David Pérez Iglesias y Miguel Duque. Partieron a las 12.03, tres minutos después de que lo hicieran Laredo y Pontejos, que terminaron el trabajo en 19.42,40 y 20.47,09, respectivamente. Por lo tanto, entre ellos tampoco hubo pugna. Los de Punta Parayas tampoco la querían tener con Astillero y, de hecho, al entrar en la bahía, le sacaban 26 segundos. No tenían referencias pero sí la certeza de que estaban marcando un mejor tiempo que Pedreña y que tenían en su mano la posibilidad de ganar una bandera que durante mucho tiempo han visto desde la distancia.

Pedreña defendía hoy un estatus, ya que hacía varios años que no perdía una regata en Cantabria. Siempre había navegado muy lejos de los demás, sin posibilidad ni tan siquiera a dotar de emoción a la competición. Hoy su reinado fue discutido. Los pedreñeros cogieron rápidamente distancia respecto a Castro pero en el ecuador de la prueba les confirmaron que esa referencia no era buena. De hecho, los entrenados por José Ángel Vázquez ‘Txanpan’ incluso fueron más lentos que Astillero en meta. Mucho, además. No tiene pinta de que los castreños vayan a disfrutar mucho este verano.

Cuando Camargo cruzó la meta, el reloj marcaba 18 minutos y 10 segundos justos. A partir de ahí, le tocó esperar porque el tiempo final debía confirmar lo apuntado en el paso intermedio. Y sucedió así porque la ventaja incluso se dobló, ya que Pedreña paró el cronómetro en 18.27,55. Tercero fue Astillero (18.50,03), cuarto Castro (19.12,36), quinto Laredo (19.42,40) y sexto Pontejos (20.47,09). Suances y Colindres disputaron la llamada liga combinada cántabra y ahí sí que hubo alta tensión porque ganaron los primeros por sólo sesenta centésimas (10.27,89 por 10.28,49). En su caso, sólo disputaron la parte de la regata que viajó por la bahía. Se perdieron la mar.

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