En un giro impactante, el ataque terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre ha transformado profundamente la percepción de la sociedad israelí y ha desencadenado una respuesta sin precedentes por parte de Israel. Este atentado, que dejó un saldo de 1.200 personas asesinadas, en su mayoría civiles, y más de 240 tomadas como rehenes, marcó un quiebre en la percepción de Israel como una fortaleza inquebrantable con uno de los Ejércitos más avanzados del mundo.

La respuesta de Israel fue contundente: declaró la guerra a Hamás e inició una campaña de bombardeos que, a partir del 27 de octubre, se transformó en una incursión terrestre en la Franja de Gaza. Las tropas israelíes avanzaron hasta el sur del enclave palestino, concentrando sus esfuerzos en Jan Yunis, una ciudad estratégica y bastión de Hamás, así como la ciudad natal de su líder, Yahya Sinwar.

Ante la urgencia de la situación, Israel movilizó hasta 360,000 reservistas en un tiempo récord de 48 horas, una hazaña sin precedentes. Esto fue posible debido al servicio militar obligatorio en Israel, donde todo adulto hasta los 40 años es reservista y está obligado a responder al llamado en caso de necesidad, participando también en actividades de entrenamiento. Existen excepciones, como mujeres embarazadas o con hijos y judíos ultraortodoxos.

El ataque de Hamás generó cambios profundos incluso en la comunidad ultraortodoxa judía. Tradicionalmente exentos del servicio militar obligatorio por ser estudiantes de 'yeshivas' (centros de estudios religiosos), alrededor de 450 judíos ultraortodoxos se unieron a las Fuerzas de Defensa de Israel desde el fatídico 7 de octubre. Esta exención, establecida por David Ben Gurion en 1948, ha sido objeto de controversia debido a la creciente población ultraortodoxa, que ahora representa el 12 % de la población israelí.

La legislación ha sido objeto de intentos de modificación en el pasado, pero la influencia política significativa de la comunidad ultraortodoxa ha llevado a su mantenimiento. Este sector desempeña un papel clave en la política israelí y ha sido un factor decisivo en la formación y caída de gobiernos. La participación activa de judíos ultraortodoxos en las FDI en respuesta al ataque de Hamás ha generado un cambio significativo en la dinámica política y social del país.