El presidente de Cantabria confesaba a la periodista de El Intermedio (La Sexta), durante el enésima entrevista para promocionar su último libro, que de pequeño le llamaban “El Mudito”. Y parece que el jefe del Ejecutivo cántabro se ha retrotraído a esos años de infancia porque desde que se conociese la presunta trama de corrupción que operaba en la Consejería de Obras Públicas, no ha querido hacer ninguna valoración al respecto. Revilla no se ha mostrado tan locuaz respecto a este asunto como se exhibe en sus habituales visitas a los platós de las televisiones de España, actividad frenética en los últimos meses que se ha detenido abruptamente.

Lo cierto es que el Gobierno regional ha acumulado en poco tiempo dos gravísimos escándalos que ponen muy difícil al presidente regionalista dar la cara ante audiencias millonarias. Por una parte, la chapuza de los trenes de Cercanías, perpetrada por su socio de Gobierno, el PSOE, y que ha dejado a los cántabros sin trenes de calidad hasta al menos 2026.  Y por otro lado, el caso que implica a un alto funcionarios de su Gobierno y a varias empresas de la región en un supuesto sistema para amañar contratos y recibir ‘mordidas’.

Este último asunto ha complicado enormemente la proyección mediática de Revilla en los medios nacionales, una visibilidad con la que el del PRC contaba de cara a la elecciones del próximo 28 de mayo y que ahora solo le podría generar problemas. Revilla quiere evitar exponerse a preguntas incomodas y se escuda en el secreto de sumario de la causa que investiga la trama de Obras Públicas para no tener que dar explicaciones. No es probable que le veamos en las próximas semanas apareciendo de nuevo en televisión, y menos para hablar de corrupción, a pasar de ser uno de los temas sobre el que siempre le gusta pontificar, como en la intervención que tuvo en El Intermedio, donde el presidente cántabro no dudo en tildar como “el escándalo más grande que he conocido” el hecho de que el rey emérito, Juan Calos I, fijase su residencia en Emiratos Árabes. Ahora, con la sobra de la corrupción sobrevolando su gestión al frente de la Administración cántabra, Revilla prefiere no tocar estos temas.  

Estrella de la televisión

La entrevista concedida al programa presentado por el Gran Wyoming no es ni mucho menos la única aparición del máximo responsable del Gobierno de Cantabria en televisión.

El pasado 23 de enero, hace a penas un mes, Revilla soplaba las velas de su 80 cumpleaños en el programa El Hormiguero (Antena 3), conducido por Pablo Motos,una escusa más para promocionar su libro y su imagen. Un espacio donde ya debería tener la consideración de ‘colaborador, a tenor del número de veces que ha acudido.

También visitó ‘Espejo Público’ (Antena 3) y a la que Revilla considera su “amiga y más cosas”, Susanna Griso, donde advirtió de los riesgos de un posible pacto postelectoral entre PP y Vox para arrebatarle la presidencia de la región. También se despacho a gusto contra las ministras de Podemos, Irene Montero e Ione Belarra, y también se arrogó el mérito de haber logrado personalmente el reconocimiento de la Autonomía para Cantabria.

Y es que, Miguel Ángel Revilla es ya un ‘clásico’ de los medios. Desde que saltara a la palestra nacional comentando en programas de radio y televisión intimidades de la ceremonia de boda de los entonces Príncipes de Asturias, el presidente de Cantabria ha hecho una carrera que podría ser la envidia de muchos actores, cantantes e ‘influencers’. Una permanente exposición pública que ahora, cuando a los cántabros les interesa saber que es lo que tiene que decir el presidente sobre temas realmente importantes, se detiene de golpe.