03.05.2024 |
El tiempo

DIA FIESTA NACIONAL

"Es una vergüenza": Los ciudadanos se quejan de lo alejados que estaban para ver el desfile de 12-O

Sánchez vuelve a enfrentar abucheos en su llegada al Desfile del 12 de octubre a pesar del intento por blindar la zona | Los socialistas culpan al Partido Popular de "agitar" la calle, pero los gritos de "¡Fuera!" y "Que te vote Txapote" resuenan durante la celebración.
"Increíble. Así han alejado a los asistentes al desfile del #12Octubre. Es una vergüenza. Aún así, el abucheo a Sánchez se ha oido más que nunca. No pueden ocultar la voz de la calle"
"Increíble. Así han alejado a los asistentes al desfile del #12Octubre. Es una vergüenza. Aún así, el abucheo a Sánchez se ha oido más que nunca. No pueden ocultar la voz de la calle", escribía Vito Quiles
"Es una vergüenza": Los ciudadanos se quejan de lo alejados que estaban para ver el desfile de 12-O

Como es costumbre en los últimos años, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha sido recibido entre abucheos y gritos de "¡Fuera!" y "Que te vote Txapote" de ciudadanos que se acercaron a presenciar el desfile del Día de la Fiesta Nacional, minutos antes de las 11:00 horas.

A pesar del intento de blindar la ubicación de la tribuna de autoridades en la Plaza de Neptuno este año (diferente de los años anteriores, que estaba en la Plaza de Lima), para alejar a los asistentes con un perímetro de seguridad, no se logró silenciar las expresiones de protesta contra Pedro Sánchez.

Los dirigentes socialistas, incluido el presidente del Gobierno, se anticiparon a la previsible pitada y culparon al Partido Popular de "agitar" la calle después de las dos manifestaciones y la posible reacción de los ciudadanos este 12 de octubre, en medio de las negociaciones para obtener apoyos para la investidura. El año pasado, previendo que sería abucheado como en 2019 y 2021 (en 2020 no hubo desfile debido a la pandemia), Sánchez intentó evitarlo retrasando su llegada para hacerla coincidir con la de los Reyes, aunque sin éxito, ya que la indignación de los ciudadanos también se hizo notar.

La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, expresó la víspera de esta celebración nacional que aquellos que abuchean y protestan con pitidos en este desfile "faltan al respeto" al Rey, a las Fuerzas Armadas y "a la inmensa mayoría de los ciudadanos". "Quien va al Día de las Fuerzas Armadas a hacer una expresión que ni siquiera es política, es una expresión de mala educación, lo que hace es, primero, faltar el respeto a Su Majestad el Rey, que es quien preside el desfile", señaló ante la prensa, al tiempo que pidió a los populares que "no hagan política".

En torno al palco de las autoridades, esperando la llegada del presidente del Gobierno, se encontraban la vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la ministra de Educación, Pilar Alegría, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, o el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, entre otros.

Asimismo, estaban presentes los representantes de las fuerzas políticas, como el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el líder de Vox, Santiago Abascal, junto a sus portavoces, Cuca Gamarra y Pepa Millán, el portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, o la de Sumar, Marta Lois, entre otros. A esta cita asistieron como cada año todos los presidentes autonómicos, excepto el catalán Pere Aragonès y el vasco Iñigo Urkullu.

Los abucheos y pitidos se escucharon nuevamente al final del desfile. A los gritos de "Que te vote Txapote" se sumaron los de "Puigdemont a prisión" y "Pedro Sánchez, sinvergüenza", mientras esperaba al coche oficial. Desde la Plaza de Colón se trasladaron hasta el Palacio Real para la recepción oficial, a la que están invitadas cerca de 2.500 autoridades y personalidades de diferentes ámbitos.

La condena por parte de los españoles se centra en la distancia a la que la ciudadanía, solo podía verlo a unos 200 metros, dificultando la visión de los viandantes sobre lo que suceda en la zona del desfile.

Con plena conciencia de las situaciones ocurridas en celebraciones anteriores, el equipo de Moncloa ha tomado medidas anticipadas ante la esperada respuesta del público. Recordando la ocasión del año pasado en la que Sánchez, para evitar abucheos, se apartó del protocolo y aguardó en su vehículo la llegada de Felipe VI, en esta ocasión se ha optado por distanciar las barreras del público, colocándolas a más de 200 metros del palco de autoridades, que se ubica en una nueva locación: la plaza de Neptuno. Además, en un cambio significativo, el recorrido no transcurrirá por la tradicional ruta del Paseo de la Castellana, sino por el Paseo del Prado y el de Recoletos, y no se dispondrán gradas para los espectadores, otra novedad destacada.

"Es una vergüenza": Los ciudadanos se quejan de lo alejados que estaban para ver el desfile de 12-O
Comentarios