26.04.2024 |
El tiempo

Solabarrieta, optimista

«Llevamos una línea ascendente no sólo de resultados, sino también de juego y sensaciones», afirma | Avisa de la dificultad que entraña el campo donde está teniendo que jugar el Alavés B

El entrenador del Racing, Aritz Solabarrieta. / Real Racing Club
El entrenador del Racing, Aritz Solabarrieta. / Real Racing Club
Solabarrieta, optimista

Aritz Solabarrieta usa las mismas gafas que Pedro Menéndez. Si el día anterior el secretario técnico del Racing había asegurado que detectaba una evolución y un crecimiento en el equipo que, en verdad, cuesta ver a quien lo mira desde fuera de la comisión deportiva, su entrenador mantiene el mismo mensaje. E incluso va más allá. El técnico de Ondarroa está seguro de que el avión está a punto de despegar porque está en el buen camino, en el camino de baldosas amarillas que le va a llevar a alcanzar el punto que tanto tiempo lleva buscando. Así lo explicó: «Llevamos una línea ascendente no sólo de resultados, sino también de juego y sensaciones».

Escuchando al entrenador verdiblanco, parece claro que el equipo está a punto de romper a jugar. Y bueno sería que lo hiciera mañana mismo porque, como él mismo reconoció, el de Vitoria es «un partido importantísimo del mismo modo que lo era el del Bilbao Athletic». Por la trascendencia de la cita y por la seguridad de que su equipo va a seguir dando los pasos adelante que él detecta en las últimas semanas, aseguró que «sólo» piensa en ganar en Ibaia. No se plantea ninguna otra posibilidad, la misma que, probablemente, le alejaría del proyecto y pondría freno a ese crecimiento que detectan el secretario técnico y el entrenador.

El envite ante el Alavés B va a ser complicado y, según las palabras de Solabarrieta, se puede parecer más al encuentro de Portugalete que al de hace seis días en Los Campos de Sport. Recordó el entrenador verdiblanco que el filial vitoriano está teniendo que jugar en un campo de hierba artificial porque el protocolo de La Liga, a la que pertenece su primer equipo, les impide compartir terreno de juego. Y donde han ido a hacerlo es a un campo donde «no es fácil jugar porque es bastante estrecho y ocurren cosas de la nada, ya que desde un saque de banda o una falta te crean ocasiones o bien también las puedes hacer tú». Es consciente de que eso puede condicionar el juego de los suyos pero también admitió que tener que jugar en ese escenario es también «un hándicap para ellos porque no les ayuda en exceso». De este modo, parecen ser conscientes del partido que les espera. Recordó que el filial que pilota Iñaki Alonso está formado por «gente joven con futuro» pero no duda de que su equipo es mejor. «Por eso vamos con todo», precisó.

No es el Alavés B un filial al uso porque no tienen problema para «usar un fútbol más directo» del que, por ejemplo, ponen en práctica Real Sociedad B o Bilbao Athletic. Sin embargo, también recalcó que cuando fueron a Gobela, donde, como dijo Solabarrieta, «la teoría te dice que no se pude jugar, ellos estuvieron mejor cuando lograron hacerlo por abajo». La historia, por lo tanto, sería idéntica a la del Racing, que en el segundo tiempo disputado en territorio getxotarra e incluso jugando con diez demostró que también se puede imponer con el balón en los pies. De hecho, el equipo verdiblanco lo ha dejado claro en sus dos últimas visitas a ‘la jaula’.

Afirmó el entrenador verdiblanco que el segundo equipo del Alavés ha sufrido alguna salida en las últimas semanas y que también afrontará el encuentro con alguna baja, pero destaca sus «buenos jugadores interiores». Su intención será «contrarrestar lo que van a hacer ellos» pero, sobre todo, su prioridad será «hacerles daño». «La clave será defendernos y atacar bien, tener el balón e intentar acertar en las ocasiones que últimamente estamos teniendo y que no estamos logrando materializar», explicó. La teoría parece clara.

Respaldado. Se la juega el Racing y también se la va a jugar él mismo pero él está tranquilo porque aseguró sentirse «absolutamente respaldado» por la plantilla. «Y no hay nada mejor para un entrenador que eso», afirmó. Todo ello, a pesar de que es bien consciente de que su labor es «tomar decisiones y dejar a gente sin jugar». Insistió en que confía en los futbolistas que tienen a su disposición porque les ve «crecer» y entiende que «van a más en una situación adversa que no es fácil para ninguno, para ellos tampoco». «Yo estoy encantado con ellos, yo creo en ellos y ese es el camino que nos va a llevar a ganar partidos», añadió.

Tendrá que afrontar el encuentro Solabarrieta sin refuerzos. Éstos se hacen esperar pero el técnico verdiblanco lo entiende porque sabe que el mercado de invierno «siempre es complicado y la mayoría de operaciones siempre se hacen al final». «Todos los jugadores quieren aspirar a un equipo de Segunda pero la realidad es la que es», apuntó. Sí aseguró, como dijo Menéndez el día anterior, que el club «está abierto y atento a todo lo que pueda surgir» pero también recordó que la pandemia y la situación económica de muchos clubes está haciendo que el mercado «se mueva poco».

Le cuestionaron al entrenador vizcaíno por el lateral izquierdo, un puesto que, como él mismo reconoció, «está teniendo demasiada alternancia». A sus órdenes, por ahí han jugado Maynau, Bustos y Óscar Gil, quien, en su opinión, «ha rendido muy bien» cada vez que ha tenido que ejercer ese rol. «Sé que Mantilla también puede jugar ahí», señaló. Quien está a la espera de una oportunidad es Pablo Andrade. Podría llegar mañana mismo. «Después del confinamiento, vino sin jugar ni hacer nada durante muchos meses y luego le llegó una lesión un poco extraña. Le veo cada vez mejor y va a entrar dentro de poco». Pronto jugará», zanjó.

Afirmó el entrenador verdiblanco que había vuelto a ver el encuentro contra el Bilbao Athletic y que lo visto todavía le había «jodido y dolido más» porque eran bien conscientes de que era «un partido importante» que, por ejemplo, les podría haber dejado a dos puntos de los puestos de honor. Entiende que «cuando tienes algo que agarrar, eso te lleva a ir hacia atrás de manera consciente o inconsciente». Con todo, tiene claro que «el máximo responsable» es él y que es a él a quien hay que «señalar» a la hora de buscar culpables a ese desbarajuste generado en los últimos diez minutos que pusieron la alfombra roja a su rival para que se terminara marchando con dos puntos

Solabarrieta, optimista
Comentarios