Independientemente de lo que acabe sucediendo con el partido que estaba previsto para el próximo fin de semana en Amorebieta, el Racing, tal y como establecía en su plan de trabajo, vuelve a los entrenamientos en la mañana de hoy. Como aún no tiene ninguna notificación oficial por parte de la Federación, seguirá pensando en comenzar de la mejor manera posible la segunda fase, ya que el partido de Urritxe era interpretado ya como la primera jornada de la misma. Y así lo será, juegue cuando se juegue, tanto para el conjunto cántabro como para su rival, ya que el Amorebieta tampoco se jugará nada ese día más que tres puntos que contabilizar en el siguiente acto del campeonato. La diferencia es que los vizcaínos jugarán en el mismo por alcanzar el playoff definitivo de ascenso y los cántabros por, simplemente, asegurarse un sitio en la próxima Primera RFEF.

El confinamiento va a suponer un problema de ritmo para los jugadores del Amorebieta, que deberán estarse ahora diez días encerrados en casa después de haber descansado el pasado fin de semana, por lo que es probable que enlacen tres fines de semana consecutivos sin jugar. Es algo que se acaba notando porque rompe el ritmo que venía marcando el equipo. Desde el punto de vista racinguista, no jugar este fin de semana después del mazazo del pasado domingo puede ser incluso positivo porque, de hecho, le permitirá recuperar totalmente a sus jugadores lesionados. No sólo eso, sino que incluso podrá contar de vuelta con Lars Gerson.

Quienes están en la enfermería son Marco Camus y Álvaro Bustos y los dos parece que evolucionan a buen ritmo de sus respectivas dolencias. La evolución del extremo asturiano parece estar siendo muy buena, ya que incluso la semana pasada se le vio ejercitándose al aire libre, lo que resulta extraño en los primeros días posteriores a detectar una rotura de fibras por pequeña que ésta sea. Es probable que esta semana tuviera previsto intentar incrementar el ritmo para intentar ayudar al equipo en Amorebieta en el caso de que fuera necesario, pero ya no lo va a ser y podrá tomárselo con más calma. Es un jugador importante y su entrenador le necesita en la mejor disposición posible con vistas a la segunda fase, por lo que es mejor no arriesgar.

Quien sabía seguro que no iba a jugar en Amorebieta era Lars Gerson, que ya estuvo ausente de la sesión de trabajo del lunes al incorporarse a la concentración de su selección, que disputará tres partidos en poco más de diez días. De hecho, volverá a Santander a finales de la próxima semana y es probable que en todo este tiempo, su equipo no haya jugado ni un solo partido, lo cual será positivos. Por un lado, el central luxemburgués debería llegar con mejor ritmo competición del que tenía antes de su marcha y, por otro, no se habrá perdido ni un solo partido con el conjunto cántabro.