La Gimnástica se sigue mostrando como un equipo tremendamente fiable cuando juega lejos de su estadio. En este comienzo de liga ha sumado todos los puntos posibles en sus partidos a domicilio. Tres partidos, tres victorias.

No se le puede pedir más. Un gol de Alberto Gómez al comienzo de la segunda parte sirvió para derrotar al Marino en un partido muy práctico y efectivo del equipo de Sergio Fernández. La Gimnástica supo controlar los tiempos del encuentro en todo momento y fue capaz de aprovechar una de sus ocasiones para llevarse la victoria. El debut como titular en liga de Pol Bassa fue la gran novedad en la alineación de la Gimnástica.

El gran encuentro realizado por el extremo en la eliminatoria de Copa RFEF entre semana le supuso ser el elegido para ocupar el puesto vacante en el once inicial por la sanción de Josemi.

La lección bien aprendida

El conjunto torrelaveguense saltó al terreno de juego con el planteamiento del encuentro muy bien aprendido. Echó mano de sus habituales armas tácticas, basadas en la presión, el robo rápido del balón y la verticalidad en ataque, para tratar de sorprender a un Marino que asumió la iniciativa del juego, pero que en muy pocas ocasiones fue capaz de romper la fortaleza defensiva de la Gimnástica. Un remate de Miguel Cuesta en el minuto ocho y un disparo desviado de David Grande en el tiempo añadido, fueron las dos llegadas más peligrosas del conjunto asturiano en el primer tiempo.

Por su parte, la Gimnástica dispuso de varias ocasiones para inaugurar el marcador, aunque sin éxito. Nada más comenzar el encuentro, Saúl no pudo aprovechar un error del central Palomeque en la salida del balón para batir a Dennis; mediado el periodo, Alberto Delgado pudo sorprender con un córner muy cerrado que despejó Dennis con apuros; y ya en el minuto 44, un disparo de Álex Basurto se marchó muy cerca del palo. El duelo se decidió en el comienzo de la segunda mitad con el gol del conjunto cántabro. Alberto Gómez recogió un rechace en la frontal del área y batió a Dennis con un lanzamiento colocado junto a la cepa del poste de la portería luanquina. Todo se puso de cara para una Gimnástica que pudo poner en práctica sus mejores virtudes futbolísticas.

El cuadro de Sergio Fernández cedió el balón a un Marino que todavía no conoce la victoria esta temporada y se mostró como un bloque muy sólido defensivamente, que concedió muy pocas oportunidades al mermado oponente. La Gimnástica apenas sufrió en los minutos finales y pudo sumar una victoria que le sirve para seguir construyendo un sueño.