Manuel Ruiz de Lopera, el emblemático expresidente del Real Betis Balompié, ha fallecido a los 79 años, dejando tras de sí un legado lleno de altibajos que marcó una época en el fútbol español. Lopera, que gestionó el club sevillano desde 1992 hasta 2010, fue una figura polémica pero profundamente significativa en la historia del equipo verdiblanco.

Durante su mandato, Lopera vivió momentos de gran éxito, como el ascenso del equipo a la Primera División, clasificaciones europeas, la victoria en la Copa del Rey de 2005 y la participación en la Champions League. Sin embargo, su gestión no estuvo exenta de controversias, especialmente relacionadas con enfrentamientos con la justicia por problemas fiscales y administrativos.

Su estilo de liderazgo, a menudo autoritario y directo, así como su implicación personal y financiera en el club, lo convirtieron en una de las figuras más amadas y criticadas por la afición bética. Lopera dejó la presidencia del Betis en 2006, pero su influencia en el club y su figura como uno de los dirigentes más carismáticos del fútbol español permanecerán en la memoria.

La noticia de su fallecimiento ha generado una ola de reacciones en el mundo del deporte, especialmente entre la comunidad del Betis, donde muchos lo recuerdan como el presidente que llevó al equipo a uno de los períodos más exitosos de su historia, a pesar de los desafíos y controversias que acompañaron su gestión.