03.05.2024 |
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VILLARREAL B 2 - 1 RACING

Los errores que condenan

Tras adelantarse en la Cerámica, el Racing cayó en dos errores defensivos que le impidieron llevarse todo el botín | El equipo de José Alberto no le sienta bien jugar como el de Romo
Villarreal Racing
Los errores que condenan

Al Racing de José Alberto no le sienta bien ser el Racing de Romo. No le sale bien cuando lo intenta porque carece de su solidez defensiva, de la capacidad que tuvo en sus mejores momentos de que pasaran pocas cosas en su área.

Cuando, en esta nueva etapa que dura ya ocho partidos ligueros, el equipo verdiblanco da un paso atrás y renuncia a enseñar el colmillo y a tratar de jugar de tú a tú al rival, acaba mal. Como en Villarreal.

Allí estuvo a punto de salirle bien y de llevarse todo el botín de una manera que hubiera satisfecho los sueños más húmedos de su anterior entrenador, pero acabó recibiendo dos goles que dieron la vuelta a la alfombra roja que habían puesto a los pies de los futbolistas verdiblancos.

El primer gol se pudo calificar de accidente (tiene truco) pero el segundo no lo fue. Fue un despiste, la decisión de un central que quizá ya no se fía de su capacidad de reacción y por eso se deja caer a la portería

Germán, un tipo veterano que tiene más que asimilados este tipo de cuestiones tácticas, no regaló un gol al rival con un mal pase como semanas atrás, sino que, sencillamente, se quedó atrás en el fuera de juego y habilitó, de largo, a Correira para que hiciera bueno el pase de mago de Del Moral. No es el primer fallo gordo que tiene el central de San Fernando en las últimas semanas, lo que debe estar haciendo que Pol Moreno le esté dando muchas vueltas a la cabeza estos días.

En el segundo tiempo en el que llegaron los goles, el Racing dio un paso atrás, no fue tan arriba a la presión y pasó a esperar en su campo a que pasaran cosas. El Villarreal B se adueñó del balón y el conjunto cántabro pasó a ser el equipo que era hasta principios de septiembre. Y estuvo cerca de salirle bien, pero se le hizo largo.

De hecho, el gol que le adelantó, un robo en el área propia que llevó el balón a la red en dos pases y cinco segundos parecía que iba a hacer buena la apuesta, pero no fue así. El partido salió de la atonía que parecía llevar y ese dinamismo que adquirió hizo saltar las costuras del entramado defensivo verdiblanco. Es fácil ver en el gol del empate una desgracia y un arrebato de mala suerte porque, como recordó José Alberto tras el encuentro, era un remate que no iba a ninguna parte y que no iba a generar ninguna inquietud, pero dio en Germán y, de pronto, se convirtió en gol. Lo que hay que estudiar es por qué el lanzador pudo rematar tan cómodo, por qué pudo controlar el balón en zona de tres cuartos, dar dos toques al mismo para acomodárselo y rematar sin que hubiera rival alguno a tres metros a la redonda. Pudo ser un error puntual pero fue una acción que se repitió en varias ocasiones durante el encuentro. Ahí hay algo que corregir. Si uno es consciente de que está jugando ante un buen puñado de futbolistas talentosos, no se les puede dar tantos metros en la frontal. En definitiva, el Racing de José Alberto no sabe jugar a cerrar los partidos o a conseguir que no sucedan demasiadas cosas. Acaba mal. Le va mejor el traje que se pone cuando va en busca de aventuras, cuando busca provocar.

En el primer tiempo sí dio la impresión de salir con mejor disposición de ir de cara enseñando una presión adelantada de la que, aún así, el Villarreal B solía salir airoso. No robó tanto el conjunto cántabro como le habría gustado pero su principal pecado estuvo en lo pastoso que se mostró su fútbol. No encontró la manera de sacar la pelota aseada y jugada.

Apenas encontró a sus futbolistas de ataque, Íñigo Vicente no estuvo tan asistido como contra el Leganés y fueron las arrancadas de Mboula el principal argumento ofensivo verdiblanco. Todo ello, sin conseguir lanzar a portería más que en el gol que permitió al Racing soñar con dar un importante salto clasificatorio. Esa falta de claridad con la pelota hizo que se echara de menos una figura como Juergen, que sí es un tipo de pedirla y de ver claridad en el juego. José Alberto decidió aparecer en Villarreal con el mismo once que jugó contra el Leganés y eso hizo que sacrificara al colombiano y a Jorge Pomo, algo que sólo unas semanas atrás habría parecido pecado capital.

Sin embargo, el técnico asturiano quiso seguir probando con Íñigo Vicente en la media punta. Lo que no hizo fue jugar con los dos juntos porque cuando se fue uno entró el otro. Y no salió bien.

Tanto Juergen como Pombo, los dos grandes ausentes del once, entraron al partido juntos y al Racing no le sentó bien. De hecho, el equipo se vino abajo. El colombiano apenas entró en juego, le cogió el partido con una marcha menos, mientras que el maño, aunque lo intentó, no fue capaz de poner su firma al partido. No le salieron bien los cambios a José Alberto. Nunca suele parecer una buena idea apartar del terreno de juego a Íñigo Vicente. El encuentro se había convertido en una buena oportunidad para engancharse a la clase media de la categoría. Durante esos pocos minutos en los que estuvo por delante, quien más y quien menos se puso a echar las cuentas de la lechera y, por encima de todo, a recordar que el Racing se podía poner a cuatro puntos de la Ponferradina y a ponerse a la altura de equipos como el Sporting, el Oviedo, el Zaragoza o el propio Villarreal B, pero nada de eso. El conjunto cántabro sigue un peldaño por debajo.

Los partidos consecutivos ante el filial del Villarreal, el Andorra y el Málaga se habían interpretado como una buena oportunidad para dar un pequeño salto pero habrá que esperar.

Ahora espera el equipo andorrano el próximo sábado a las cuatro y cuarto, en medio de la celebración de los 110 años de historia del club. De nuevo tendrá el Racing un rival pelotero que intenta adueñarse de la posesión. Y mejor haría en no quedarse resguardado y con las líneas juntas esperando en su propio campo para salir a correr a ver si le sale un gol como el domingo por la noche y luego es capaz de proteger el secreto. A estas horas ya sabrá que esa historia no termina bien. No es ningún spoiler. Se sabe.

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