«No sé si el equipo ha cambiado, pero yo sí»
«Durante esa primera semana vi lo que yo quería ver», reconoce Solabarrieta, que asegura no tener ánimo de revancha por lo sucedido en Zubieta | «Igual no vi lo que realmente estaba ocurriendo», afirma sobre sus inicios
Pocos habrán pagado de manera tan tremenda la novatada como Aritz Solabarrieta. Llegó al Racing pensando que tenía una cosa y se encontró con otra. Y lo que recibió fue un duro golpe que muchos sintieron como una humillación. La Real Sociedad B pasó por encima del conjunto cántabro, al que le endosó cuatro goles. El entrenador de Ondarroa no pudo comenzar peor su etapa al frente del equipo verdiblanco, que, para colmo, continuó con otras preocupantes derrotas contra Amorebieta y Real Unión. Todos rivales directos. Ahora vuelve esa exigente fase del calendario y parece claro que el Racing es un equipo bien diferente al que era a comienzos de año, cuando parecía imposible que hoy estuviera en la situación en la que está. Queda comprobar si a esta nueva versión más trabajada y evolucionada le da para, por fin, estar a la altura de quienes comandan la tabla.
«Yo no sé si el equipo ha cambiado, pero yo sí». Lo reconoce Solabarrieta, que afirma que lo sucedido en Zubieta fue «un palo duro» del que, por otro lado, ya casi ni se acuerda. Aunque ha pasado prácticamente una vuelta, han sucedido muchas cosas en medio por mucho que, en verdad, fuera hace sólo dos meses. El tiempo corre mucho más deprisa en el presente curso. Y él es el primero que confiesa que en esos primeros partidos y, sobre todo, en el disputado en el campo del filial donostiarra, pagó la novatada: «Llegas sin conocer el club, sin conocer a los jugadores en el día a día y, además, durante esa primera semana vi lo que yo quería ver». Comenzó con una idea preconcebida de equipo que no se correspondía con la realidad y, por ejemplo, se lanzó a jugar con una defensa adelantada cuando no tenía mimbres para ello, lo que ayudó a que su rival le hiciera un ocho a las primeras de cambio. Lo bueno es que no tardó demasiado en darse cuenta y, de hecho, en el descanso incluso cambió ya de dibujo.
«Igual no vi lo que realmente estaba ocurriendo», insiste el técnico verdiblanco, que ha ido creciendo al mismo tiempo que lo ha ido haciendo el equipo. Entiende que, «al final, esas vivencias y esas situaciones que vas viviendo te hacen ver las cosas de diferente forma». Por eso prefiere no mirar «excesivamente al pasado» porque, aunque reconoce que fue «un inicio duro», también tiene claro que, para él, «ya es historia». «Lo único que me importa es el partido del domingo e ir a por todo», añade.
El encuentro va a ser una verdadera vara de medir para un Racing lanzado, con una racha que hacía mucho que no mantenía pero, sobre todo, cimentada contra equipos de la zona baja de la tabla. Este fin de semana se medirá a un equipo de su nivel y que, además, no le va a entregar la posesión de manera gratuita, sino que la va a discutir. «Los dos equipos nos encontramos más cómodos teniendo el balón, pero estamos preparados para no tenerlo», advierte Solabarrieta. Éste transmite a sus aficionados que pueden estar tranquilos porque saben lo que tienen que hacer «y cómo contrarrestar las situaciones que nos vamos a encontrar». Y piensan hacerlo sin volverse «locos ni darle demasiadas vueltas». «El partido de la primera vuelta está todavía bastante reciente pero aquello ya pasó y, además, el contexto del domingo es completamente diferente», destaca. Por eso anuncia que van a ir «con todo, sabiendo de la importancia que tiene el encuentro» y teniendo en cuenta que en la grada van a tener a un buen número de aficionados de su parte, lo que les va a «ayudar» y les va a «empujar para ir a por todas».
Se anuncia un partido con diferentes fases en el que irá cambiando el dominio del balón. Unas veces tocará tenerlo y otras no. Y Solabarrieta considera que su equipo está preparado para sentirse fuerte en las dos situaciones. De hecho, a lo largo de esta semana han estado trabajando en «esos momentos sin balón» y, sobre todo, en la presión. Considera «evidente» que rivales como la Real Sociedad B «te exigen y te llevan a contextos diferentes y más difíciles que los encontrados últimamente» porque delante apenas ha habido equipos que hayan discutido la posesión, pero cree que sus hombres sabrán lo que hacer en cada momento. «Eso sí, tenemos que ser conscientes de que nosotros también sabemos jugar el balón, de que también les vamos a hacer daño y no vamos a especular», añade.
Afirma el entrenador del Racing que no afrontará el encuentro con ánimo de revancha por mucho que la sufrida en Zubieta fuera «una derrota dolorosa». «Los que llevamos años en esto sabemos lo que hay», asume. Lo que tiene claro es que, al ser el partido «más cercano», es también el «más importante», ya que no quiere mirar más allá ni ponerse a hacer cuentas. «Está claro que el pasado nos tiene que servir para mejorar las cosas que no hicimos bien, pero miro cómo estaba el equipo en aquel entonces y cómo está ahora y es totalmente diferente», subraya. Por eso el partido tampoco va a tener nada que ver. Eso lo tienen claro unos y otros. «Tengo la máxima confianza en estos jugadores, creo que vamos a afrontar el partido con un respeto máximo al rival pero también con la intención de hacerles el máximo daño que se les puede hacer y, además, sé que lo vamos a hacer», apunta el preparador verdiblanco.
Nadie duda dentro del equipo, y menos aún tras lo sufrido en enero, de que se van a enfrentar a uno de los mejores equipos del grupo. Sin embargo, Solabarrieta prefiere que sus hombres se miren, fundamentalmente, a sí mismos. «La prioridad seguimos siendo nosotros», resume. «Analizamos al rival, le vemos y estudiamos qué virtudes tiene y por dónde se le puede hacer daño, pero lo importante seguimos siendo nosotros», recalca. En ese sentido, recuerda que tienen como punto a favor estar disfrutando de una «buena dinámica» que el equipo ha aprovechado para crear «una identidad». «Creo que vamos por el buen camino», sostiene.
Al Racing se le viene encima esta serie de partidos contra sus rivales directos en un momento «muy bueno». «Evidentemente, en cuanto a resultados, llevamos la mejor racha hasta ahora», precisa el técnico verdiblanco. Éste reconoce que «el hecho de ganar siempre te ayuda a fortalecer ciertas cosas». Es como una bola de nieve que se va haciendo más grande. Todo se retroalimenta porque «con la derrota es todo más complicado» y no permite mirar más a medio o largo plazo.
Con todo, Solabarrieta sabe que este tipo de buenas dinámicas acarrean también sus peligros. Por eso recuerda que, «al final, esto consiste en seguir y en no conformarte, ya que el peligro de este tipo de situaciones es acomodarse, conformarse con lo que estás haciendo y verlo todo muy bonito». Y es evidente que no todo es de color de rosa. «Ni cuando las cosas van mal todo es malo ni cuando van bien todo está bien». De este modo, mostró su confianza total en sus jugadores porque considera que todavía pueden «dar bastante más de lo que están dando». Y se incluye él mismo.
Si hay jugadores del equipo que están especialmente en forma son los extremos. Eso hace también que los laterales no se animen tanto a irse hacia delante y se centren más en la labor defensiva. Al final, todo va en función de interpretar el juego. «Hay veces que te pide incorporarte y otros que no. Lo importante es que sepan en qué momentos es mejor dejar solo al que tienen delante para que haga un uno contra uno y en qué momento se puede jugar dos contra uno dependiendo de dónde reciba y cómo reciba»», explica. Eso sí, también recuerda el entrenador verdiblanco que, cuando un lateral se lanza a avanzar líneas, «hay que estar preparado para una posible pérdida». «Son jugadores buenos e inteligentes que manejan bien esa situación y esperamos que el domingo nos den también una alegría», concluye.