26.04.2024 |
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Dejarse llevar en los últimos partidos le saldrá caro al Racing

Al quedar por detrás del Real Unión y no haber sido ni siquiera uno de los dos mejores segundos, no tendrá acceso directo a la Copa

Mantilla y Ceballos, camino del vestuario tras otro mal resultado en Los Campos de Sport. / Hardy
Mantilla y Ceballos, camino del vestuario tras otro mal resultado en Los Campos de Sport. / Hardy
Dejarse llevar en los últimos partidos le saldrá caro al Racing

El Racing se dejó llevar en la segunda fase de la temporada pasada, cuando no tuvo que hacer gran cosa para certificar su clasificación para Primera RFEF por el pobre rendimiento que dieron sus rivales. Parecía que ya estaba todo hecho y lo cierto es que el equipo se comportó como si así fuera. Jugó con fuego porque no tuvo en cuenta la forma más probable que se planteó entonces de distribuir los billetes para participar en la próxima Copa del Rey, que fue la que, finalmente, pasó a confirmarse en la mañana de ayer. El equipo verdiblanco se fue de vacaciones antes de tiempo y ahora no cuenta con un acceso asegurado para jugar el torneo del KO. Y quien sí lo tendrá será el Real Unión, que fue quien acabó campeón de ese subgrupo D porque siguió compitiendo hasta el último día.

Para jugar la Copa del Rey, el equipo que entrenará a partir del próximo doce de julio Guillermo Fernández Romo tendrá que disputar la Copa Federación. Al menos, se librará de jugar la fase autonómica y pasará directamente a la nacional, la cual disputan 32 clubes. Y quienes se llevarán el premio de la clasificación copera serán los cuatro semifinalistas, por lo que necesitará pasar cuatro eliminatorias, lo cual nunca es sencillo independientemente de los rivales con los que uno se encuentre. Menos aún, a principios de temporada, cuando las teóricas diferencias de calidad entre unos y otros todavía no son tan patentes porque los equipos están por hacer y el estado de forma por adquirir.

Para jugar la Copa del Rey, deberá disputar la Copa Federación y llegar a semifinales

A esa fase nacional de la Copa Federación habrá doce equipos que lleguen directamente gracias a su clasificación en Segunda B de la temporada pasada. Uno de ellos será el Racing y los demás serán el Numancia, Langreo, Arenas de Getxo, Llagostera, Hércules, Balompédica Linense, Córdoba, Villanovense, Mérida, Ebro y Lleida. El Cornellá, el anterior equipo de Guillermo Fernández Romo, tiene ya un pasaporte para disputar la Copa del Rey porque se marcó como objetivo quedar campeón del subgrupo D una vez que, como el equipo santanderino, no se clasificó para pelear por el playoff de ascenso.

La manera que ha encontrado la Federación Española de repartir los 28 billetes que habitualmente concede a los equipos de Segunda B para disputar la siguiente Copa del Rey no ha podido sorprender a nadie, lo que hace aún más evidente la irresponsabilidad del Racing a la hora de dejarse llevar en el último tramo del campeonato. Echando un vistazo a los equipos que se habían clasificado para jugar en los subgrupos C, que eran los que pugnaron en la segunda fase por clasificarse para los playoff de ascenso, quedaba claro que 22 se lo iban a llevar ellos. Eran treinta los que estaban en esa situación pero también había ocho filiales (Bilbao Athletic, Real Sociedad B, Celta B, Valladolid Promesas, Barça B, Villarreal B, Betis Deportivo y Real Madrid Castilla), que no cuentan. Por lo tanto, quedaban seis pasaportes por repartir, que se fueron a los campeones de los subgrupos D y al mejor segundo.

Quienes quedaron campeones en ese vagón intermedio fueron el Racing de Ferrol, el Real Unión, el Cornellá, Rayo Majadahona y Sevilla Atlético. Como este es dependiente del Sevilla, dejó otra vacante libre y, por lo tanto, se han clasificado directamente para la próxima Copa del Rey dos segundos clasificados, que fueron el Deportivo de La Coruña y el Atlético Baleares. Ambos lo hicieron tras conseguir 39 puntos en 24 partidos, lo que hace un coeficiente de 1,62. El Racing no estuvo lejos. Logró 42 puntos en 26 encuentros, lo que deja el promedio en 1,61. Esto quiere decir que a poco que hubiera arañado un empate en alguno de esos últimos encuentros, se ahorraría tener que disputar la Copa Federación.

Errática trayectoria. La trayectoria del Racing en esa segunda fase no pudo ser más pobre, ya que sumó dos únicas victorias, un empate y tres derrotas. Prácticamente, se encontró con la clasificación sin necesidad de hacer gran cosa, ya que el Ebro, que era el equipo del subgrupo A que con más puntos había llegado, nunca llegó a ser una amenaza. Incluso sin jugar partidos tras sumar un confinamiento parcial y una jornada de descanso, vio recortada su ventaja. De este modo, le bastó un triste empate en Tarazona que en condiciones normales debía haber terminado con derrota por goleada, y, sobre todo, las victorias contra los rivales directos, que eran el citado el Ebro y Osasuna B, de manera consecutiva para dejar todo visto para sentencia.

Después de esos tres encuentros y con la clasificación para Primera RFEF ya garantizada, el Racing perdió 0-1 contra el Tarazona, 2-0 contra Osasuna B y 1-3 contra el Ebro. En aquellos días, ya se habló de que resultaba probable que hiciera falta quedar primero del subgrupo para clasificarse para la próxima Copa del Rey. De hecho, se había publicado así desde La Coruña citando fuentes federativas, pero no se hizo mucho caso al aviso desde Los Campos de Sport. Se pasó página completamente y se terminó el curso de mala manera. La sonrojante derrota contra el Ebro de la última jornada, la que podía haber servido para, por lo menos, empatar a puntos al Real Unión, que ese día descansaba, se culminó con una improvisada fiesta en la que hubo premios para todos, abrazos y manteos. Cualquier otro año, no haberse clasificado ni para el playoff ni para jugar la Copa del Rey habría obligado a buscar una trinchera en la que protegerse.

El Racing deberá, por lo tanto, disputar la próxima edición de la Copa Federación, un campeonato que habitualmente ha visto desde la distancia. Está por ver si el nuevo entrenador se la toma como una prioridad o si la deja en un segundo plano, utilizándola para dar minutos a quienes en el futuro puedan ser menos habituales o a quienes necesiten adquirir la forma. El camino es largo pero lo que está claro es que el premio puede merecer la pena. De partida, sólo llegar a las semifinales, que es lo que ya daría acceso a la Copa del Rey, conllevaría sumar a las arcas un total de 12.020 euros. En el caso de pasar a la final, el subcampeón se embolsaría 30.051 euros y el campeón 90.152. Esta última cantidad ya es importante y permitiría, por ejemplo, pagar la nómina de un buen jugador de la categoría.

A parte de los doce equipos que pasarán directamente a la fase nacional, hay otros veinte que lo harán desde las fases autonómicas. En el caso de Cantabria, la jugarán los ocho mejores del curso pasado a excepción del Racing, que pasa directamente a la fase nacional, y del Cayón, que, como campeón de Tercera División, está ya clasificado para la Copa del Rey. Se da, de esta manera, una situación que rara vez se habrá dado en el pasado. Quienes, por lo tanto, jugarán esa fase autonómica de la Copa Federación son el Laredo, Tropezón, Siete Villas, Gimnástica, Escobedo, Vimenor, Sámano y Textil Escudo.

Más allá de los 90.000 euros que se puede llevar el Racing por disputar la Copa Federación, llegar a la Copa del Rey supone siempre un aliciente para todo equipo de Segunda B porque el actual formato favorece que en seguida se encuentre con un equipo de primer nivel que también permita hacer buenas taquillas. A buen seguro que eso motivará a los actuales dirigentes verdiblancos, que ya vivieron en primera persona la eliminatoria contra el Betis. Al frente de la nave está un Fernández Romo que el pasado curso, con el Cornellá, apeó al Atlético de madrid y cerca estuvo de hacer lo propio con el Barça.

Dejarse llevar en los últimos partidos le saldrá caro al Racing
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