20.04.2024 |
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«Cuanta más gente a la que dar el balón haya delante, mejor»

Íñigo reconoce que están con ganas de lograr el actual objetivo, terminar la temporada y pensar ya en la siguiente

Íñigo Sainz Maza se ejercitó ayer junto a los que habían sido titulares en Zaragoza. / Hardy
Íñigo Sainz Maza se ejercitó ayer junto a los que habían sido titulares en Zaragoza. / Hardy
«Cuanta más gente a la que dar el balón haya delante, mejor»

Aritz Solabarrieta sorprendió el domingo con una alineación con la que volvió a cambiar el dibujo de su equipo. Esas semanas en las que el Racing repitió once y esquema, que fue una apuesta respaldada por los resultados, pasaron a mejor vida y da la sensación de que el conjunto cántabro va a terminar como empezó, utilizando una amplia paleta de colores y jugando al despiste. En Zaragoza apostó por tres centrales y un medio centro que se situaba cerca de ellos, que fue Íñigo. Había dos carrileros y por delante del pivote de Ampuero se situaron tres futbolistas talentosos capaces de construir mucho fútbol a partir de sus botas, como son Martín Solar, Riki y Pablo Torre. Todos ellos tuvieron minutos muy inspirados en el primer tiempo, durante el que acumularon ocasiones y goles. Cedric se frotó las manos. Por fin las declaraciones del entrenador asegurando que quería ser dominador con el balón estaban respaldadas por los jugadores que ponía en escena. Falta ver que vaya a tener continuidad.

Si por Íñigo fuese, a buen seguro que repetiría mañana mismo porque él es uno de los grandes beneficiados de tener a tres ‘jugones’ bien cerca que siempre proponen soluciones. Como bien sostiene el centrocampista cántabro, «cuanta más gente tengas por delante a quienes puedas dar el balón, más opciones de pase tienes y, en definitiva, más te facilita las cosas». De cajón. No es lo mismo tener a Nana al lado que a Riki, Pablo Torre y Martín Solar. Con todo, el canterano tampoco quiere quedar demasiado identificado con el sistema del domingo porque eso le puede limitar a la hora de acumular más minutos. De hecho, volvió a la titularidad tras haber comenzado en el banquillo tanto en Amorebieta como en Tarazona, por lo que recuerda que él se siente «cómodo con varios sistemas».

Con ese novedoso dibujo, el futbolista cántabro admite que lo que buscaban era «acumular gente por dentro para tener el balón y dominar un poquitín más». Por fin pareció que quiso discutir el dominio del juego a un equipo que también lo quería y, salvo en el inicio del encuentro y en una fase del segundo tiempo en el que incluso hubo miedo a recibir un empate, el Racing sí logró mandar. Hubo, como destaca Íñigo, «tramos del partido en los que el equipo supo combinar y llegar bien» y fue, de hecho, durante los mismos cuando marcó sus goles y encarriló la contienda.

Dentro de ese equipo inicial que dispuso Aritz Solabarrieta hubo cuatro jugadores que habían estado confinados diez días y que disputaron el partido tras haber entrenado sólo tres. Uno es el propio Íñigo y otros fueron Isma López, Óscar Gil y Martín Solar. Descarta el futbolista de Ampuero que se acabara notando en el aspecto físico de todos ellos porque, en fondo, recuerda que ya están en el «tramo final de la temporada» y suman ya muchas sesiones de trabajo desde el pasado mes de junio. «Todos estábamos bastante bien y, aunque es verdad que quizá costó un poco entrar en la dinámica del partido, una vez que entras y disputas unos minutos, ya estás más a gusto», precisa el medio centro verdiblanco. De hecho, él no comenzó con buen pie al ver incluso una cartulina amarilla a los dos minutos tras estar a punto de perder un balón en campo propio por un mal desplazamiento.

aliciente. La buena noticia es que el Racing salvó un momento complicado tras dos semanas diferentes a todas al quedar la plantilla dividida entre confinados y no confinados. Ganó en Zaragoza y, de esta manera, como destaca Íñigo, dieron «un paso adelante, sobre todo en la clasificación». Y todo ello, a las puertas de un partido en Los Campos de Sport contra quien, tras lo sucedido el pasado fin de semana, ha pasado a ser el máximo perseguidor de los dos primeros puestos, que es Osasuna B: «Si ganamos el partido, no conseguiremos el objetivo matemáticamente pero sí virtualmente». De este modo, considera que han de «afrontar el partido con las mismas ganas y con el aliciente de saber que si ganamos, podremos estar todos un poco más tranquilos y disfrutar del tramo final».

Tras un parón y un confinamiento parcial, siempre surge la duda sobre el rendimiento que será capaz de mostrar el equipo, pero el Racing pasó ese trago en el campo del Ebro. Fue importante un buen inicio de partido que, además, estuvo respaldado con los dos primeros goles que, en condiciones normales, ya debían haber dejado el encuentro más que encarrilado, pero el Racing dio la impresión de empeñarse en dar vida a su contrincante: «Al final, unos errores que, en el fondo, son cosas del fútbol, hacen que nos metan dos goles y ellos se metan en el partido». A partir de ahí, hubo que «remar con eso» pero Íñigo pone en valor que, «en conjunto», fueron capaz de hacer un «buen partido haciendo las cosas bien y sabiendo que lo importante era quedarse con los tres puntos».

Si el Racing es capaz de ganar mañana, alejará a sus perseguidores ya de manera prácticamente definitiva y, por ejemplo, Osasuna B se iría a doce puntos quedándole al equipo navarro sólo cuatro partidos para acabar. Tres le quedarán al conjunto cántabro, que no juega este fin de semana. De este modo, la temporada se podría dar por finiquitada a la espera de cumplir con el calendario como si de una serie de amistosos se tratara. Solabarrieta admitió tras el partido del domingo que él no quiere que se termine el curso porque dice estar disfrutando mucho de la experiencia. Quizá, porque intuya que quizá nunca vuelva a tener entre manos un vehículo de semejante cilindrada. Íñigo, en cambio, que tras la buena temporada que completada en su debut en el primer equipo ya sabe que va a ser futbolista profesional, sí tiene «muchas ganas de que todo esto termine cuanto antes y que nos metamos en Primera RFEF». «Es verdad que lo mejor que tiene este equipo es el vestuario, que es muy humano y todos nos llevamos muy bien, lo que hace que el día a día sea muy fácil y sea bonito venir a entrenar, pero también es verdad que a nivel mental y competitivo, al menos en mi caso, creo que cuanto antes nos metamos y podamos empezar a pensar en la Pro será mejor para todos», explicó. Y, en ese sentido, mañana tiene «una oportunidad muy buena para certificarlo todo a falta sólo de finiquitarlo matemáticamente».

Orgulloso de sus excompañeros del Rayo

El Racing ya sabe que va a terminar esta temporada sin cumplir su objetivo pero el Rayo, su filial, sí está en disposición de hacerlo. De hecho, si mañana gana al Tropezón tendrá en el bolsillo su pasaporte para jugar en Segunda RFEF. Íñigo fue capitán del filial, en el que, como recuerda, jugó tres años, y está muy pendiente de su trayectoria. Asegura que están completando «una temporada increíble» y presume de haber «compartido vestuario con muchos» de los que forman el Rayo, por lo que se alegra por ellos y les da de antemano «la enhorabuena por la campaña que están haciendo y ojalá logren el ascenso, que se lo merecen todos». Considera, tras comprobarlo en carne propia este año, que «de Tercera a Segunda B hay un gran salto» y está por ver si también lo hay entre Primera y Segunda RFEF. Con todo, tiene claro que para el Racing es «una oportunidad muy buena» y una gran noticia que el filial se coloque bien en el nuevo ordenamiento que van a tener las categorías a partir del próximo curso. «Cuanto más arriba esté el segundo equipo siempre es mejor para la institución», recalca. 

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