Álvaro Bustos no tenía que haber jugado ante Osasuna B porque lo normal es que hubiera tenido que cumplir un partido de sanción contra el equipo navarro para poder jugar después en Zaragoza, pero ambos equipos cambiaron de orden por el positivo de Pablo Andrade y el confinamiento de medio equipo, por lo que, finalmente, sí pudo formar parte de la alineación que saltó a jugar contra el equipo navarro porque el castigo lo cumplió en el campo del Ebro. Mantuvo su nivel y siguió generando peligro por su banda izquierda como ha acostumbrado a hacer prácticamente desde que llegó a Santander. Tras el encuentro, reconoció que dentro tenían «muchas ganas de brindar una victoria a la afición en casa y, además jugando bien», ya que es algo que apenas han podido hacer en todo el curso. Debieron pensar que, ya que no pudieron lograr el objetivo, que los racinguistas se puedan ir al menos de veraneo con buen sabor de boca.

Admitió Bustos que, con tanta interrupción, los jugadores tienen la sensación de que esta temporada han jugado en Los Campos de Sport «cada dos meses». No han tenido la «continuidad» en Santander que les habría gustado pero poco pueden hacer al respecto. Simplemente, disfrutar lo hecho ayer, cuando consideran que dominaron y jugaron bien.

«Está siendo un año raro porque juegas casi cada quince días, luego paras, luego juegas mucho en poco tiempo...», explicó. De hecho, el domingo jugaron en Zaragoza tras dos semanas sin hacerlo y lo volvieron a hacer ayer, apenas cuatro días después. Es a lo que ha tocado amoldarse aunque lo han hecho unos mejor que otros. En su caso, ni siquiera pudo jugar el pasado fin de semana. Con todo, reconoció que se había encontrado «de menos a más» y que, incluso, en el segundo tiempo pensaba que iba a tener motor para llegar al minuto noventa, pero el entrenador optó por cambiar a los dos extremos.

Recordó Bustos que el equipo está ahora donde está porque en enero tuvieron «una mala racha» en la que tiraron las opciones de conseguir luchar por el ascenso. «Por mucho que hayamos hecho una segunda vuelta muy buena y de hacer unos números difíciles de mejorar, no ha dado», admitió. Reconoció que le habría gustado tener como equipo la «continuidad y el juego» de las últimas semanas «durante toda la temporada» porque, de esta manera, se muestra «seguro» de que el Racing estaría hoy aún peleando por el salto de categoría, pero no fue el caso.

Aunque los rivales que se está encontrando el conjunto cántabro en la segunda fase están enseñando más facilidades que dificultades, el extremo asturiano quiso poner en valor esos encuentros recordando que, por ejemplo, «no es fácil jugar en esos campos». Y entiende que, aunque los rivales tampoco hayan sido los que estuvieron arriba en su subgrupo de la primera parte de la temporada, también han demandado hacer las cosas bien.

El futbolista que entró al campo en su lugar fue Marco Camus, un jugador que en verano apuntaba que podía ser su año y que no ha podido brillar ni disfrutar por culpa de las lesiones. Afirmó Bustos que estaba siendo una «temporada difícil» para el jugador cántabro pero él le recomienda que esté «tranquilo porque, aunque este año no haya sido el suyo, lo que necesita es jugar y buscar continuidad, para lo que tiene tiempo porque vendrán buenas temporadas seguro».

Sostuvo Bustos que, ya que no pudieron conseguir el objetivo de pelear por el ascenso, al menos toca conformarse con el pequeño premio que supone clasificarse para la Primera RFEF. Prevé que será una temporada interesante porque «todos los partidos serán súper exigentes, por lo que habrá que trabajar mucho porque va a ser un año muy competitivo». Falta ver si habrá continuidad en el vestuario pero lo que sí destacó el extremo gijonés es que ayer había quedado acreditado que tienen «un buen equipo y con calidad» al que sólo le faltó la continuidad necesaria en sus peores momentos. «Nos costó hacernos pero los fichajes de enero sumaron mucho y nos permitieron dar un salto de calidad», destacó.