Ayer superaron los jugadores, técnicos y empleados del Racing el ecuador del confinamiento al que se han tenido que someter tras conocerse el positivo de Jon Ander. Ya están en la segunda parte del partido y, a partir de ahí, la luz al final del túnel se empieza a hacer cada vez más presente y potente. Lo bueno es que, según lo que transmiten los jugadores verdiblancos, éstos lo están llevando bien. Sobre todo, una vez que la gran mayoría de ellos (todos menos cinco) se han sometido a unos PCR que han confirmado que están limpios del coronavirus. Eso les ha dado una tranquilidad que lo hace todo más llevadero.

Álvaro Bustos, uno de los jugadores del conjunto cántabro que en mejor estado de forma ha demostrado estar en estos accidentados primeros meses de competición, reconoció ayer que hasta al pasado martes, cuando por fin acudieron a su cita en el coroauto y recibieron los resultados del test PCR, habían estado con «esa incertidumbre y esa duda de si puedes dar positivo». Ese interrogante les hizo mantener una cierta «preocupación» pensando, sobre todo, «en las familias», pero ya se pasó el trámite y hubo pleno de buenas noticias. Por eso reconoció el extremo asturiano que, «con ese resultado negativo ya en la mano, todo se lleva mucho mejor».

Aunque, por ahora, sólo suman cinco días encerrados, todo fue muy repentino cuando recibieron la noticia el pasado viernes de que tenían que recoger los bártulos e irse para sus casas pitando. Hubo que cambiar completamente de mentalidad porque los jugadores estaban pensando en un partido atractivo a la vez que importante en Zubieta y, de pronto, se vieron confinados. Quizá por eso Bustos confiese que están «deseando volver a estar ya juntos otra vez y volver a entrenar». A día de hoy, su preocupación es mantenerse «bien físicamente para los partidos que va a haber de aquí hasta el final de año».

Intuye el centrocampista verdiblanco que van a ser «bastantes» los encuentros que tengan que jugar antes de comerse las uvas. Aunque no hay nada oficial al respecto, sospecha que los envites aplazados contra la Real Sociedad B y el Real Unión habrá que jugarlos durante el parón navideño, por lo que aún es más importante esa labor de preparación física y mantenimiento que están llevando a cabo estos días en sus casas. «Tenemos que esperar para conocer las fechas, pero, mientras llegan, nosotros nos tenemos que preparar lo mejor posible y cuidarnos al máximo para estar a tope para cuando podamos volver a entrenar, que imagino que será el domingo», apuntó el asturiano. Todo ello, para intentar quemar esta primera etapa de esta temporada tan rara de la mejor manera posible.

La primera preocupación que hubo en el grupo fue con el estado de salud de Jon Ander, pero la evolución del delantero alavés es positiva. Afirmó Bustos que hablan con él «casi todos los días y, aunque mantiene unos síntomas leves, la verdad es que ya está bien y parece que la familia también». Tiene claro el jugador gijonés que «ahora mismo es lo más importante» para, una vez que todo vuelva a estar en orden, «salir de esta rápido», pasar página y hacer todo lo posible por que no se repita la historia.

Lo malo que tiene la actual situación sanitaria que está asolando el mundo es que uno se acostumbra a los confinamientos y no le cogen por sorpresa. De hecho, el mismo Bustos admite que estos días lo está llevando bien porque «ya tienes esa experiencia» de lo sucedido entre marzo y mayo. Lo de hacer «los entrenamientos por Zoom» ya era un peaje conocido que, además, los miembros del equipo aprovechan «para pasar un rato juntos y también para sudar, ya que estar demasiado tiempo parado luego puede hacer complicado volver con un buen tono físico». Y va a ser necesario porque, nada más salir del túnel, al equipo verdiblanco le esperan dos duras batallas tanto en Mutilva como en Getxo.

En buen estado. Destacó Álvaro Bustos que tanto el preparador físico como el recuperador y el resto del cuerpo técnico «están trabajando para que se note lo menos posible estos diez días parados». Es un trabajo especialmente intenso por la mañana dirigido a mantener la forma física adquirida durante los meses de entrenamientos y que por la tarde pasa a estar más dirigido a la prevención de lesiones. Y es que, hay ahí un peligro patente, como se vio en la experiencia vivida tras el confinamiento de primavera, que el Racing querrá evitar.

De todos modos, Álvaro Bustos cree que hay una gran diferencia entre este periodo que les está tocando meterse de nuevo en casa y el vivido entre marzo y mayo más allá de la duración del mismo. Sobre todo, considera que es fundamental para llevarlo de mejor manera «saber bien y a ciencia cierta cuándo vas a salir del confinamiento». Tener una luz al final del túnel a la que sabes que has de llegar ayuda. Y es que, tiene claro que «lo realmente frustrante es no saber cuándo vas a salir y cuándo va a acabar todo». Sin embargo, ahora, si no hay imprevistos de última hora, el domingo ya volverán a la normalidad. Al menos, a la que tenían hasta el viernes pasado.

Gracias a las tecnologías, incluso los jugadores que están solos mantienen su contacto con «familias y amigos» y eso lo hace todo un poco más fácil. Además, Bustos reconoce que el buen ambiente entre los integrantes del equipo y que «todo el día» se pasan hablando entre compañeros, lo que viene bien para hacer la situación más llevadera, a lo que hay que sumar los entrenamientos, que, en su opinión, «vienen bien para despejar la cabeza». Ahora, sólo piensan en «volver lo antes posible» porque, además, está seguro el extremo zurdo verdiblanco, de que «va a ser una gran vuelta». A ver si es verdad.