26.04.2024 |
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La apuesta de Amorrortu sustituye a la de Menéndez

El Racing cesa a Javi Rozada y contrata a Aritz Solabarrieta, hombre de confianza del técnico vasco, con pasado en el Basconia y el Bilbao Athletic y que estaba en la cantera del Alavés

El extrenador del Racing Javi Rozada. / Hardy
El extrenador del Racing Javi Rozada. / Hardy
La apuesta de Amorrortu sustituye a la de Menéndez

Cuando los jugadores del Racing vuelvan el sábado por la tarde de sus vacaciones de cinco días, tendrán a otro capitán al frente de la nave. Quien ha venido siendo su entrenador durante todos estos meses hará tiempo que se habrá ido y se presentará ante ellos otro joven técnico con ideas supuestamente renovadas. Javi Rozada será ya historia y su puesto lo ocupará Aritz Solabarrieta. Apuesta por apuesta. El cargo que ha venido ocupando desde agosto un hombre de la total confianza de Pedro Menéndez le pasará el testigo a otro hombre de la total confianza de José María  Amorrortu. Sólo cabe esperar que no haga falta que Cali Trueba haga uso de su turno.

Es precisamente tener la máxima confianza del técnico vasco lo que avala al nuevo entrenador del Racing, ya que no trae tras de sí ninguna incipiente trayectoria al frente de proyecto alguno que le sirva como argumento. Abandonó joven su faceta como futbolista, la cual también fue reimpulsada gracias a la figura de Amorrortu. De hecho, fue él quien le llevó al Atlético Madrid B cuando se quedó sin ficha en el Athletic, con cuyo primer equipo jugó trece partidos tras haber pasado por todas las categorías inferiores, ya que fue uno de esos valores rojiblancos a los que le salió la barba en Lezama. Ahí inició una nueva etapa que le convertiría en todo un trotamundos del fútbol hasta que decidió colgar las botas, pasar página y hacerse entrenador.

Para ello, ha vuelto a contar con el padrinazgo de Amorrortu. Éste le encontró un hueco en las categorías inferiores del Athletic, cogió al juvenil y, finalmente, en la campaña 2018-19 se hizo cargo de un banquillo siempre apetecible como es el del Basconia, tercer equipo rojiblanco que lleva un mundo jugando en Tercera División. Fue Amorrortu quien le llevó a Lezama y será Amorrortu quien le traiga a La Albericia.

Solabarrieta (37 años), que será presentado en la mañana de hoy, no trae consigo una gran trayectoria como entrenador que le avale. Ni siquiera una que haya hecho evidente que mejora a todo equipo que coge entre manos, sino que es su unión con Amorrortu y la confianza que éste tiene en su valía y en su método lo que le hará sentarse a partir del día tres, en el partido contra la Real Sociedad B, en el banquillo del Racing. En el Basconia duró poco porque, una vez que Gaizka Garitano promocionó al primer equipo, le confiaron el filial. Era un filial cargado de buenos futbolistas en edad de romper como Vencedor, Nolaskoain, Iñigo Vicente, Larrazabal, Morcillo, Sancet, Villalibre o Guruzeta. Sin embargo, no terminó de conseguir una regularidad a los mandos de semejante maquinaria. Es cierto que cogió al equipo noveno y lo dejó sexto, pero le faltó conseguir victorias a domicilio, ya que perdía fuera lo que ganaba en casa. El balance final fue de diez victorias, cinco empates y ocho derrotas.

Por su juventud y por el hecho de haber sido, además, exfutbolista del primer equipo, parecía que podía tener recorrido dentro del organigrama técnico del Athletic, pero fue un visto y no visto. Terminada esa campaña 2018-2019, tuvo que hacer las maletas y marcharse. No fue tanto por una cuestión técnica, sino por su cercanía con Amorrortu. Hubo cambio de directiva en el club bilbaíno, se fue Urrutia y con él se fue también el director de la cantera rojiblanca. Se renovó buena parte del cuerpo de entrenadores y Solabarrieta fue uno de los que quedó fuera. Tras su último partido al frente del segundo equipo rojiblanco, aprovechó para realizar una encendida defensa del hoy máximo responsable deportivo del Racing. «Le doy las gracias por todo, por darme esta oportunidad, por enseñarme lo que es esto, lo que es Lezama, en lo que consiste y que nuestro valor más importante es el jugador», dijo.

continuidad. Ese valor es el que está intentando arraigar en el Racing desde su llegada en verano. En ese sentido, la nueva apuesta pretende ser una continuidad dentro de un proyecto que pretende dar valor e importancia a los jugadores propios salidos de la cantera verdiblanca. Durante estos primeros meses con Rozada en el banquillo, ha quedado acreditado que es una apuesta real, ya que se han asentado en el primer equipo e incluso en las alineaciones titulares jugadores como Diego Ceballos, Iñigo Sainz Maza y Pablo Torre, principalmente. A parte de ellos, también han tenido protagonismo Mantilla, Martín Solar y Marco Camus, a quien le está costando soltarse la coleta y mostrar lo buen jugador que es. A todos ellos se les ha tratado como uno más de la plantilla y, cuando han demostrado estar mejor que uno de los fichajes llamados a ser importantes, han entrado. Buen ejemplo de ellos es ver como Iñigo ha adelantado a Villapalos y el ya exentrenador verdiblanco no tuvo reparo en sentar al madrileño.

No cabe duda de que la apuesta es arriesgada y Amorrortu, que no es nuevo en esto, es consciente de que se la juega con una apuesta tan personal. El peso del éxito o el fracaso de la contratación de Solabarrieta se cargará sobre sus hombros más aún incluso que sobre los del propio entrenador, lo que también pone sobre el alambre al líder del proyecto. Y entra dentro del debate que eso sea bueno o malo porque le puede privar de la continuidad que necesita para asentarse.

El nombre de Solabarrieta ya sonó durante el verano pero ahí se impuso el hombre fuerte de Pedro Menéndez, que era Javi Rozada, a quien había tenido durante tres exitosos años en el Lealtad. El fichaje de éste fue anunciado una semana después de presentarse el proyecto deportivo, cuando ya hacía tiempo que el Racing lo tenía hecho con él. Eso hizo evidente que en el club había dudas sobre su contratación. Da la impresión de que no comenzó la temporada con la confianza plena de los máximos accionistas y que han acabado aprovechando el mejor momento que había para realizar el relevo al frente del equipo.

Solabarrieta estaba disponible pero no en paro. Desde que había puesto punto y final a su etapa en el Athletic, se había mantenido al margen del fútbol a la espera de una propuesta que le motivara. De hecho, se puso a trabajar en una empresa local de Ondarroa, su pueblo natal y donde tiene su vida. Una vez que Amorrortu se comprometió con el Racing, sabía que era factible que se le abriera una puerta por ahí que, finalmente, no fructificó. Recibió entonces la oferta para sumarse al organigrama deportivo del Alavés para hacerse cargo de uno de los equipos de las categorías inferiores. Aceptó y se convirtió en el entrenador del juvenil B, que no ha podido competir por la situación sanitaria, por lo que se mantenía a la espera. Una vez que recibió la oferta del Racing, desde el club vitoriano no le han puesto pegas para aprovechar la que, a buen seguro, será la oportunidad de su vida para labrarse una trayectoria como entrenador.

La apuesta de Amorrortu sustituye a la de Menéndez
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