La viuda de David Pérez Carracedo, el guardia civil cuya vida fue truncada tras ser impactado por una narcolancha en las costas de Barbate (Cádiz), protagonizó un momento conmovedor y revelador durante la capilla ardiente celebrada en la Comandancia de la Guardia Civil en Pamplona este domingo.

En la ceremonia, destinada a rendir homenaje al agente caído, la viuda expresó de manera contundente su disconformidad con la participación del Ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en el acto protocolar de colocación de una medalla póstuma en el féretro de su esposo. Según testimonios de varios asistentes, en el momento en que Marlaska se disponía a realizar el gesto simbólico, la viuda argumentó que su difunto esposo "no hubiera querido esto", marcando así un episodio significativo en la despedida al héroe.

La emotiva escena fue presenciada por un grupo selecto de familiares, amigos y compañeros del fallecido, así como por el propio ministro del Interior, quien junto al director general de la Guardia Civil y otras altas autoridades, acudió para expresar sus condolencias y solidaridad con la pérdida sufrida. No obstante, el gesto de la viuda introdujo una dimensión inesperada al acto, resaltando la complejidad emocional que rodea la despedida de un servidor público que sacrificó su vida en el cumplimiento del deber.

El Ministerio del Interior, al ser consultado sobre este particular, se ha abstenido de emitir comentarios o valoraciones respecto a la decisión de la viuda, subrayando la naturaleza íntima de la ceremonia y la necesidad de respetar el duelo de la familia del fallecido. La presencia de Marlaska y otras autoridades en el evento tenía como objetivo primordial expresar solidaridad institucional y rendir tributo al servicio y sacrificio del agente Pérez Carracedo.

En un gesto inesperado y revelador, la viuda, respaldada por algunos de los presentes, logró modificar el protocolo previamente establecido, evidenciando así la complejidad y la intensidad de las emociones que rodean la pérdida de un ser querido en el ámbito de la seguridad pública. Finalmente, la medalla destinada a honrar la memoria del guardia civil fallecido fue colocada en el féretro por el mismo compañero que la portaba, concluyendo así un acto que quedará registrado no solo por su solemnidad, sino también por la singularidad del gesto protagonizado por la viuda en medio del luto y el respeto.

Esta inesperada situación ha dejado a la opinión pública reflexionando sobre la idoneidad de la participación de altas autoridades en ceremonias fúnebres de personal militar y de seguridad, generando un debate sobre el equilibrio entre el respeto a los protocolos institucionales y la necesidad de considerar los deseos y la intimidad de las familias afectadas por estas trágicas circunstancias.

En memoria del fallecido, David Pérez Carracedo, de 43 años y residente en Sarriguren, Navarra, junto con su esposa e hijos de 9 y 6 años, quien formaba parte del Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil, la sociedad rinde tributo y expresa su agradecimiento por el servicio prestado, mientras las autoridades continúan investigando las circunstancias que rodearon su trágica partida.