En su mensaje de Navidad, el Rey Felipe VI ha realizado un enérgico llamado a preservar la Constitución y las instituciones del Estado en un momento en el que el Gobierno de Pedro Sánchez, con el apoyo de socios separatistas y proetarras, plantea un desafío a la Nación y al futuro de los españoles. En su discurso, el monarca ha enfatizado la importancia de respetar la Constitución como el máximo garante de la unidad y la convivencia entre los ciudadanos españoles.

Felipe VI comenzó su discurso recordando el deber de todas las instituciones del Estado de actuar con responsabilidad y lealtad a la Constitución. Destacó que cada institución, incluyendo la Corona, debe cumplir con sus funciones atribuidas y deberes según lo establecido en la Constitución. Además, instó a respetar a las demás instituciones en el ejercicio de sus competencias y contribuir al fortalecimiento y prestigio mutuo, velando siempre por el buen nombre, la dignidad y el respeto al país.

Este pronunciamiento se produce en un contexto de ataques por parte del Gobierno de Sánchez al Poder Judicial y los jueces, que han llevado a reformas legales que afectan la independencia del Tribunal Constitucional y el nombramiento de jueces, así como la constitución de comisiones parlamentarias que cuestionan el trabajo judicial en diversos asuntos.

El Rey advirtió que "fuera del respeto a la Constitución no hay democracia ni convivencia posibles; no hay libertades sino imposición; no hay ley, sino arbitrariedad". En otras palabras, subrayó que "fuera de la Constitución no hay una España en paz y libertad".

Asimismo, expresó su preocupación por la división en la sociedad y destacó la importancia de una convivencia basada en valores compartidos como la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, que son fundamentales para una democracia sólida.

En conclusión, el mensaje del Rey fue un llamado a preservar la Constitución como un valor democrático esencial y una advertencia contra cualquier intento de manipularla con fines políticos.