El grupo palestino terrorista, Hamas ha reconfigurado miles de kilómetros de tuberías de agua, inicialmente destinadas a proyectos de infraestructura de agua y gestión de residuos respaldados por asistencia internacional, con el propósito de fabricar los 5,000 cohetes recientemente disparados hacia Israel. Estos hechos han revelado una doble preocupación: mientras Hamas desvía recursos fundamentales de la infraestructura civil, los residentes de Gaza enfrentan una creciente escasez de agua potable.

Hamas ha divulgado imágenes recientes que ilustran el proceso completo de creación de cohetes a partir de estas tuberías de agua, desde su extracción del suelo hasta su montaje en talleres improvisados. A pesar de que estos cohetes caseros carecen de precisión, han suscitado inquietudes en Israel, lo que ha llevado al empleo de costosos sistemas de defensa aérea Iron Dome para interceptarlos.

Este no constituye el primer uso de cohetes de fabricación casera por parte de los palestinos, ya que comenzaron a emplear cohetes Qassam en 2001. En la actualidad, Hamas posee diversos tipos de cohetes, incluido el Qassam de tercera generación, que puede alcanzar blancos a una distancia de hasta 18 kilómetros, así como modelos de mayor alcance, como el J90, J80, R160 y SH2021.

La conversión de recursos originalmente destinados a la infraestructura civil para la producción de armas genera inquietudes tanto en lo que respecta a la seguridad regional como a la creciente crisis humanitaria en Gaza, donde la escasez de agua potable se ha convertido en una preocupación apremiante para la población local.