La Generalitat nuevamente desafía la Constitución con la creación de su propio cuerpo diplomático. El anteproyecto de ley, presentado al Parlamento catalán, entra en conflicto con el artículo 149.1 de la Carta Magna.

Bajo la presidencia de Pere Aragonès, el Govern catalán aprueba un anteproyecto de ley para establecer "un cuerpo de acción exterior e Unión Europea", con la intención de desplegarlo en delegaciones o 'embajadas' en el extranjero. Esto busca similitud con el cuerpo diplomático del Ejecutivo central de Pedro Sánchez, a pesar de contradecir la Constitución española.

La consejera catalana de Acción Exterior, Meritxell Serret, señaló en una rueda de prensa que este "paso adelante" impulsa un "cuerpo de servidores públicos especializados en relaciones internacionales", sugiriendo la posibilidad de oposiciones, similar al proceso para aspirantes a diplomáticos en la actualidad.

Serret justificó la presencia de este equipo especializado en Relaciones Internacionales en diferentes departamentos del Govern, argumentando que la acción exterior es "transversal", al interactuar en diversos ámbitos sectoriales y políticas públicas a nivel internacional.

Enfatizó que este cuerpo de acción exterior busca retener el talento existente en el Govern, fomentar una carrera profesional que reconozca estas competencias, ser un polo de atracción y dinamizar la formación y reconocimiento de profesionales en relaciones internacionales. La consejera, que huyó a Bélgica en 2017 junto a Carles Puigdemont y otros miembros del Ejecutivo catalán, defiende este avance como necesario para fortalecer la presencia internacional de Cataluña.