En una jornada que marcó un hito en la actualidad política, la dirección del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso ridiculizó, este jueves, la efímera duración del caso Tellado, en un aparente intento de menospreciar los esfuerzos socialistas por vincular al portavoz del PP con Alberto Núñez Feijóo en el caso Koldo, según informó detalladamente El Debate. Se señaló que dicha maniobra tenía como objetivo aliviar la presión sobre la presidenta del Congreso, Francina Armengol.

La operación, liderada por la vicesecretaria general y el secretario de Organización del PSOE, María Jesús Montero y Santos Cerdán, respectivamente, demostró ser infructuosa. En primera instancia, la alegada reunión entre Tellado y Koldo García, en el momento indicado, fue desmentida, ya que el político popular se encontraba en el Senado. En segundo lugar, la respuesta de José Luis Ábalos ante la posibilidad de influencia sobre el Gobierno balear del PP, dirigido por Marga Prohens, fue de franca incredulidad, desestimando la idea en una entrevista en Cuatro, calificándola de "fantasía".

El malestar entre los socialistas ha ido en aumento, no solo por el fiasco de la operación mencionada, sino también por la incapacidad de la dirección del partido para persuadir a Ábalos de que renunciara a su escaño. Por el contrario, el exministro de Transportes desafió la orden de la Ejecutiva Federal del PSOE, anunciando su ingreso al Grupo Mixto. Durante estos días, Ábalos ha expresado su disgusto por la falta de una llamada directa del presidente Pedro Sánchez para solicitarle la renuncia, alegando que quizás esa comunicación no habría cambiado su decisión.

En medio de esta situación, el presidente y sus ministros protagonizaron el miércoles una sesión de control al Gobierno en el Congreso que, según analistas, estuvo marcada por la sobreactuación y la ausencia de explicaciones concretas sobre el caso Koldo. Pedro Sánchez, Félix Bolaños, Fernando Grande-Marlaska, Óscar Puente y Ángel Víctor Torres optaron por contraatacar con referencias al hermano de Isabel Díaz Ayuso, el caso Gürtel y Luis Bárcenas, generando críticas y cuestionamientos sobre la estrategia de defensa adoptada por el PSOE.

El tiempo transcurre desde que estalló el primer caso de corrupción en el Gobierno de Sánchez, y la estrategia del PSOE parece ser, según observadores, errática, acelerada y, en ocasiones, desconcertante incluso para sus propios miembros. El martes, el entorno del presidente sorprendió a los periodistas al matizar en privado que no había sido Sánchez quien exigió la renuncia de Ábalos, sino la Ejecutiva Federal del PSOE, generando confusión y preguntas sobre la coherencia en el liderazgo del partido.

La oposición, por su parte, percibe que los socialistas se encuentran abrumados por la situación y superados por una ola de informaciones sobre la trama que no muestra signos de detenerse en los próximos días. La Audiencia Nacional ha aceptado la personación del PP y Vox en calidad de acusación popular en el caso Koldo, lo que sugiere que ambos partidos tendrán acceso al sumario completo en las próximas horas, intensificando la presión sobre el PSOE.

En este contexto, se espera que la información sobre el caso Koldo perdure hasta el verano, según un miembro de la dirección del PP, comparándolo con la persistencia de la suciedad que se adhiere a un zapato. Los populares, lejos de dejarse arrastrar por la situación, planean jugar sus cartas con inteligencia. Su atención se centra en Francina Armengol, a quien acusan de intentar ocultar la estafa sufrida por Baleares a manos de la trama. El segundo blanco en su lista es el actual ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, quien, siendo presidente de Canarias, también contrató con la compañía Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL. La comisión de investigación que el PP llevará a cabo en el Senado se presenta como un desfile de cargos socialistas, en lo que algunos observadores describen como un momento crítico para el partido.

En una rara pausa en la tormenta política, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, encontró brevemente la paz en la recepción ofrecida a la Selección española femenina de fútbol, tras su victoria en la Nations League frente a Francia. En un gesto simbólico, recibió una camiseta con su apellido de manos del presidente de la Comisión Gestora de la Federación, Pedro Rocha. Sin embargo, después de la celebración, Armengol regresó a la cruda realidad política que la envuelve, con el caso Koldo amenazando con prolongarse y profundizar en la crisis interna del PSOE.