El pasado 7 de junio, Correos anunció que, de cara a las elecciones generales del 23-J, la entidad iba a realizar una «contratación sin precedentes para garantizar el voto por correo», consciente de que la fecha de los comicios, inédita y vacacional para muchos españoles, iba a provocar un aumento significativo de las solicitudes para votar de esta forma.

El martes el organismo reveló que la cifra de esa contratación de refuerzo ha sido de 19.400 personas, pero desde CCOO, sindicato mayoritario en Correos, definen esa cifra como un «engaño sin precedentes» y aseguran que es muy inferior.

Este sindicato ofrece números sobre el volumen del desafío al que se enfrenta Correos por las primeras elecciones generales que se celebran en periodo vacacional y que han puesto al organismo en una situación límite. Detalla que el número total de solicitudes para votar por correo se aproxima a los 2.500.000, más del doble de las 997.000 de las últimas generales, celebradas en noviembre de 2019. De todas ellas, ayer habían conseguido votar en torno a 500.000 personas. Es decir, que hay dos millones de electores que han pedido votar por correo y todavía no lo han hecho.

El proceso consiste en solicitar el voto por este sistema, Correos envía la documentación al domicilio y el elector entrega posteriormente su voto. El plazo para solicitarlo termina hoy, por lo que es posible que esas 2,5 millones de peticiones todavía suban un poco más. El plazo para votar acaba el jueves 20.

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) también cuestiona que el número de contrataciones anunciadas por Correos para hacer frente a las elecciones veraniegas se ajuste a la realidad. En caso de serlo, afirman, ya se habrían entregado todos los votos solicitados, y no ha sido así. A siete días de que finalice el plazo para votar y en vísperas de un fin de semana, el del 15 de julio, en el que se prevé que decenas de miles de personas inicien sus vacaciones y se desplacen a otros lugares a disfrutarlas, muchos electores aún no han recibido la documentación necesaria para votar.

COLAS EN LAS OFICIANAS
A esto se suman las colas que se están produciendo en las oficinas de Correos. En una nota de prensa emitida ayer, el organismo ha recomendado a la ciudadanía no esperar hasta el último momento para depositar el voto de cara a agilizar los trámites y evitar largas esperas la semana que viene.

Desde CCOO echan en falta medios personales y campañas informativas aclaratorias por parte del Gobierno y de la propia Correos para lo que definen como una «situación excepcional» causada por el periodo vacacional en el que van a celebrarse los comicios y por la ola de calor en la que se halla inmerso el país. Además, advierten indignación en muchos de los ciudadanos que se están presentando en las oficinas para comprobar si su documentación ha llegado y denuncian «falta de voluntad» a la hora de hacer «todo lo necesario» para garantizar que los ciudadanos que han solicitado votar por correo puedan hacerlo. El plazo para recibir la documentación electoral finaliza este domingo.

Desde el sindicato inciden en que parece existir cierta intención de «confundir a la gente» con notas de prensa como la emitida el lunes, en la que Correos comunicó que aquellas personas que hayan pedido el voto por correo y deseen recibir la documentación en un lugar distinto al indicado en un primer momento pueden solicitar un cambio de destino en una oficina informatizada aportando su número de registro.

La entidad presidida desde 2018 por Juan Manuel Serrano, persona de la máxima confianza de Pedro Sánchez, no va a hacer públicos los datos de las solicitudes totales que se han registrado para votar por correo hasta que finalice el plazo -hoy- para reclamarlo. EL MUNDO se puso ayer en contacto con Correos para conocer su versión sobre las acusaciones de los sindicatos y las cifras que manejan, pero el organismo se limitó a remitirse a los comunicados oficiales.

Tanto CCOO como CSIF han manifestado a este periódico que los refuerzos prometidos por Correos no han acabado de materializarse en acciones concretas en las oficinas repartidas a lo largo de España, y explican que muchas de ellas «están desbordadas» ante el incremento de las solicitudes. También señalan que los principales perjudicados de esta situación son los ciudadanos que han solicitado votar por correo y todavía no han podido hacerlo, ya que muchos de ellos están posponiendo sus vacaciones a la espera de recibir sus papeletas para acudir a depositar sus votos en una oficina de Correos.

"PROCESO GARANTIZADO"
La situación más delicada se ubica en zonas costeras como Valencia o Baleares, donde están teniendo más problemas para encontrar personal de refuerzo. No obstante, fuentes de CSIF aseguran que «el proceso democrático está garantizado» y que este sábado se va a producir un reparto extraordinario de los carteros para asegurar que todo el mundo recibe su documentación. En respuesta a la altísima demanda, Correos también ha anunciado que a partir de hoy las oficinas abrirán hasta las 22.00 horas, y también lo harán en el fin de semana: el sábado de 9.00 a 21.00 y el domingo de 09.00 a las 14.00 horas.

El candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, se hizo ayer eco de la situación y pidió a los carteros «que trabajen mañana, tarde y noche» para asegurar el derecho al voto. También incidió en que pedirlo impide automáticamente votar en una urna el 23-J y solicitó a los empleados de Correos que trabajen al máximo y que, aunque no estén teniendo los refuerzos suficientes, «sean conscientes de que custodian algo que es sagrado de los españoles, que es su voto». Además, les pidió que, «con independencia de sus jefes, repartan todos los votos antes de que venza el plazo para que los españoles puedan votar y ejercer sus derechos constitucionales». Sánchez, desde la cumbre de la OTAN en Vilna, le respondió acusándole de socavar la confianza en las instituciones y en la democracia.

Por su parte, en un comunicado emitido ayer por la tarde, Correos recalcó su compromiso con la sociedad española y afirmó que el proceso de voto por correo en España es «seguro y garantista».