El bitcoin y las criptomonedas se están volviendo cada vez más populares, especialmente entre Estados y países. América Latina, que tiene una larga historia con la inflación y las crisis económicas, es más propicia a adoptarla. El Salvador ya dio un primer paso y se está convirtiendo en la primera república bitcoiner del mundo. Más al sur, en Paraguay, se avanza en el establecimiento de la minería como una industria nacional. La propuesta comenzó a mediados de año de la mano del diputado Carlos Rejala. Él es un joven político que apuesta por un país más avanzado tecnológicamente y adecuado al panorama mundial. Además, también colaboraron en esta propuesta, denominada Ley Bitcoin, representantes del sector minero nacional.

Las empresas Digital Assets, Nano Mining y BC Mining Paraguay asesoraron en la redacción de la ley. La propuesta se presentó al Senado para ser finalmente aprobada el jueves 16 de diciembre. Representantes del sector minero aseguran que fija unas normas claras para esta actividad. Sin ella, los mineros se encontraban ante un vacío legal y tenían problemas al invertir o hacer uso de las ganancias. También es una medida que da más confianza a las empresas extranjeras que quieran invertir en criptomonedas en el país. Con el éxodo de mineros que tuvieron que abandonar sus granjas en China, representa una nueva oportunidad de continuar con su negocio.

Paraguay es considerado por su potencial minero de bitcoin

Paraguay no suele aparecer en las noticias, pues su política no es tan tumultuosa como la de sus vecinos. Asimismo, su economía no es la más desarrollada de Latinoamérica, pero tampoco tiene registros inflacionarios como los de Argentina o Venezuela. Sin embargo, debido a su proximidad con grandes ríos de la región, Paraguay tiene una gran producción de energía hidroeléctrica. Como la demanda de energía es menor a la cantidad producida, el excedente permanece sin usar. La propuesta de Carlos Rejala y los demás proponentes de la ley es usar esta energía sobrante. Así, las empresas de minería pueden adquirirla a precios favorables. La ley también regula el uso de los beneficios obtenidos por parte de los mineros. Con esta regulación, las empresas podrán vender las ganancias a través de cuentas bancarias especiales. Es fundamental, porque sin ella es posible que los bancos retengan o confisquen el dinero bajo sospecha de orígenes ilícitos.

Plantas hidroeléctricas

La energía eléctrica de Paraguay proviene de cuatro centrales hidroeléctricas principales: Itaipú, Yacyretá, Acaray e Yguazú. De estas, las más importantes son las dos primeras, que son fruto de acuerdos binacionales con Argentina y Brasil. La Represa de Yacyretá tiene una potencia instalada de 3200 MW, con una producción anual de 17000 GWh. De estos, Paraguay solo usa entre un 10% y un 13%. Por otro lado, la de Itaipú tiene una potencia instalada de 14000 MW y una producción anual de 103 TWh. Está entre las que tienen la mayor producción del mundo, tanto en producción acumulada como en capacidad de generación.

[Imagen: Represa de Itaipú. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Usina_Hidroel%C3%A9trica_Itaipu_Binacional_-_Itaipu_Dam_(16738441574).jpg]

Estas dos centrales hidroeléctricas, junto a las de Acaray e Yguazú de menor envergadura, son un tesoro oculto en Paraguay. Un factor importante en esta energía es que proviene de los grandes ríos que bordean el país. Esto supone que su origen sea limpio y ecológico, ya que no necesita recursos no renovables o contaminantes, como el petróleo o el carbón. En tiempos de crisis climática donde las industrias buscan reducir su huella de carbono, representa una ventaja para la minería. Si una gran parte de los mineros opta por esta energía, podría ser de las industrias más verdes del planeta.

El proyecto de Ley

La propuesta fue sometida a debate por primera vez el 2 de diciembre en el Senado. Carlos Relaja, su principal defensor, contó con el apoyo de Fernando Silva Facetti. Es un senador respetado por otros políticos de la Cámara y con una amplia trayectoria. Además, gracias a otros senadores como Tony Apuril y Juan Bartolomé “Ancho” Ramírez, la propuesta de Relaja pudo ganar más respaldo. Finalmente, logró su aprobación dos semanas después. La ley se centra en el establecimiento de la minería como una industria. En ella, se establecen las tarifas que se cobrarán a las empresas, su localización y su registro oficial para evitar las ganancias ilícitas.

Este documento no tiene información sobre el uso del bitcoin u otras criptomonedas como moneda de curso legal. A diferencia de El Salvador, no hay intenciones por ahora de integrar al bitcoin en el sistema económico nacional. Con esta ley, los parlamentarios esperan que el Estado paraguayo pueda contar con una fuente de ingreso adicional. De esta manera, el país puede aprovechar su exceso de energía para atraer mineros, mientras otros países prohíben o controlan severamente la actividad. Al permitir y regular la minería digital, el país invita a las empresas del sector a asentarse en su territorio.

Muchas más empresas podrían llegar

Diversas compañías en todo el mundo han cesado sus operaciones por represalias contra la actividad minera en muchos países. De hecho, China albergaba a la mayoría de mineros de bitcoin. Con su prohibición, se generó un éxodo y muchas empresas se establecieron en Europa y en América del Norte. En Estados Unidos hay intentos de llevar a cabo una minería más limpia y sostenible. Con la Ley de Paraguay, América Latina también busca competir en este sentido. A pesar de estar rezagados en otros aspectos, la geografía suramericana es ideal para la minería. En definitiva, los países latinoamericanos deben estar a la altura y aprovechar el éxodo de mineros de Asia para impulsar sus economías.