Cantabria ha experimentado una de las mayores cargas fiscales entre las Comunidades Autónomas del país en los últimos años. Además, se ha observado una tendencia que demuestra que es posible mantener un nivel de presión fiscal razonable, incluso con tipos impositivos más bajos, lo que ofrece un enfoque potencial para mejorar la economía y la calidad de vida en Cantabria.

En un evento celebrado en Barcelona presentaron este informe titulado ‘Cuántos impuestos pagan los españoles según su Comunidad de residencia’. El estudio, elaborado por dos destacados expertos en economía, el catedrático de Economía Aplicada de la UCM, José Félix Sanz, y el profesor Titular de Hacienda Pública de la Universidad de Oviedo, Santiago Álvarez, ofrece una mirada detallada a la carga fiscal en España y destaca las marcadas diferencias entre las distintas Comunidades Autónomas.

Este informe arroja luz sobre la disparidad de la presión fiscal experimentada por los contribuyentes españoles según su lugar de residencia. Las cifras revelan variaciones significativas, llegando a superar los 10 puntos porcentuales en algunos casos. Las Comunidades Autónomas que han soportado la mayor presión fiscal en los últimos años son Baleares, Cantabria y Asturias. Por otro lado, La Rioja, Navarra y Canarias han experimentado una menor carga fiscal.

Un ejemplo destacado es el caso de Baleares, donde la presión fiscal llegó a alcanzar el 37% del Producto Interno Bruto (PIB) regional bajo el gobierno anterior, una situación que llevó a la demanda de una significativa reducción de impuestos como requisito para la formación del actual Gobierno Balear.

Las diferencias en la presión fiscal se explican por una combinación de factores, que incluyen la capacidad fiscal determinada por la renta, el empleo y el consumo en cada comunidad, así como las políticas fiscales implementadas por los gobiernos autonómicos y municipales. Esto ha llevado a situaciones en las que comunidades con tipos impositivos relativamente bajos pueden tener una capacidad recaudatoria superior a aquellas con tasas impositivas más altas. El evento de presentación del informe fue destacado por la participación de Ignacio Garriga, secretario general de Vox, y contó con la presencia de concejales y diputados del Parlamento de Cataluña. La presentación del informe estuvo a cargo de Ricardo Ruiz de la Serna, jefe de Estudios. El acto fue moderado por el economista y profesor Jorge Soley, y contó con una ponencia de Ferran Brunet, profesor, economista y autor del libro «Economía del Separatismo». wEn su intervención, Ricardo Ruiz de la Serna señaló que «es compatible mantener un nivel de presión fiscal razonable con tipos impositivos bajos de acuerdo con las conclusiones del informe». Además, destacó que esta publicación «abre la puerta a otro tipo de debates, como son el destino de los fondos, la interpretación de la norma tributaria y el Estado de Derecho, en un contexto donde los impuestos se están utilizando con fines políticos».

Ferran Brunet, por su parte, hizo hincapié en que «la capacidad tributaria de Cataluña es semejante a la media española» y señaló que es posible obtener recaudaciones con tipos impositivos más bajos, como se observa en algunas comunidades diferentes a Cataluña. Además, Brunet abordó el papel del separatismo catalán y afirmó que «no es España quien nos roba, es el separatismo». Argumentó que la constante deslealtad de las instituciones catalanas crea inseguridad jurídica y disuade a inversores extranjeros a invertir en Cataluña. En resumen, el informe arroja luz sobre la compleja realidad de la carga fiscal en España y subraya la necesidad de un debate informado y equitativo sobre la política fiscal en el país, especialmente en un momento en el que los impuestos se han convertido en un tema político de relevancia.

Un problema para la competitividad de las empresas cántabras

Precisamente sobre este tema habló la pasada semana Enrique Conde, presidente de CEOE-CEPYME, quien se refirió a la situación fiscal en Cantabria, que afecta gravemente a la competitividad de las empresas en la región. Conde destacó que la diferencia en la presión fiscal entre Cantabria y otras regiones cercanas es un factor que impulsa a empresarios a considerar opciones fuera de Cantabria. Según Conde, la presión fiscal en Cantabria es significativamente mayor que en regiones vecinas. Mencionó que el País Vasco tiene una presión fiscal que está 20 puntos por debajo de la de Cantabria, Castilla León presenta una diferencia de 6 puntos menos, y en La Rioja, la presión fiscal es también dos puntos menor que en Cantabria. Esta disparidad fiscal, según Conde, tiene un impacto negativo en la competitividad de las empresas cántabras y puede llevar a algunos empresarios a considerar la posibilidad de trasladarse a regiones con una carga fiscal más baja o incluso a plantearse la posibilidad de iniciar sus negocios en otras regiones.

El presidente de CEOE-CEPYME señaló un ejemplo reciente en el que una empresa extranjera, al adquirir una parte importante del accionariado de una empresa cántabra, propuso trasladar la sede fiscal a una región con una fiscalidad más ventajosa, como el País Vasco. Conde enfatizó que cuando las empresas operan con márgenes ajustados, los aspectos fiscales se vuelven determinantes en la toma de decisiones empresariales, y las ventajas fiscales ofrecidas por regiones como Madrid o el País Vasco pueden resultar decisivas.

En este contexto, Conde instó al Gobierno de Cantabria a tomar medidas audaces y a abordar la cuestión de la fiscalidad en la región. Subrayó que el Gobierno tiene margen y capacidad para tomar decisiones significativas que beneficien a las empresas cántabras y, en última instancia, a la economía regional. Conde enfatizó la importancia de evitar la inacción por parte de los políticos y destacó la necesidad de un apoyo más sólido por parte de las instituciones para sectores cruciales de la economía de Cantabria, como el sector industrial, que, a pesar de su globalización, requiere un enfoque audaz y proactivo por parte de las autoridades.