El verano tiene un poder regenerativo. Encuentra siempre la manera de dejar atrás las decepciones y las frustraciones del año anterior para volver a ilusionar al personal con lo de siempre: fichajes, caras nuevas y buenas palabras. Es como pasar por el diván, tumbarse ante el psicoanalista, liberar las penas y salir como nuevo. Escoger la pastilla azul, cerrar los ojos y tirar hacia delante. No hay más. Así funciona el fútbol. De lo contrario, se acumularía un resquemor importante porque lo habitual es no cumplir objetivos. Sólo unos pocos lo consiguen. Más aún, en el caso de los grandes, que no negocian otra cosa que no sea el ascenso. A por él va a saltar el Racing desde hoy mismo. Como siempre. Otra cosa es el desarrollo de la historia.

Entrenador nuevo y once fichajes. Todo el proyecto deportivo que vendió el club el pasado curso se ha dejado de lado para iniciar una nueva historia. Si ésta funciona, se mantendrá. Si fracasa, de nuevo habrá que romper el cuaderno y comenzar a escribir algo nuevo. El curso pasado acabó con el sorprendente entrenador del equipo asegurando que nunca le habían exigido el ascenso y que incluso le habían indicado quién debía jugar. Puro surrealismo. Este año parece que también se resisten a mencionar la palabra ascenso de manera gratuita pero ninguno de los integrantes del equipo ha nacido ayer. Saben muy bien dónde está el destino a alcanzar. Y es innegociable.

Atrás han quedado prácticamente siete semanas de pretemporada que han tenido como objetivo llegar en plenitud de condiciones al día de hoy, cuando por fin se abrirá el telón de la temporada oficial. Es fundamental comenzar bien y quien va a poner el listón es el Tudelano, todo un clásico de la Segunda B, que ha quedado ya en el olvido para estrenar la Primera RFEF. Es una categoría recién creada que, al estar formada por la mitad de equipos que su antecesora, debe ser más exigente y mejor en todos los sentidos, pero es algo que está por ver. De partida, habrá que ponerse en la idea de que será similar, lo que ya de por sí deja bien claro a cualquiera que no se regala nada.

El encuentro comenzará a las cinco y media de la tarde. Atrás ha dejado el Racing una siempre larga pretemporada donde ha habido de todo. Ha jugado mejor o peor pero lo que ha anunciado el proyecto de Fernández Romo es que va a ser un equipo sólido y ordenado atrás. No va a resultar sencillo meterle mano y lo mejor de todo es que tiene artillería arriba, que ha mostrado una cierta pegada y que, además, ha tenido a un delantero centro enrachado, ya que Cedric ha visto portería a lo largo del verano. Eso a buen seguro que hará que la portería se le haga más grande en estos primeros compases de la temporada que tan importantes son para coger una buena dinámica en todos los sentidos.

Es el arranque del curso un momento para sumar los primeros puntos pero, sobre todo, para ahuyentar las dudas y alimentar las certezas. Es el momento de consolidar las premisas a partir de las cuales pretende avanzar el equipo en los próximos meses. Y lo mejor de todo es que el Racing parte en mejor disposición de lo que en él ha sido tradicional para conseguirlo, ya que lo habitual a estas alturas era tener el equipo a medio hacer. Sobre todo, en taque, ya que siempre esperaba al cierre de mercado para fichar al nueve. Ahora ya lo tiene. El conjunto cántabro tiene bien colocados los pilares sobre los que quiere ir levantando su construcción.

Lo peor de la pretemporada suelen ser las lesiones y éstas han llegado a última hora, cuando parecía que la nave iba a llegar a puerto en orden y concierto. En apenas una semana, han caído Bobadilla, Pablo Torre y Satrústegui. Los dos últimos han apurado hasta última hora para llegar. Se probaron ayer y, finalmente, no fueron incluidos en la convocatoria. No es plan de arriesgar con ellos nada más comenzar. Fueron evolucionando de manera positiva en los últimos días pero aún no se vieron listos para aportar, por lo que era mejor dejar su sitio a otros compañeros.

A todos ellos hay que sumar a Jack Harper, un futbolista que se comprometió con el Racing hace casi mes y medio pero a quien no se le ha visto entrenar hasta hace apenas unos días. Es probable que falte mucho para verle todavía en acción. Es toda una incógnita mientras que el resto de fichajes cerrados por el club verdiblanco han ido enseñando sus cartas a lo largo de la pretemporada. Tanto es así, que hay pocas dudas respecto al once que pueda presentar el entrenador verdiblanco esta tarde.

El once. Una de las grandes incógnitas está en saber quién será el portero. Es quizá la decisión más importante porque después será difícil cambiarla. No suele suceder. Lucas Díaz se mantiene en el equipo tras haber terminado el curso pasado como titular pero Fernández Romo se trajo a Miquel Parera, que, hasta la fecha, ha sido durante toda su carrera profesional un portero suplente. Salió de Mallorca, de su tierra y de su club de toda la vida, para dejar de serlo y lo cierto es que sería un palo tremendo verse hoy en el banquillo. Ninguno de los dos ha sido demasiado exigido durante el verano pero también es cierto que el hispanosuizo mostró algunas dudas en el amistoso contra el Bilbao Athletic, lo cual le puede pesar.

Donde hay pocas incógnitas es en la defensa por los problemas físicos de Bobadilla y Satrústegui, dos centrales. Al entrenador sólo le quedan dos, que serán los que salgan a jugar hoy: Mantilla y Pol Moreno. Además, Unai se colocará en el lateral derecho e Isma López en el izquierdo. Por delante, la incógnita está en conocer si jugará Íñigo o si lo hará Fausto Tienza. Lo que parece claro es que junto al elegido se situará Sergio Marcos.

Que Soko va a ser el extremo derecho no admite discusión pero más debate puede haber en el izquierdo. Si de méritos se tratara, sería fácil concluir que Marco Camus está por delante de Bustos, pero el recorrido de este último puede pesar. Fue de lo mejor del equipo la temporada pasada y eso, sumado a su trayectoria, pesa. Lo bueno es que el canterano está apretando de lo lindo y que se puede generar por ahí una competencia más que interesante para el equipo.

Cedric va a ser el hombre más adelantado porque se le ve muy enchufado. La gran duda radica en saber quién se colocará inmediatamente por detrás de él. Ese puesto está reservado para Pablo Torre pero tendrá que comenzar con el freno echado. Las opciones que puede manejar el técnico para sustituir a un futbolista que en verano ya ha dejado claro que tiene una importancia capital para el equipo son varias. El pasado domingo, cuando el de Soto de la Marina cayó lesionado, quien entró por él fue Manu Justo, lo que acerca el 4-2-3-1 por el que ha apostado Fernández Romo durante toda la pretemporada a un 4-4-2. Quizá el primero de los dibujos quedaría más reforzado si apostara por alguna de las otras alternativas, que pueden ser la de situar ahí a Borja Domínguez o lanzar todo un mensaje desde el primer día y atreverse a situar ahí a Bustillo, que ha sido una de las sensaciones de la pretemporada.

El Racing intentará que no se eche de menos la imaginación y el repertorio de ideas que brinda Pablo Torre al equipo. El cántabro aporta fluidez, ritmo y asociaciones que son obligatorias para superar a defensas como la que amenaza con plantar el Tudelano. Éste se anuncia como un equipo sólido atrás. Está entrenado por Javier Olaizola, quien fuera lateral derecho del Mallorca y entrenador del Arenas el curso pasado. Ahí ya dejó escrita una impronta en la que ahora pretende profundizar comenzando el curso dando la campanada en Los Campos de Sport.

Estrenarse en casa es siempre una ventaja porque empezar bien es obligatorio y parece que suele ser más fácil hacerlo en un terreno conocido. Más aún si, además, puede haber público, como será el caso después de que se haya autorizado la presencia de 8.888 espectadores. El curso pasado nunca se estuvo cerca de utilizar el límite impuesto por los técnicos de Salud pero ahora parece que, poco a poco, todo avanza hacia una nueva fase. A ver si dura.

Que la primera jornada sea en Los Campos de Sport suma pero también aporta presión. Las renovadas ilusiones suelen mirar tan alto que también pueden pesar en el caso de que las cosas no terminen de salir bien con el paso de los minutos. Porque lo normal es que hoy se vea una maquinaria bien articulada y automatizada, ya que eso demanda de más tiempo. Hay que buscar unos mínimos sin generarse presión desde el primer día. Es fundamental que este último ingrediente, el que más ha pesado a los jugadores del Racing de los últimos años, se mantenga siempre fuera del plato. Y para eso hay que sumar rápido. Y hay que hacerlo ante un equipo sin presión porque sabe que no tiene nada que perder en El Sardinero. Jugar con esos condicionantes es lo que significa ser jugador del Racing en la categoría de bronce, ya se llame Segunda B o Primera RFEF.