26.04.2024 |
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BOXEO

‘El Niño’ da la talla y hace soñar a Cantabria

Sergio García perdió a los puntos contra Fundora tras un cerrado e igualado combate que le permitió dejar una gran carta de presentación en Estados Unidos | Los de los jueces faltaron al respeto al cántabro y al deporte del Boxeo

Intercambio de golpes entre Fundora y ‘El Niño’. / ryan hafey
Intercambio de golpes entre Fundora y ‘El Niño’. / ryan hafey
‘El Niño’ da la talla y hace soñar a Cantabria

‘El Niño’ abandonó ayer Los Ángeles con su primera derrota en su expediente, pero no se marchó derrotado. Lo hizo aguantando la mirada a quien buscara la suya, con la cabeza alta y habiendo dejado una buena carta de presentación que a buen seguro le llevará de vuelta a Estados Unidos en pocos meses. Al cántabro no le favorecieron las cartulinas pero subió al avión con la satisfacción del trabajo bien hecho, de haber cumplido con el plan trazado, de no haberse guardado nada y de haber estado a la altura del gran momento de su carrera. Anunció que había ido a jugársela y se la jugó. Y salió en pie. Su rival ni siquiera le hizo tambalearse o generarle dudas. Fue fiel a sí mismo y, a partir de ahí, los jueces pueden decir lo que quieran.

El combate llegó a las cartulinas, donde Sergio García ya sabía que tenía todas las de perder. Era consciente de que para ganar en ese punto debía haber mostrado una manifiesta superioridad sobre su oponente y haberse llevado con cierta claridad la mayor parte de los asaltos, algo que no sucedió. Lo que no esperaba era un castigo semejante, una humillación convertida en falta de respeto al deporte del boxeo, que con episodios así pierde reputación y nobleza. Hubo un juez que dio a Fundora ganador 115-113, una puntuación que entraba dentro de lo normal. Lo que es imposible es que alguien pudiera ver en ese combate un 117-111 o, peor aún, un 118-110, que fue la tarjeta que dio Alejandro Rochín, un tipo con precedentes y con escasa vergüenza que falta al respeto a los meses de trabajo con los que los boxeadores suben al ring.

Ganar 118-110 supone haber ganado diez de los doce asaltos. Y eso no lo hizo Fundora. El cántabro se llevó al menos el segundo, el cuarto, el sexto, el séptimo y el noveno. A partir de ahí, hubo varios discutidos y, ante una cierta igualdad, la flecha suele señalar a quien más trabaja, a quien lleva la iniciativa y a quien va siempre en busca de su oponente. Y eso lo hizo Sergio García, que enseñó una ambición constante desde el primer al último segundo de la pelea. Porque el pulmón del cántabro sigue funcionando como siempre. No se desgasta. Sonó la campana por última vez y daba la sensación de que tenía piernas para otros doce asaltos.

‘El Niño’ salió a atropellar a su rival, a meterle en una guerra y, sobre todo, a condicionar su boxeo. Fundora siempre fue un boxeador que peleaba hacia delante, que iba a por su rival sacrificando la ventaja que le aporta su envergadura para buscar una media distancia que parecía que no beneficiaba a sus cualidades físicas pero desde la que hacía daño con su izquierda. Sin embargo, en la madrugada de ayer le tocó ir hacia atrás porque Sergio García buscó en todo momento una corta distancia con la que en todo momento se jugó el tipo, ya que el gancho de su oponente, una de sus mejores armas, se convirtió en una amenaza constante al estar ambos peleando en un ascensor.

En seguida se hizo evidente las dificultades de boxear a Fundora. Las manos debían ser ascendentes y había que andar muy rápido de piernas para entrar en su espacio vital y buscar su mentón. Con todo, en el segundo asalto ya dio la sensación de que ‘El Niño’ le tenía tomada la medida y empezó a llegar con buenas manos. Antes, en el primero, recibió quizá el directo de su rival más limpio de toda la pelea. Y hubo buenas noticias. El cántabro se lo tragó bien y siguió con el plan establecido. Su boxeo fue un agobio constante para el espigado púgil americano, que no estaba nada cómodo.

Sergio García trabajaba bien con la izquierda abajo y el croché de derecha arriba, probando en varias alturas y sacando también unas manos voladas que llegaban a su oponente, quien dio muestras de su castigo desde los primeros compases. Hicieron bien su labor las esquinas porque tras el cuarto asalto se fue Fundora con una hemorragia nasal que no volvió a aparecer y el cántabro con un pequeño corte exterior en la ceja izquierda que tampoco volvió a inquietar.

El tiempo corría a favor del campeón cántabro, que estaba llamado a crecer conforme se superaran asaltos. Y es algo que se empezó a intuir a partir del sexto, cuando Fundora dio muestras de cierto desgaste. Ni sus manos transmitían tanta potencia ni lanzaba tantas. Además, durante todo el combate hizo Sergio García un gran trabajo defensivo bloqueando con sus guantes las acometidas de su oponente. ‘El Niño’ estaba demostrando cómo hay que pelear al gigantón y, de hecho, sus golpes parecían más claros. Las cosas iban bien y faltaba lo mejor.

Fue a partir del séptimo cuando Fundora cambió de estrategia. Veía que las cosas no le iban bien y ya no aceptó pelear a la distancia del dinero, sino que empezó a usar su tremenda envergadura para mantener lejos al cántabro. Ya no aceptó el cuerpo a cuerpo y se evidenció la persecución del cántabro, que era quien dominaba el centro del ring sabiendo que no podía desperdiciar ni un segundo. El californiano se dedicaba a mostrar la derecha como barrera de protección ante las acometidas del cántabro esperando a sacar su izquierda para dar un golpe de poder.

El noveno capítulo fue claramente para Sergio García y en el décimo cazó a Fundora con una buena combinación que anunciaba dos últimos asaltos de auténtico infierno para el púgil local. Eran asaltos decisivos porque era fácil calcular que, para entonces, la puntuación estaba igualada. Era el momento de sacar partido al mayor y mejor motor del torrelaveguense y al evidente agotamiento de su espigado rival. Sin embargo, dio la sensación de que este último se había guardado la reserva porque cogió un último aire en esos últimos seis minutos de pelea que le permitió acabar mejor. Fue muy superior en el undécimo y lo que concedió a ‘El Niño’ terminar con buen sabor de boca fueron unos segundos finales pletóricos que pusieron el punto y final al combate por todo lo alto. A partir de ahí, podía suceder cualquier cosa y era fácil intuir que los jueces le iban a dar ganador a Fundora porque así se escribe este deporte. Lo que es sancionable es saltarse cualquier mínimo decoro con ese 118-110 y ese 117-111 que no hay por donde cogerlo en medio de un combate caracterizado, sobre todo, por su igualdad.

El boxeo del cántabro gusta y le aseguran que en pocos meses estará de vuelta

Sergio García y Víctor Iglesias partieron en la mañana de ayer (hora local) de Los Ángeles para volar a Madrid vía Miami. Está previsto que hoy mismo estén de vuelta en Torrelavega. Volvieron con una derrota pero con la certeza de haber dejado buenas sensaciones en Estados Unidos. De hecho, allí les aseguraron que les había gustado el combate, que ‘El Niño’ había demostrado estar a la altura de los mejores y que en breve tendrán noticias suyas para volver a saltar el charco. De este modo, son conscientes de que tendrán más oportunidades y, por lo menos, dejaron esa carta de presentación con la que tendrán una continuidad en la cuna del boxeo.

‘El Niño’ da la talla y hace soñar a Cantabria
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