Nunca antes había estado el Balonmano Torrelavega a dos días de jugar un partido de Asobal. Por eso esta semana está siendo diferente, especial, con ese hormigueo constante por el cuerpo que sólo aparece antes de un momento histórico. La fecha del once de septiembre del 2022 quedará grabada para siempre en la memoria del club naranja y por eso los días previos funcionan como una cuenta atrás. Los jugadores han puesto fin a una larga pretemporada de más de seis semanas que ha ido dirigida, fundamentalmente, a aparecer por vez primera en el Vicente Trueba en las mejores condiciones posibles. Porque no pueden esperar demasiado para empezar a sumar puntos. No se lo pueden permitir. Y el primero que pasará a funcionar como una auténtica vara de medir las posibilidades que pueda tener el equipo de Álex Mozas en la máxima categoría es el Atlético Valladolid. Hay que marcar territorio desde el primer día.

Para comenzar a calentar motores de verdad y centrar la atención, después de las vacaciones estivales, en la competición y en lo que está a punto de comenzar, el equipo torrelaveguense realizó ayer un acto que sirvió como presentación oficial del proyecto. El lugar elegido fue la oficina central de Bathco, que se mantiene como principal patrocinador del Balonmano Torrelavega. De hecho, se aprovechó el acto para estampar la firma del convenio gracias al cual ambos se mantendrán unidos las próximas tres temporadas. Algo así aporta estabilidad.

En el acto estuvieron presentes Eduardo López, director comercial de Bathco, Javier López Estrada, alcalde de Torrelavega, Mario Iglesias, director general de Deportes del Gobierno de Cantabria, Antonio Gómez, presidente del club, y Álex Mozas, entrenador del equipo. Este último se estrena también en la categoría aunque es el segundo ascenso que consigue. El primero lo logró con Alcobendas pero, tras lograrlo, dio el valiente paso de aceptar el reto que le trasladó la entidad torrelaveguense. El premio gordo lo consiguió a la segunda porque el primer intento quedó condicionado por la pandemia, que detuvo la competición justo cuando más disparado estaba el equipo.

Mozas sólo ha podido estar la mitad de la pretemporada al frente de su equipo porque se pasó tres semanas con la selección española Junior disputando el Europeo de Croacia. Le ha tocado dirigir la nave desde la distancia y mantener un contacto telefónico y virtual con sus hombres. Lo bueno es que con buena parte de ellos ya mantiene una relación que se extiende en el tiempo, ya que el club de la capital del Besaya no se ha vuelto loco a pesar de conseguir el salto de categoría y ha mantenido el bloque que consiguió el éxito. De hecho, continúan quince jugadores del curso pasado y sólo han sido cinco las incorporaciones.

«Teníamos que dar un salto y lo hemos realizado», afirmó ayer el entrenador del equipo naranja. Éste considera que han conseguido elevar un peldaño la calidad del bloque que consiguió que a la entidad de Torrelavega la aceptaran dentro del selecto club de la Asobal. No quiso el técnico alterar demasiado lo que había funcionado y, en concreto, ató al portero Carlos Calle, al pivote Gonzalo Porras, al extremo derecho Martí Villaoria, al lateral derecho Dusan Trifkovic y al izquierdo Jaka Splijak. Considera que le ha quedado un plantel equilibrado y lo suficientemente profundo como para dar la cara. «La idea ha sido mantener el bloque y hacer refuerzos en puestos clave», resumió el técnico, que dejó bien claro que, independientemente de cómo comience la historia, han de tener siempre los pies en la tierra dejando claro que no hay otro «objetivo» que la «permanencia». «Este año sólo tenemos que mantenernos», afirmó.

Esto último no suele resultar sencillo para los recién ascendidos y con esa lección que ya han dejado otros antes bien asimilada echará a andar el Balonmano Torrelavega, que a lo largo de la pretemporada ha cosechado resultados ilusionantes resumidos en sus seis victorias, dos derrotas y un empate en sus nueve amistosos. Con todo, lo que de verdad valdrá será lo que sean capaces de hacer el sábado a partir de las cinco de la tarde en el Vicente Trueba. Dentro saben que buena parte de sus opciones de salvación pasan por lo que sean capaces de hacer en su propia cancha y, en ese sentido, serán fundamentales los más de setecientos socios que ya se han sacado el carné. Y lo han hecho, además, con la certeza de que podrán acudir a ver a su equipo porque las limitaciones actuales permiten el acceso de todos ellos al graderío del pabellón torrelaveguense.

Eduardo López, el director comercial de Bathco, afirmó tras firmar la renovación del acuerdo de patrocinio durante otros tres años que están «ante el mayor reto de la historia del club», ya que consideró que el pasado curso se consiguió «algo increíble» al lograr el ascenso de manera tan solvente. En cuanto a su empresa, afirmó que habían encontrado en el club naranja «a un socio perfecto» para conseguir sus propios objetivos. De hecho, anunció que el apoyo se reforzaría con vistas a «los próximos años». Y falta hará porque, como recordó el máximo dirigente de la entidad torrelaveguense, Antonio Gómez, van a «pelear contra los mejores equipos de España», por lo que dejó claro que están ante «una temporada para soñar y disfrutar».

Hoy, turno del Sinfín

Si ayer presentó el Bathco Torrelavega su proyecto, hoy será el turno del Sinfín. La cita, a partir de las 13 horas, será en la Plaza Porticada, cerca de la sede central de Unicaja, principal patrocinador de la escuadra santanderina. Al evento acudirán, por parte del club, el presidente Servando Revuelta, directivos y la plantilla al completo. Representando a los patrocinadores, estarán el director regional de Unicaja, Luis Taboada, el director general de Cantur, Bernardo Colsa y, por parte del Grupo Blendio, Agustín Merino González. En nombre de las instituciones, harán acto de presencia el director de Deportes del Gobierno de Cantabria, Mario Iglesias, el concejal del Ayuntamiento de Santander,  Felipe Pérez Manso, y por último, el presidente de la Liga Sacyr Asobal, Servando Revuelta Ortiz.