29.04.2024 |
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Una oreja para Víctor Hernández en casi tres horas de novillada en Santander

La plaza registró media entrada en tarde bochornosa. 
El novillero Isaac Fonseca, sufre una cogida sin consecuencias durante la novillada celebrada en el segundo día de la Feria de Santiago, en la que ha compartido cartel con Víctor Hernández y Marcos Linares, con 6 novillos de Núñez Tarifa, este domingo en Santander. . EFE/Pedro Puente Hoyos
El novillero Isaac Fonseca, sufre una cogida sin consecuencias durante la novillada celebrada en el segundo día de la Feria de Santiago, en la que ha compartido cartel con Víctor Hernández y Marcos Linares, con 6 novillos de Núñez Tarifa, este domingo en Santander. . EFE/Pedro Puente Hoyos
Una oreja para Víctor Hernández en casi tres horas de novillada en Santander
Una solitaria oreja para Víctor Hernández fue el balance artístico de la novillada picada celebrada hoy en Santander, segundo festejo de su Feria de Santiago, un espectáculo de larguísima duración y en la que el mexicano Isaac Fonseca resultó cogido por el quinto novillo de la tarde.

Cuando Marcos Linares cruzó a pie el umbral del patio de cuadrillas camino del hotel se cumplieron 2 horas y 50 minutos desde el inicio del festejo. Una eternidad. Entre ambos hitos, los novilleros escucharon un total de seis avisos para un resultado numérico de una oreja y un balance artístico que no será recordado. De la novillada de Núñez de Tarifa sacaron nota el buen tercero y el muy notable cuarto.

Comenzó la tarde con emociones fuertes cuando Víctor Hernández desató las hostilidades de salida: largas afaroladas de rodillas, el capote a la espalda y, de nuevo de hinojos, larga cambiada para rematar el vibrante saludo al novillo que rompió plaza.

Más que enemigo había ahí un aliado, pero de insuficiente entidad para alcanzar grandes metas. Se lo pasó siempre muy cerca desde los primeros compases por derechazos. "Nadador" regaló un caminar al paso en tres naturales sublimes que fueron un prodigio de temple y acople, frustrados por el desarme al intentar el de pecho.

Entonces, Hernández abandonó el toreo fundamental en redondo y suprimió las distancias hasta dejarse tocar el traje de luces por los pitoncitos, amén de suertes accesorias, bernadinas incluidas. Lo mató bien e inauguró el marcador de orejas con un apéndice. Sería el único.

"Volandero", que hizo cuarto, fue un buen novillo. Su capa colorada vestía unas magníficas hechuras. Por el derecho tenía esos trancos de más que permiten el toreo ligado sin enmienda. A izquierdas también sirvió. Fue bondadoso hasta cuando tuvo a Víctor Hernández a merced en el suelo, perdonándole la cogida.

Tuvo la faena un tono agradable sin terminar de romper, y el hecho de pincharlo y el llegar hasta los dos avisos le dejó sin premio.

Isaac Fonseca, con la alternativa a las puertas, anda a gorrazos. Le dio igual que el segundo de la tarde se le viniera por dentro y cruzado mientras le esperaba con ambas rodillas en tierra y pegado al estribo: lo podía haber reventado contra las tablas, pero sin rectificar la posición resolvió el apurado trance.

Hecho que volvió a repetirse al ir a pedir permiso al presidente, muleta y ayuda en mano. Y vuelta al anclaje de las rodillas al oscuro ruedo de Cuatro Caminos para pasárselo por la espalda a centímetros de la chaquetilla. Traía el animal mejor inicio de muletazo que final, siempre buscando el palillo y saliendo de la suerte desentendido. Y pronto se agotó.

El quinto, con esas puntitas de los pitones negras como el betún que tanto gustan a los profesionales, se rajó muy pronto. En el tramo central del muleteo prendió a Fonseca por el muslo, cuando iban ya dos horas y diez minutos de festejo. Cuatro más tarde volvió a ser derribado el mexicano, contra el estribo del 1. Le acabaron pidiendo que se fuera a por el acero, que no enterró hasta el séptimo intento. Y le sacaron a saludar.

Marcos Linares también escuchó silbar las balas de los pitones del coloradito tercero, que casi se lo echa a los lomos en el variado recibo capotero. Por ambos pitones destiló almíbar y duración.

Linares se entendió con él por el palo clásico, sin alardes de cara a la galería. Hubo templanza y algunos muletazos profundos. Buen aire, buen son y sabor en los remates, sin llegar el paroxismo a los tendidos. Y el final atracarse al entrar a matar con un saltito, dejando la espada un punto contraria.

El sexto no tuvo ritmo ni empuje. Nada puede reprocharse a Linares, que lo intentó todo.

FICHA DEL FESTEJO.- Seis novillos de Núñez de Tarifa, desiguales de presentación, algunos impresentables como primero y segundo, de caras abecerradas. Bueno el tercero y de notable juego el cuarto.

Víctor Hernández (blanco y oro): estocada tendida (oreja tras aviso); pinchazo, estocada y tres descabellos (vuelta al ruedo tras dos avisos).

Isaac Fonseca (grana y oro): media tendida (ovación tras aviso); seis pinchazos y estocada (ovación tras aviso). Fue atendido en la enfermería de un puntazo en la axila.

Marcos Linares (blanco y oro): estocada contraria (vuelta al ruedo tras aviso); dos pinchazos y estocada (ovación).

La plaza registró media entrada en tarde bochornosa. 

Una oreja para Víctor Hernández en casi tres horas de novillada en Santander
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