29.04.2024 |
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TOROS SANTANDER

Hermoso de Mendoza triunfa sobre la bocina en Santander

Sexto festejo de la feria de Santiago, con tres cuartos de entrada en tarde soleada.
El rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza durante la tarde de hoy en Santander. / ALERTA
El rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza durante la tarde de hoy en Santander. / ALERTA
Hermoso de Mendoza triunfa sobre la bocina en Santander
El rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza logró este jueves en Santander un triunfo sobre la bocina, al cortar las dos orejas del sexto toro de un festejo en el que Leonardo Hernández sumó un trofeo y Sergio Galán tuvo que conformarse con una vuelta al ruedo.

Galán se encontró con un primer toro que, tras sangrar hasta las dos pezuñas tras dos rejones de castigo, se aplomó por completo. Tuvo que llegarle mucho, hasta el punto de ver tropezadas las grupas de las cabalgaduras.

Con "Capricho" y "Óleo" intentó apurar los poquitos resquicios que dejaba el de Benítez Cubero, siempre por el palo de lo clásico, sin estridencias. El descabello se llevó la posibilidad de un trofeo.

A portagayola recibió al cuarto, otro animal sin ritmo ni celo, y con tendencia a parase. Galán recurrió a echar encima de los pitones a sus monturas. Con "Bambino" hizo un esfuerzo en chiqueros, donde se aquerenció el manso, y ya en los medios, su batida parsimoniosa hacia el toro conectó con la plaza y hubo una banderilla extraordinaria por lo apretada que fue, literalmente al estribo.

Tras un rejón trasero, la muerte dilatada del astado contribuyó a que la petición de oreja no fuera mayoritaria.

El segundo se cayó en dos ocasiones, con su larga anatomía, incorporándose a duras penas desde la arena. Leonardo apostó por la ética del rejoneo más puro, clavando siempre al estribo. La bella expresión de las cabalgaduras, además, confirió al conjunto una plasticidad notable. El doble uso del verduguillo fue penalizado por el respetable.

El quinto, de Pallarés, fue el mejor del encierro. Con sus 664 kilos mantuvo un ritmo sostenido en su galope, que aprovechó Leonardo para enhebrarlo a dos pistas, completando circunferencias completas en el ruedo de Cuatro Caminos.

Fue ajustando progresivamente los embroques con los rehiletes, desde el desapego inicial hasta la fusión con el astado. Y dado que el marcador de la tarde estaba a cero, aderezó la lidia con piruetas y exhortaciones a los tendidos de sol. Con la puchera santanderina ya hirviendo, barrenó hasta enterrar el rejón de muerte. Oreja.

Guillermo Hermoso se ajustó mucho en los precisos y cosidos galopes a dos pistas ante el tercero. No así al dejar las banderillas sobre "Berlín" y "Extraño", con embroques lentos pero algo despegados. El toro fue de más a menos, algo que supo leer Hermoso para culminar un buen par a dos manos a lomos de "Justiciero". Tres pinchazos difuminaron el posible triunfo.

En el sexto, bueno sin excelencias, exigió lo máximo de un "Disparate" que respondió a la demanda; casi juntó su cabeza con la del burel en una de sus ofensivas. La clave del triunfo estuvo en lo explosivo del final: tres banderillas cortas sobre "Corsario" en carrusel, realmente consecutivas y, justo después, el rejonazo caído que tumbó patas arriba al animal.

Esta sucesión de golpes sobre la campana del último asalto fue suficiente para que la euforia dormida despertara. La pañolada y el griterío llevaron las dos orejas a manos de Guillermo Hermoso.

Hermoso de Mendoza triunfa sobre la bocina en Santander
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