El pleno del Parlamento de Cantabria ha rechazado este lunes tres iniciativas de PP y Vox para instar al Gobierno regional a bajar los impuestos para hacer frente al incremento de la inflación, una medida que regionalistas y socialistas han tachado de «populismo fiscal».

Los populares han pedido en una proposición no de ley una rebaja de un punto el tipo impositivo del IRPF en todos los tramos de la escala autonómica de manera que el mínimo sea del 8,5 por ciento por ciento y el máximo el 22,5 por ciento, que ha sido rechazada con los votos de PRC y PSOE, los partidos que apoyan al Gobierno, y el apoyo de Ciudadanos y Vox.

Vox, por su parte, ha planteado, entre otras medidas, una rebaja en la escala autonómica del IRPF en un punto porcentual en cada uno de los tramos, una bonificación al 99 por ciento del Impuesto de Patrimonio y una reducción en los tipos de gravamen aplicables en las transmisiones patrimoniales de bienes inmuebles para que tributen al 8 por ciento independientemente del importe de la base de tributación.

Esta última medida ha llevado a Ciudadanos y al PP a abstenerse al considerarla «regresiva» al perjudicar a las personas con menos recursos, mientras que regionalistas y socialistas han votado también en contra de esta proposición no de ley.

Durante el debate, PP, Ciudadanos y Vox han insistido en que Cantabria «es una de las regiones con mayor presión fiscal» y ha incidido en que el Gobierno regional tiene margen para llevar a cabo una bajada de impuestos con el superávit en la recaudación para este año, prevista en unos 100 millones de euros.

«Si este Gobierno no sabe hacerlo, el PP sí y ya lo ha demostrado», ha defendido la diputada popular María José González Revuelta, quien ha señalado que los «impuestos altos» son una «cuestión ideológica» del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y del vicepresidente. El portavoz de Vox, Cristóbal Palacio, ha abundado en la «sangría impositiva» que sufren los ciudadanos de Cantabria con unos «impuestos desmedidos» y ha subrayado que una administración «tiene que ser capaz de dar más con menos, a través de la gestión».

La regionalista Emilia Aguirre, y la portavoz socialista, Noelia Cobo, han replicado que estas medidas de bajada de impuestos conducen al «desmantelamiento» del estado de bienestar, al reducir en Cantabria la recaudación en más de 43 millones de euros, lo que obligaría a reducir el gasto en la misma medida para cumplir la normativa, han alegado ambos grupo, un argumento rechazado desde la oposición.

«Es una reforma muy regresiva, con propuestas inviables», han coincidido en señalar las dos diputadas, que han recalcado que estas propuestas benefician a los que más tienen.

Además, los grupos que sustentan al Ejecutivo regional han rechazado una moción de Vox que pretendía deflactar en un 10 por ciento las tablas impositivas para el tramo autonómico del IRPF.

El portavoz de Vox, Cristóbal Palacio, ha pedido que no se aumente «de forma encubierta la presión fiscal a los contribuyentes con menor nivel de ingresos». «Esta moción busca que seamos coherentes con los ciudadanos y que cuando les digamos que no le vamos a subir los impuestos, lo hagamos realmente. De nada sirve escudarse en el tecnicismo de que no modifico el tipo impositivo, si la presión impositiva de nuestros ciudadanos la incrementamos en 80 millones de euros», ha subrayado.

DOS BLOQUES DIFERENCIADOS. ha habido dos bloques muy diferenciados, uno el de PRC y PSOE, que han defendido las medidas puestas ya en marcha por el Gobierno para paliar la situación --como las del plan anticrisis aprobado la semana pasada-- y han asegurado que bajar impuestos no es sinónimo de más riqueza; y otro el de PP, Cs y Vox, que han criticado que el Gobierno de España y el de Cantabria «ya no pueden sangrar más a los ciudadanos» y se niegan a bajar los tributos a pesar de que van a tener «récord» de recaudación y superávit en sus cuentas.

De hecho, han recordado la reciente salida del Gobierno de la exconsejera de Hacienda, María Sánchez, que están convencidos de que fue «cesada» --no que dimitió, como dice el Ejecutivo-- por planear una bajada de impuestos con la que no estaría de acuerdo el Gobierno central. Por ello, cuando «se entera Pedro Sánchez», regionalistas y socialistas «se cuadran» y «se cargan a la consejera», ha sostenido la ‘popular’ María José González Revuelta.

Tanto ella como los diputados de Cs Diego Marañón y Marta García y los de Vox, Cristóbal Palacio y Armando Blanco, han criticado en sus diferentes intervenciones a lo largo del debate de estos puntos el «afán recaudatorio» de PRC y PSOE, partidos de un Gobierno «que hace gala de la defensa de lo social».

«Los que no se cansan de repetir que protegen a los más vulnerables prefieren ahora recaudar lo más posible», mientras que en este momento «tan duro» para la economía los trabajadores «han perdido más poder adquisitivo este año que en los últimos 20», han sentenciado. Por el contrario, la regionalista Emilia Aguirre y las socialistas Noelia Cobo y Paz de la Cuesta han criticado el «populismo de la fiscalidad» de la oposición, asegurando que «decir que bajar impuestos genera riqueza y que subirlos empobrece es falso».

De hecho, han sostenido que lo que buscan es un «ataque directo y demoledor al estado de bienestar» con iniciativas que «sacan a la luz sus verdaderas intenciones, que no son otras que recortar prestaciones y privatizar servicios públicos».

Y es que, según han defendido, la propuesta de rebaja fiscal que han hecho PP y Vox es «inviable» e «irresponsable», ya que «no beneficia en nada» a los contribuyentes con rentas inferiores a los 12.000 euros, y en cambio tendría un impacto en las arcas del Gobierno con una reducción de 44 millones de euros en la recaudación, lo que «debilitaría» los servicios públicos como la sanidad o la educación.

Mientras, «los que más ganan se beneficiarían de casi el 25% de esta reforma», por lo que regionalistas y socialistas han opinado que los partidos de la derecha «quieren a los pobres más pobres y a los ricos más ricos».

Por último, han negado que, como asegura la oposición, Cantabria sea una de las comunidades autónomas con mayor presión fiscal».

DEUDA PÚBLICA HISTÓRICA EN CANTBRIA. El presidente ha sido cuestionado por Vox acerca del uso que el Ejecutivo regional hace de los recursos públicos ya que, según ha dicho, su portavoz, Cristóbal Palacio, la deuda pública «no deja de crecer» bajo su mandato, incrementándose «de manera desorbitada».

Y ello, según ha censurado, pese a que la comunidad autónoma cerró el pasado ejercicio 2021 con superávit y a que en este 2022 el Gobierno recaudará casi 180 millones más de lo previsto en impuestos. El presidente del Gobierno ha subrayado, por una parte, que Cantabria es la tercera comunidad autónoma con menos deuda de España y ha corregido los datos señalados por Palacio respecto a lo que el Ejecutivo paga por los intereses de la deuda, que ascienden, según Revilla, a 22 millones.

Después de que el portavoz de Vox deseara que se esté viviendo un «final del ciclo» del Gobierno PRC-PSOE, Revilla le ha respondido: «Si tienen que llegar otros a mejorar esto y uno es usted, yo estaría muy preocupado».

Revilla ha señalado que Vox puede salir a «criticar todo» y «dar caña» y «pedir todo» porque no tiene responsabilidades de gobierno.

Y ha dicho a Palacio en que, si algún día las logra, verá «la diferencia» entre estar en la oposición a estar en un Ejecutivo y tener que gestionar.

El presidente regional ha dicho que en Cantabria, «dentro de lo cabe», «las cosas no van mal» teniendo en cuenta el contexto actual de «crisis» que está afectando a todo el mundo.

Así, ha vuelto a reivindicar que Cantabria ha sido de las comunidades que «mejor ha aguantado» la caída del PIB que provocó la crisis de la pandemia del Covid, cayendo menos su PIB que en la media del país y ahora «creciendo más que la media».

También ha subrayado que Cantabria tiene una tasa de paro inferior a la media. Y en cuanto a los impuestos, Revilla ha insistido en que son «imprescindibles» para mantener el Estado de Bienestar y evitar que aquellos que menos recursos tienen se queden «sin nada».

El presidente se ha mostrado contrario a la «mentalidad» de Vox en materia fiscal y ha opinado que, si fuera por ese partido, solo habría impuestos para mantener «el Ejército y la Policía».