La esperanza de vida ha ido escalando, ser centenario será cada vez menos excepcional. No sabemos a ciencia cierta qué hay que hacer para vivir más de 100 años, aunque parece que vamos por el buen camino. Si bien alcanzar estas edades sigue siendo algo muy poco frecuente, la cantidad de personas que llegan a ser centenarias es cada vez mayor.

Además de los avances en Sanidad, sabemos que los hábitos de vida saludable son uno de los mejores aliados con los que contamos para llegar sanos a esta edad de récord. Entre ellos, la buena alimentación es uno de los más importantes. La cántabra Felipa tiene 100, nacida el 9-9-1922 y ayer ejerció su derecho al voto en Santander. Y en pocos meses llegará a los 101 años. 

Tanto España como Japón son dos de los países que destacan en el mundo por encabezar las listas de los más longevos y muchos expertos relacionan esto con las dietas que se han practicado históricamente en estas regiones: la dieta mediterránea y la japonesa. Por desgracia, cada vez son menos frecuentes los estilos de alimentación tradicionales que eran más saludables y los alimentos ultraprocesados —que han sido relacionados con varias enfermedades— han ido ganando protagonismo en nuestra dieta actual.

En este sentido, algunos investigadores como el biólogo Valter Longo, que es profesor de Gerontología en la Escuela Leonard Davis de la Universidad de California Sur, han investigado cómo la dieta puede ayudar a que vivamos más años. De hecho, Longo dio a conocer el concepto de dieta de la longevidad después de realizar varios estudios con humanos, algunos de ellos centenarios, y otras especies. En estas investigaciones, Longo observó el efecto que tiene en nosotros los nutrientes, pero también el ayuno o la genética.

Claves esenciales para frenar el envejecimiento

Una vida con propósitos

Por ejemplo, establecer un propósito o un objetivo en la vida, algo que no solo es bueno para el crecimiento personal, sino que además te ayuda a vivir más. Un estudio publicado en 2008 en el Diario Oficial de la Sociedad Americana de Psicosomática preguntó a 43.391 japoneses si tenían un 'ikigai' (sensación de que vale la pena vivir la vida). Los resultados mostraron que una carencia de este' ikigai' estaba asociada a un mayor riesgo de mortalidad, y más concretamente a enfermedades cardiovasculares.

En la misma línea se encuentra otro estudio, realizado en 2019 y publicado en el Diario de la Asociación Médica de Estados Unidos. Mediante el análisis de 7.000 sujetos mayores de 50 años, la investigación determinó que un propósito fuerte en la vida está asociado con un descenso de la mortalidad y tiene beneficios para la salud.

Muchas veces este propósito se asocia al trabajo, tal como explica el doctor Dilip Jeste, neuropsiquiatra especializado en envejecimiento de la Universidad de California (San Diego, EEUU): "La jubilación es en realidad un factor importante para muchas personas, especialmente para los hombres. El trabajo define el propósito en la vida y cuando te jubilas, o cuando te ves obligado a jubilarte, el propósito desaparece de repente, de forma abrupta".

Es por ello por lo que los objetivos personales deben ir más allá del empleo y las personas jubiladas deben tener otras aspiraciones, deben "encontrar otras cosas que hacer: más trabajo voluntario, algo de arte... cosas que hicieran cuando eran jóvenes", apunta.

Comunidad antes que soledad

También la Universidad de Harvard (Massachusetts, EEUU) se interesó por la longevidad y analizó durante 80 años a 1.300 personas y cómo las experiencias tempranas en sus primeros años les afectaron durante toda su vida. La investigación concluyó que aquellas personas que establecieron relaciones cercanas y sanas con otros sujetos tenían una mejor salud y un retraso del declive tanto mental como físico.

Según recoge el 'Daily Mail', expertos en envejecimiento especializados en personas centenarias han determinado que en aquellas zonas donde las personas tienden a vivir más los mayores de 100 años "mantienen una fuerte relación interpersonal, son cercanos a sus familias y sienten que pueden confiar en sus vecinos".

Además, la doctora Mary Gallant, de la Universidad de la Escuela de Salud Pública de Albany (Nueva York, EEUU) declara que "el aislamiento social y la soledad entre los adultos mayores pone a las personas en un riesgo realmente alto de todo tipo de resultados negativos para la salud mental y física". Este factor recalca la importancia de establecer lazos fuertes y sanos con aquellas personas que nos rodean.

Ser espiritual, más allá de la religión

En las zonas o países con más abundancia de personas mayores de 100 años los expertos aclaran que los centenarios suelen formar parte de prácticas espirituales, ya que les proporcionan un sentido de pertenencia y de arraigo. No obstante, cabe aclarar que esto no significa que formen parte de algo religioso, sino que puede ser que hagan actos de altruismo o que formen parte de una comuna en la naturaleza.

La doctora Carolyn Aldwin, directora del programa de Gerontología de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos), declara que, mediante un trabajo, han comprobado que "los pacientes con insuficiencia cardiaca, en promedio, que se identifican con una gran espiritualidad viven más que las personas que no lo hacen". También recomienda un estilo de vida saludable puesto que "ayuda tener una comunidad de apoyo y estar centrado y conectado a la tierra".

Adiós al estrés

El estrés nunca contribuye a nada bueno y produce tanto un desgaste mental como físico. Por ese motivo es esencial y útil anticiparse a este desagradable sentimiento con técnicas como la conocida 'Proactive coping', que podría traducirse como "enfrentamiento proactivo". Esta fórmula consiste en estar listo para un futuro exitoso mediante la anticipación a situaciones o factores que puedan resultar estresantes. Con ello se consigue erradicar o reducir la angustia que estos generan.

Tal y como explica la doctora Aldwin, este método consiste simplemente en acometer acciones como poner gasolina en el coche antes de un viaje largo para evitar estar constantemente sufriendo por la falta de combustible. La especialista también declara que "el manejo del estrés, ser capaz de ignorar las pequeñas cosas, ser capaz de organizar una estructura de vida que pueda disminuir su exposición al estrés, resultará realmente útil, especialmente en la vejez.

La doctora concluye que lo mejor es no estresarse por nada. "No hacer montañas de un grano de arena es algo realmente importante".