La subida del precio en los alimentos y la energía ha terminado por afectar a un símbolo de la restauración española, el menú del día, con un aumento de un euro en su precio que no ha tenido impacto en su consumo por parte de los clientes. En Cantabria más de la mitad de los restaurante lo ha subido un 10%.

Así se desprende del último informe de la asociación Hostelería de España, que muestra que este producto ha pasado a costar de media 12,8 euros, un euro más que en 2016.

De este análisis, el secretario general de la asociación, Emilio Gallego, ha destacado que, a pesar de una subida del 9 % en el precio del menú del día, no se ha producido un «impacto en el consumo de este producto» por parte de los consumidores.

Este es un «producto muy español que lleva décadas funcionando de forma muy importante en relación calidad precio» y, por ello esperan que se siga manteniendo su consumo pese al ‘ajuste’ en el precio por parte de los hosteleros.

Unos hosteleros a los que, según apunta Gallego, no les ha quedado más remedio que «actualizar» el coste del menú del día debido a la «vorágine» del IPC, que durante el pasado mes de julio registró se situó en el 10,8%.

La energía es el principal indicador de la subida, que afecta al aumento de otros productos, y repercute en toda la cadena de producción y distribución; desde las cámaras frigoríficas que conservan los alimentos, a la maquinaria para procesarla hasta la gasolina del vehículo que los transporta, según detalla el informe.

Además, la subida de la electricidad es «el punto de más preocupación, ya que es un gasto básico que no se puede eliminar», del que depende el funcionamiento de las cámaras frigoríficas o de la calefacción/aire acondicionado, entre otros aspectos.

Este aumento de precios llega en un momento en el que la hostelería ya estaba recuperando las cifras prepandemia con un 32 % de la población que almuerza en restaurantes en días laborables al menos una vez a la semana, según un estudio realizado por Aecoc Shopperview en julio.

DIEZ CIUDADES CON EL MENÚ A 13 EUROS. El informe muestra que, en las diez principales ciudades españolas, el precio medio del menú del día se ha situado en los 13 euros; destacan Barcelona (14) y Madrid (13,9), seguidas por capitales de menor tamaño como Palma de Mallorca (13,6), Bilbao (13,5) o Zaragoza (12,8). Al detalle, durante el periodo comprendido entre noviembre de 2021 a abril de 2022, el 37 % de los restaurantes encuestados subieron un 5 % el precio del menú del día, el 30 % lo subieron un 10 % y el 7 % un 15 %.

Por comunidades autónomas los mayores incrementos en el precio se han producido en Galicia, con un 16,4 % más respecto al precio de 2016; La Rioja (15,7 %), País Vasco (12,5 %), Cataluña (10,8 %) y Madrid (10,4 %).

Y más del 50 % de los restaurantes de Extremadura (57,14 %), Cantabria (52,15 %), Galicia (52,24 %) y Navarra (50,03 %) subieron el precio del menú un 10%.

PÉRDIDA DEL PODER ADQUISITIVO. Más allá del aumento del precio del menú del día, la mayor preocupación del sector es ahora la «pérdida de poder adquisitivo del consumidor» que, de producirse, podría «gripar la economía española». Para Gallego, la subida de un euro en este producto no es «objetivamente elevada» y, por ello, pone el foco en el riesgo de que esa pérdida de poder adquisitivo pueda trasladarse al sector en un momento en que el menú del día recuperaba cifras de consumo prepandemia.

Subida de precios al ritmo de la inflación. La inflación en Cantabria ha llegado en julio al 10,5 por ciento, medio punto más que en junio (10 %), aunque menos que la media nacional, que se ha quedado en el 10,8 por ciento, la más elevada desde septiembre de 1984, según publica este viernes el Instituto Nacional de Estadística.

Los grupos que más presionan al alza de los precios en julio en Cantabria son la vivienda, el transporte y los alimentos y bebidas no alcohólicas. La IPC de la vivienda en Cantabria llegó en julio al 22,8 por ciento, mientras que el transporte se sitúo en el 16,9 por ciento y los alimentos y bebidas no alcohólicas estuvieron en el 12,6 por ciento. Solo baja el grupo de las comunidades, en un 2,1 por ciento, mientras que el de hoteles, cafés y restaurantes se sitúa en el 7,7 % y las bebidas alcohólicas y el tabaco en el 6 por ciento.

El grupo del menaje estaba en julio en Cantabria en una tasa de precios del 5,3 por ciento, en un 3,8 % el ocio y la cultura y en los menores porcentajes la Medicina (0,8 %), la Enseñanza (0,4 %), y el vestido y el calzado, que solo repunta al 0,1 %.

La inflación en Cantabria ha llegado  en el mes de julio al 10,5 por ciento

La tasa interanual del índice de precios de consumo superó en julio el 10 % en todas las comunidades excepto Canarias (9,4 %) y Madrid (9,6), con máximos en Castilla-La Mancha, que llegó al 13,2 % y Castilla y León, que alcanzó el 12,0 %.

Después de las dos Castillas figuran La Rioja, con un 11,7 %; Extremadura y Galicia, ambas en el 11,5 %; y Aragón, Murcia y Navarra, las tres con un 11,4 %.

También por encima de la media (10,8 %) figuran Andalucía (11,2 %), Asturias (11,1 %) y la Comunidad Valenciana (10,9 %) mientras que por debajo se sitúan Melilla (10,9 %), Cantabria y País Vasco (10,5 %), Baleares y Cataluña (10,3 %) y Ceuta 10,0 %, además de Madrid y Canarias.

En comparación con junio, la tasa interanual subió en todas las comunidades, con mayor fuerza en La Rioja y Navarra, que crecieron más de un punto porcentual, en tanto que en Madrid solo aumentó una décima.

Pese a estas cifras, los precios bajaron en el mes de julio en 15 de las 17 comunidades y en las dos ciudades autónomas, sobre todo en Melilla (-0,7 %) y Murcia (-0,6 %), y solo subieron en Navarra (0,2 %) y Canarias (0,1 %). En los siete primeros meses del año, la comunidad más inflacionista sigue siendo Castilla-La Mancha (7,4 %), seguida de Castilla y León (6,6 %) y Galicia y Navarra (ambas con un 6,5 %), frente al 4,7 % de Canarias y al 5,0 % de Madrid.

La hostelería, castigada por el covid y ahora, por el precio de la energía

El sector de la hostelería esta siendo uno de los grandes perjudicados por la subida de precios que se ha registrado en los últimos meses.

Justo cuando los hosteleros comenzaban a ver la luz al final del túnel tras la pandemia de coronavirus, que obligó a cerrar las puertas de sus establecimientos, la guerra de Rusia contra Ucrania ha provocado una subida inesperada de los precios, especialmente la energía, que ha disparado los gastos de bares y restaurantes  y está haciendo mella en el consumo.

En un momento en el que la hostelería estaba recuperando las cifras de prepandemia, la inflación supone un mazazo para las cuentas de estos negocios. Hay que recordar que tan solo entre los meses de agosto de 2019 y agosto de 2021, el sector perdió casi 10.000 empresas y más de 200.000 uestos de trabajo, según datos del Ministerio de Empleo.

Y es que, desde abril de este año, los hosteleros están comenzado a sufrir el impacto de la inflación. Según los datos de la asociación  Hostelería de España, recogidos mediante una encuesta interna, ocho de cada diez empresarios «ya están notando un cambio en el comportamiento de los clientes», que queda reflejado en un menor gasto medio cada vez que acuden a estos locales y en una menor afluencia. Se trata de una

tendencia que los empresarios están detectando sobre todo en las cenas, tradicionalmente vinculadas al ocio, y que temen se contagie al resto de los tramos horarios.

Decreto energético. Ademas de los problemas derivados de la subida de precios, los hosteleros deben hacer frente ahoora a la incertidumbre que ha provocado en el sector el nuevo decreto de ahorro energético impuesto por el Gobierno central.

Las exigencias que la nueva norma impone a bares y restaurantes supone un nuevo gasto inesperado a los que tendrán que hacer frente y, a pesar de que el Gobierno ha prometido ayudas para paliar el quebranto que supondrá la adecuación de locales a la ley, la incertidumbre sobrevuela al sector.

Además, la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de instaurar el racionamiento energético se produjo sin mantener un diálogo profundo con los hosteleros. No se les escuchó para conocer la realidad de su sector, lo que augura que la normativa puede ser poco práctica e incluso inadaptable para algunos establecimientos determinados, com ya se ha denunciado voces entre los hosteleros.

Ya lo advirtió a principios de mes José Luis Yzuel, presidente de la asociación Hostelería de España   No obstante, ha puntualizado que la ley está hecha «deprisa» y con «algunos errores» como los choques con otras normas como la Ley de Riesgos Laborales, que permite programar la temperatura en 25 grados. Asimismo, Yzuel sostuvo que dentro del sector hay establecimientos muy distintos y, por ello, tendrán que estudiar cómo se puede aplicar la norma en cada uno de ellos.

Temor al final del verano. Y todavía quedaría lo peor. Los hosteleros temen que el mayor golpe de la inflación se note a partir del mes de septiembre, cuando el mercado se desinfle tras el periodo vacacional.

A juicio de los hosteleros, sus márgenes no podrán aguantar el tirón si el ritmo se mantiene. «Ahora mismo, la inflación ya está impactando en nuestra recuperación, puesto que nuestros márgenes no tienen nada que ver con los costes disparados», advirtieron desde la asociación Hostelería de España,