La familia del soldado cántabro, Miguel Ortiz, residente en Meruelo y de 43 años, quien desapareció en Ucrania en noviembre de 2023, ha lanzado un llamamiento desgarrador a las autoridades ucranianas y españolas para que intensifiquen los esfuerzos y lo encuentren. Miguel Ortiz, un soldado comprometido y experimentado, había estado sirviendo en el ejército español en la 64ª Compañía del Regimiento de Cazadores de Montaña, estacionado en los cuarteles de Munguía y Jaca. Su historial militar incluía misiones en Afganistán y Malí.

Sin embargo, decidió unirse a la Legión Internacional y partir a Ucrania en octubre de 2023, donde el conflicto con Rusia llevaba dos años activo. Desde su desaparición, su familia ha estado angustiada y desesperada por respuestas. Beatriz Ortiz, hermana de Miguel, ha señalado en una entrevista que han perdido casi toda esperanza de encontrarlo con vida. Aunque reconocen la posibilidad de que haya caído en combate, instan a las autoridades a que actúen y recuperen su cuerpo, donde sea que esté. Creen que las autoridades ucranianas deberían asumir la responsabilidad y tomar medidas para garantizar que Miguel sea repatriado adecuadamente a su hogar en Cantabria.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español confirmó oficialmente la desaparición de Miguel el 14 de febrero de 2024, lo que agregó una capa de legitimidad a la preocupación de la familia. Según relatos proporcionados por la familia, Miguel había contactado por última vez con ellos el 22 de noviembre de 2023, enviando un video en el que mencionaba una misión de rescate en la que estaba participando. Esta comunicación fue seguida por noticias de que Miguel había caído después de un ataque ruso con drones en el frente de Andriivka, en la provincia de Donetsk. La confirmación de la Embajada de que estaba «desaparecido en combate» dejó a la familia en un estado de conmoción e incertidumbre.

La familia busca claridad sobre el paradero de Miguel y ha proporcionado muestras de ADN para ayudar en su identificación, ya sea en el lugar donde cayó o en una morgue. Rechazan la idea de que Miguel se desplazara a Ucrania por motivos económicos, ya que tenía un trabajo estable en Cantabria. Insisten en que Miguel fue a Ucrania porque era su deber como militar experimentado. Su desaparición ha dejado un vacío inmenso en la vida de su familia, compuesta por su esposa y dos hijos.

Mientras tanto, el caso de Miguel Ortiz sigue siendo una preocupación apremiante para su familia y una cuestión que destaca la complejidad de los conflictos internacionales y el impacto humano detrás de ellos. La espera de respuestas continúa, mientras la familia anhela encontrar algún tipo de cierre en esta dolorosa situación.