La gestión del transporte ferroviario en Cantabria, responsabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez y del ministro de Transportes, Óscar Puente, enfrenta serias críticas por sus recientes fallos en la asignación de interventores para las líneas de Renfe en la región. La Confederación General del Trabajo (CGT) del sector ferroviario ha puesto en evidencia deficiencias graves en la planificación y asignación de personal, lo que ha tenido un impacto directo en la calidad del servicio ofrecido a los ciudadanos.

Durante la reunión del pasado 23 de abril, que contó con representantes de Renfe y la mayoría de sindicatos, salvo el SFF-CGT, se firmó un acuerdo que ha sido fuertemente criticado por la falta de supervisión adecuada en el número de plazas por territorios. Actualmente, solo una nueva plaza de interventor para ancho convencional ha sido asignada, una cantidad que apenas cubre las necesidades existentes y no considera las futuras jubilaciones. Aún más alarmante es que no se ha convocado ninguna plaza para ancho métrico, a pesar de las necesidades operativas de líneas críticas como Santander-Bilbao y Santander-Oviedo.

Esta situación refleja una reducción dramática en el número de interventores desde 2022, cuando había quince para ancho convencional y diez para ancho métrico. Esta escasez impone una carga adicional sobre el personal existente y compromete la seguridad y eficiencia del servicio.

Además, la CGT ha resaltado problemas adicionales como la falta de trenes y las frecuentes averías, causadas por la antigüedad del material rodante y la escasez de repuestos. Estos problemas son indicativos de una gestión deficiente y una falta de inversión adecuada en la infraestructura necesaria para un transporte público eficiente.

La supervisión de estas competencias por parte del ministro Óscar Puente, actualmente cuestionado por su gestión en otros ámbitos, sugiere una necesidad urgente de revisión y mejora en las políticas de transporte ferroviario. El SFF-CGT, alzando la voz contra esta gestión negligente, exige medidas correctivas inmediatas para prevenir futuras deficiencias que puedan comprometer la seguridad de los pasajeros y la viabilidad del transporte ferroviario en Cantabria.