Colindres se ha convertido en el epicentro de una protesta agraria sin precedentes. Bajo el liderazgo de Luis Pérez Portilla, de UGAM-COAG, agricultores y ganaderos de Cantabria han salido a las calles para demandar una solución inmediata a los problemas estructurales que asolan su modo de vida. "Aquí estamos en Colindres, dando visibilidad a nuestras reivindicaciones," declaró Pérez Portilla, marcando el tono de una jornada que busca cambiar el curso del sector primario en la región.

La protesta, caracterizada por la quema de fardos y una masiva presencia de tractores y manifestantes, se erige como un llamado de atención a los políticos. "Que se enteren los políticos que cada cuatro años sacan el campo a relucir," advierte Pérez Portilla, "que va a haber un momento en que no tengan campo del que hablar porque no lleguemos."

Las demandas de los manifestantes son claras y contundentes: necesidad de soluciones inmediatas, dotación de recursos al sector primario, una compensación justa para Cantabria, la exclusión del lobo del LESPRE y la garantía de precios justos bajo la ley de la cadena alimentaria. "Necesitamos soluciones y las necesitamos ya," enfatiza Pérez Portilla, subrayando la urgencia de atender a un problema estructural de fondo que amenaza con llevar al sector a la desaparición.

La situación en Colindres no es un caso aislado, sino el reflejo de una crisis más amplia que afecta al campo en toda Cantabria y, por extensión, en varias regiones de España. La comunidad agraria, hartos de promesas incumplidas y políticas insuficientes, exige un cambio real y efectivo que asegure su supervivencia y prosperidad.

"No podemos seguir así porque esto es abocar a la desaparición," concluye Pérez Portilla, dejando en claro que la lucha del sector agrario en Cantabria es una lucha por la existencia misma. La movilización en Colindres es apenas el comienzo de una serie de acciones destinadas a garantizar un futuro justo y sostenible para el campo cántabro.