Paco Aguado

Valdemorillo (Madrid), 5 feb (EFE).- El diestro riojano Diego Urdiales, que cuajó una faena de clásica y templada maestría al primer toro de su lote, cortó la única oreja en la corrida de hoy de la feria madrileña de Valdemorillo, que registró el primero lleno de "no hay billetes" de la temporada que arranca.

La premiada faena de Urdiales se sustentó en su gran solvencia técnica, primero para someter las bruscas arrancadas iniciales del toro a su muleta, que él sofocó ganándole terreno por bajo hasta los medios para allí aplicar ya un inteligente juego de alturas e intensidad en los cites y en el trazo de los pases.

Gracias a esos aciertos, además de una óptima colocación, logró el torero de Arnedo alargar y ligar esas embestidas, templándolas con una honda naturalidad, con temple y regusto clásico, más allá del punto de temperamento que desarrollaba el animal, que acabó rajándose ante su poder.

A esas alturas la faena ya estaba hecha, solo que la tardanza del toro en cuadrarse para la estocada enfrió un tanto los ánimos y todo quedó en una oreja de peso para la que fue la obra más redonda de la corrida.

Ya con el cuarto, Urdiales aplicó las mismas fórmulas, en un trasteo largo y paciente que le ofreció todas las ventajas a un astado que, un punto reservón y brusco, no las agradeció.

La estrella de la tarde y el gran actractivo del festejo era Morante de la Puebla, que este año, como el pasado, parece dispuesto a aparecer en otro tipo de plazas ajenas al gran cirtuito. Por eso su presencia contribuyó decididamente a que se pusiera el cartel de "no hay billetes".

Sus cientos de partidarios jalearon ya con fuerza sus lances, algo ligeros, al primero de la corrida, un toro que tuvo nobleza y buen fondo, aunque las fuerzas muy medidas, lo que condicionó un trasteo algo encimista que, con los habituales detalles de calidad del sevillano, nunca acabó de tomar vuelo.

Menos aún le ayudó su segundo, un toro con menos entrega y cierta aspereza, pero con el que Morante se manejó con más lucidez y sutileza hasta que, pese a todo, le sacó varios pasajes más que estimables, y en especial un deslumbrante y sabrosísimo cambio de mano ligado al de pecho que depertó un ronco "olé" colectivo.

Antes hubo pases templados, ayudados por alto y por bajo de pellizco y aroma y algún que otro momento aislado en una obra que no redondeó con la espada, para dar finalmente una ovacionada vuelta al ruedo.

A Daniel Luque le tocó el lote más completo de la corrida, y en especial un tercero que tuvo casi de todo lo bueno de la mejor bravura: fijeza, temple, recorrido y hondura en cada una de sus arrancadas.

Pero el sevillano, que le hizo un brillante inicio de faena para sacárselo hacia las afueras, no se "rompió" con él en la misma medida, aplicándose con una facilidad, a veces displicente, y sin el suficiente compromiso para cuajar al excelente ejemplar como merecía.

Con el sexto, también noble y dúctil, Luque se manejó con una similar espesura de ideas, aunque buscando siempre expresarse con una aparente maestría que no llegó a concretar al mismo nivel que los, esos sí, dos maestros ya consagrados a los que acompañó en el paseíllo.

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FICHA DEL FESTEJO:

Seis toros de Zacarías Moreno, de justa presencia y sin aparatosidad en las cabezas, de juego dispar pero con el tercero, bravo y enclasado, como ejemplar más destacado del sexteto. Primero, segundo y sexto también ofrecieron opciones de triunfo, dentro de su medida entrega o fondo.

Morante de la Puebla, de mostaza y oro: estocada desprendida (ovación tras petición de oreja); pinchazo, bajonazo trasero y estocada (vuelta al ruedo).

Diego Urdiales, de rioja y oro: estocada trasera desprendida (oreja); estocada (ovación).

Daniel Luque, de azul rey y oro: dos pinchazos y estocada (ovación); estocada desprendida (ovación).

Entre las cuadrillas destacaron en la brega Juan José Trujillo, Víctor Hugo Saugar y Juan Contreras. En banderillas saludaron Victor Hugo, Contreras y Alberto Zayas.

Segundo festejo de la feria de San Blas y la Candelaria, con cartel de "no hay billetes" dentro del aforo permitido al cien por cien (4.900 espectadores).

EFE

pa/may