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El metaverso más inmersivo se adueña de la Sala Noble del Thyssen de Málaga

José Luis Picón

El metaverso más inmersivo se adueña de la Sala Noble del Thyssen de Málaga

José Luis Picón

Málaga, 8 feb (EFE).- El metaverso se ha adueñado de la Sala Noble del Museo Carmen Thyssen de Málaga con la instalación audiovirtual "Se hizo carne", que a través de la realidad virtual invita al espectador a una experiencia inmersiva para reflexionar sobre cómo será nuestra vinculación con los sentidos en un futuro quizás muy cercano.

Bajo sus artesonados de madera del siglo XVI, el visitante puede descalzarse y, al colocarse las gafas de realidad virtual, caminar y adentrarse en un espacio onírico durante los cuatro minutos que se prolonga la experiencia, bajo la dirección artística de Ernesto Artillo, con la ambientación sonora de Susana Hernández y el arte 3D a cargo de Alberto Martínez.

Artillo ha apuntado este martes en la presentación que el lugar que han creado mediante la realidad virtual es "el espacio en el que estamos llamados a habitar en días muy próximos" y a modificar "de manera muy triste" nuestra relación con los sentidos.

Su propuesta, que permanecerá instalada en la Sala Noble hasta el próximo 6 de marzo, está inspirada en un pasaje del Éxodo en el que una zarza ardiendo se le aparece a Moisés y, ante sus preguntas, Dios le contesta al profeta "Yo soy el que soy".

A juicio de Artillo, esta respuesta de Dios al profeta, "indefinida y al mismo tiempo completa, cuestiona la lógica de la otra deidad contemporánea".

"Este ente todopoderoso que está en la nube, al que no vemos, pero en el que sí creemos, condiciona sigilosamente nuestra identidad a través de algoritmos, insistiendo en que nos definamos con la mayor precisión para poder responder a nuestras peticiones", añade el director de la instalación.

Y advierte de que, dentro de muy poco, "nuestro día a día va a tener una presencia en un mundo virtual que va a intensificar nuestro alejamiento de los sentidos" porque, "cuanto más miras la vida a través del móvil, menos miras a los ojos, menos tocas, hueles o sientes a las personas".

Para Susana Hernández, esta pieza "tiene tres dimensiones, la primera la voz de Ernesto Artillo, a medio camino entre algo poético y unas indicaciones para moverse en ese espacio; la segunda, la imagen, y la tercera, la dimensión sonora".

"He intentado acompañar ese texto y representar ese espacio que está en nuestra mente, que es virtual, e intentar transmitir las emociones que nos podía causar estar en ese espacio, ver cosas que realmente no están ahí pero que son muy cercanas", ha señalado Hernández.

Se trata, ha añadido, "de un punto intermedio entre algo muy celestial y muy terrenal", que ofrece al visitante "un espacio y un momento para estar, aunque sea virtual, y repensar lo que es sentir a través del cuerpo, de la vista, del sonido e incluso del olfato".

Por su parte, Lourdes Moreno, directora artística del Museo, ha apuntado que esta propuesta "nos lleva a introducirnos en una reflexión, desde el espíritu crítico, para confrontar el mundo que se nos avecina del metaverso con nuestra propia experiencia". EFE

jlp/fs/cc

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