El presidente de Nigeria, Bola Tinubu, anunció que su país destinará nuevos fondos, incluyendo una suma equivalente a más de 480 millones de euros, para impulsar los sectores manufacturero y agrícola y las pequeñas y medianas empresas, en plena crisis económica y alimentaria que ha llevado a una creciente tensión social.

"Nuestra economía está pasando por una mala racha y vosotros (nigerianos) estáis sufriéndola. El coste del combustible ha subido. La comida y otros precios lo han seguido (...) Entiendo las dificultades que enfrentáis. Ojalá hubiera otras maneras, pero no las hay", dijo Tinubu en un discurso a la nación televisado a última hora de ayer.

"Lo que puedo ofrecer de manera inmediata es reducir la carga que nuestra situación económica actual nos ha impuesto a todos, especialmente a los negocios, la clase trabajadora y los más vulnerables", añadió el mandatario.

Así, el presidente anunció que su Gobierno invertirá 75.000 millones de nairas nigerianas (unos 90 millones de euros) en medidas para ayudar al sector manufacturero, 125.000 millones de nairas (casi 150 millones de euros) para pequeñas y medianas empresas y 200.000 millones de nairas (unos 240 millones de euros) en agricultura.

"El Gobierno federal ya está trabajando en estrecha colaboración con los gobiernos locales y de los estados para implementar intervenciones que amortiguarán el sufrimiento de nuestra gente en todos los niveles socioeconómicos", aseguró Tinubu.

Las autoridades nigerianas también pondrán en venta a "precios moderados" en todo el territorio 200.000 toneladas de cereales de "reservas estratégicas", como parte de un paquete de medidas para garantizar que los alimentos básicos "estén disponibles y sean asequibles".

Tinubu, que llegó al poder el pasado mes de mayo, hizo este anuncio cuando el país se enfrenta a una severa crisis económica, agravada por los efectos de la pandemia de la covid-19 y el efecto de la guerra de Ucrania sobre los precios de los alimentos y los productos básicos, una situación que se ha traducido en huelgas y protestas.

El Gobierno del país más poblado del continente -con más de 213 millones de habitantes- retiró en junio los subsidios sobre el combustible que, según el presidente, representaban un gasto demasiado elevado y sólo beneficiaban a una élite, lo que disparó los precios.

Asimismo, el mandatario declaró a mediados de julio "el estado de emergencia en materia de seguridad alimentaria", después de que organizaciones humanitarias hayan alertado durante los últimos meses de una creciente crisis alimentaria y nutricional tanto en el noreste -bastión de grupos yihadistas- como el noroeste del país. EFE

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