Arnaldo Otegi, actual coordinador general de Bildu, enfrenta acusaciones de doce exmiembros de ETA, quienes lo vinculan con un asesinato y nueve secuestros que tuvieron lugar entre 1977 y 1987, un período en el que Otegi estaba activamente involucrado con la organización terrorista. Las diligencias realizadas por la Guardia Civil y la Policía Nacional en ese lapso, junto con los testimonios de estos doce antiguos miembros de ETA, apuntan hacia la participación de Otegi en estos actos criminales.

Hasta ahora, el historial completo de Otegi en relación a sus actividades en ETA había permanecido desconocido. Sin embargo, ahora se ha logrado recopilar parte de esta información, incluyendo las declaraciones de sus antiguos compañeros en ETA. A pesar de las sospechas que pesaban sobre él durante su tiempo en la organización terrorista, Otegi no ha sido sometido a juicio por la mayoría de los delitos de los que se le acusa.

Durante su período de militancia en ETA, que abarca desde su ingreso en ETA político-militar en 1977 hasta 1987, cuando fue entregado por Francia como miembro de ETA militar, Otegi estuvo involucrado en múltiples secuestros, asaltos armados y un asesinato, específicamente el asesinato de Juan de Dios Doval, un político de Unión de Centro Democrático (UCD). En total, una docena de exmiembros de ETA lo implican en estos crímenes, así como en actividades relacionadas con explosivos, robos de armas y dinero, captación de nuevos miembros y la instrucción de estos en armas y explosivos, una labor que él dirigía personalmente.

Es esencial destacar que la falta de resolución de estos casos se debe a diversos factores, como la limitada colaboración de Francia, la sobrecarga que experimentaron las fuerzas de seguridad y los tribunales en ese período, así como las negociaciones políticas que llevaron al archivo de numerosas investigaciones. Estos acontecimientos tuvieron lugar durante los "años de plomo" de ETA, en los cuales la organización perpetraba asesinatos de manera cotidiana, y muchos de estos crímenes quedaron sin esclarecer. A partir de la década de 1990, hubo mejoras en la maquinaria policial y judicial, aunque el esclarecimiento de los crímenes de esa época sigue siendo un desafío considerable.