Hacía mucho tiempo que una trainera femenina cántabra no era tan competitiva como lo fue la ’San José’ el pasado fin de semana. Es posible que no lo fuera desde, precisamente, la primera aventura de Astillero protagonizada por mujeres, la que decidió coger el tren de un remo femenino que, desde entonces, ha crecido a pasos agigantados. En Cantabria no tanto. De hecho, nunca ha habido dos embarcaciones de féminas en liga. Una vez que el potente proyecto astillerense se vino abajo, ha habido aventuras esporádicas de Colindres, Santoña y Castro, pero ninguna de ellas logró acercarse al rendimiento que mostró Astillero en San Juan de Luz y en Pasajes. Fue sólo el primer fin de semana del calendario y queda mucha leña que cortar, pero también es el tramo de competición en el que cada uno enseña sus cartas, pone sus picas y dibuja sus aspiraciones. Y la de Astillero puede ser colarse entre las cuatro mejores. De hecho, en la primera regata liguera de la temporada fueron cuartas y eso ya las dio permiso para formar parte de la tanda de honor en la segunda. Por eso volver a pelear por estar ahí, donde no rema cualquiera, se ha convertido en un objetivo al que mirar. «Estaría bien asentarse ahí, pero no es fácil. Por ahora, sólo vamos un fin de semana de competición y es complicado sacar conclusiones, pero lo vamos a intentar sabiendo que para conseguirlo hay que trabajar mucho», asegura Sara Vázquez, una de las dos entrenadoras de la ‘San José’.

Obviamente, la doble cita de San Juan de Luz y Pasajes ha dejado un buen sabor de boca en la cuadrilla astillerense. «Es imposible sacar una valoración más positiva», asegura su entrenadora tras un inicio liguero que las ha dejado quintas pero, sobre todo, con la certeza de que tienen motor para pelear con Zarautz, Deusto u Ondarroa, que son las que forman la clase media de la categoría. Lo que no hacen en Astillero es conformarse ni dedicar estos días a mirarse al espejo y comprobar cómo reluce su sorprendente rendimiento: «Estamos bastante satisfechas pero también tenemos que ver ahora un poco en qué hemos fallado y en qué podemos mejorar». ¿Y en qué fallaron? «Pues en muchas cosas todavía», responde Sara. Y habla, sobre todo, de la necesidad de «trabajar mucho en mejorar el bloque». Lo bueno es que ahora acuden a los entrenamientos con el subidón moral de un gran inicio liguero, tras quitarse el miedo de no resultar un equipo competitivo y quedar muy lejos de los demás, que es a lo que han estado condenadas las traineras femeninas cántabras en los últimos tiempos.

Empezar con buen pie y buenos resultados es importante, sobre todo, para las más jóvenes y para quienes están empezando a bordo de una trainera. Porque hay muchas novatas y mucha juventud a bordo. De hecho, de entre las que remaron el pasado fin de semana, sólo habían competido en liga las hermanas Sonia y Soraya Redondo y Edurne Portilla (las tres en Deusto), Isa Carriles (Kaiku) y Alejandra Lombera y Carmen Solana (ambas en Colindres). El resto son nuevas y, de hecho, a bordo hubo también cuatro juveniles.

Son quizá estas últimas las que más necesitaban la gasolina de los resultados. «Están pletóricas», confirma su entrenadora. Sobre todo, porque acudieron a las regatas a ciegas, sin saber muy bien lo que se iban a encontrar, y la experiencia «les ha encantado». «Están súper motivadas pero también hay que ser realistas. La motivación ayuda y es un plus, pero para conseguir resultados hay que trabajar en lo que fallamos, en el bloque, en todo», explica. A todo esto hay que sumar a las que ya habían formado parte de otro proyecto cántabro y han visto cómo en sólo un fin de semana han sumado «nueve puntos, lo que igual antes les costaba siete regatas conseguir».

Astillero ha demostrado que no sólo es competitiva, sino que puede estar peleando por entrar al vagón de cabeza. Y, como destaca Sara Vázquez, también resulta positivo que los resultados respalden el trabajo, que las remeras vean que «cuando las cosas se trabajan y se preparan, salen bien». «Lo malo es estar abajo, sin posibilidad de entrar en la pelea porque, sobre todo las más jóvenes, empiezan a pensar que están sacrificando el verano para nada. Para las que tienen más kilómetros es diferente, pero para ellas es importante comprobar que merece la pena», precisa.

Lo bueno es que en el seno del equipo intuyen que cuentan con un importante margen de mejora porque los éxitos cosechados en las temporadas de botes cortos (campeonas de España de bateles y subcampeonas de trainerillas) ha tenido un precio. «Hemos tenido colgada la trainera dos meses y pico», recuerda la entrenadora del equipo. Los demás clubes quizá no se centraron tanto en esas embarcaciones y por eso cree que tienen «un importante margen de mejora».

La competición comenzó con una doble cita en aguas interiores y con largos cortos mientras que la tercera regata, la del próximo domingo, será en la mar abierta de Mundaka. Toca salir. Intuye Vázquez que le puede costar al equipo porque su lugar de entrenamiento es la ría y es allí donde han pasado el invierno. «Aún nos queda mucho trabajo en la mar», confirma. De hecho, estos días están yendo a ejercitarse por las tardes a Santander para mejorar el bloque sobre las olas, ya que éstas podrán estar muy presentes en la costa vizcaína.

A las entrenadoras de la ‘San José’ las faltarán cuatro remeras que acudirán al Campeonato de España de banco móvil pero no las preocupa porque tienen una plantilla «súper amplia, con dos patronas y veintiún remeras». Hay margen de maniobra y, sobre todo, de mejora tanto en ría como en mar para confirmar lo mostrado en el primer fin de semana de competición. De hecho, Sara Vázquez confía en que para el segundo de julio, para la regata del día ocho, ya se pueda hablar con más certezas de cuál puede ser su sitio en la competición. Tendrá más información. Y confía, por lo tanto, en demostrar que lo de San Juan de Luz y Pasajes fue de verdad.