El mundo de las artes marciales mixtas (MMA) se encuentra en pleno debate sobre quién será el próximo rival de Ilia Topuria (15-0-0) después de su impresionante victoria en UFC 300 ante Gaethje, donde se adjudicó el prestigioso título de «Baddest Motherf***er» (BMF). 

Inicialmente, se rumoreaba que el siguiente desafío para Topuria sería Max Holloway (26-7-0), pero esta idea parece desvanecerse con el paso de los días y las declaraciones de los protagonistas.

Las palabras del propio Topuria han dejado claro que la pelea contra Holloway no es una certeza. En una entrevista con ‘El Español’, el luchador aludía a otras opciones, como una revancha con Alexander Volkanovski, a quien arrebató el título en el pasado UFC 298 de febrero. 

Topuria explicaba: «No parece que tenga que ser mi rival. Yo estoy intentando que sea mi rival porque tiene ahora algo que es lo único que lo hace relevante, que es ese cinturón BMF. No hay ninguna otra razón por la que él merezca esa pelea por mi título».

El debate se intensifica cuando Topuria enfatiza que, para él, la relevancia de Holloway radica únicamente en poseer el cinturón BMF. 

Sin embargo, Holloway aún no ha confirmado su disposición para enfrentarse en el octágono y protagonizar una histórica pelea entre dos campeones. Topuria insiste en que, para él, es BMF o nada: «Un verdadero BMF pone en el medio lo que tiene y si no, lo que eres es una auténtica gallina». La postura de Topuria se fortalece al comparar los méritos de posibles contendientes. 

Menciona a Volkanovski, quien ya ha vencido a Holloway en tres ocasiones, y a Brian Ortega, quien estuvo más cerca de finalizar a Volkanovski en una pelea. Topuria cuestiona la actitud de Holloway, afirmando que si no está dispuesto a apostar su cinturón, entonces no merece ser considerado un verdadero BMF.

Además de su declaración de intenciones, Topuria ofrece un pronóstico audaz sobre un hipotético enfrentamiento con Holloway: «Lo acabaría en los dos primeros asaltos. No tengo ninguna duda». El residente en Alicante muestra una confianza inquebrantable en su habilidad para vencer a cualquier oponente que se le presente, reflejando la misma determinación que lo llevó a proclamarse campeón ante Volkanovski.